El sector textil catalán vive un momento de reajuste. El aumento de los aranceles estadounidenses al producto europeo ha alterado las estrategias internacionales de muchas marcas. “Estamos ante un cambio de escenario en el comercio global”, explica David García, director ejecutivo del clúster Modacc. Estados Unidos ha fijado un aumento del 15% de los aranceles en general, pero este puede superar el 30% cuando las prendas tienen origen asiático.
“Estados Unidos ha encarecido la entrada del producto europeo, en un momento en que muchos fabricantes chinos están desviando su producción hacia Europa. Esto provoca un doble impacto para nosotros: más dificultad para vender en el mercado norteamericano y más competencia aquí”, resume.
Un mercado interno estancado
El problema de fondo, explica García, es que el mercado textil español lleva años sin crecer. “El consumo per cápita de moda está estancado desde antes de la pandemia. La población crece ligeramente, pero el gasto total en moda se mantiene estable. En la práctica, eso significa que quien quiera crecer solo puede hacerlo quitando cuota a otra marca”. Por eso, añade, “las empresas que quieren ampliar su volumen se ven obligadas a mirar al exterior”.
Esa vocación exportadora no es nueva, pero se ha intensificado con la nueva política arancelaria americana. “Las marcas catalanas que ya tenían una presencia consolidada en España están buscando oportunidades fuera. Europa sigue siendo el entorno más natural, por cercanía y afinidad, pero también se está mirando a América Latina y a mercados que hasta ahora eran secundarios, como Kazajistán”, señala.
Nuevos destinos y estrategias
En los últimos meses, las empresas del clúster han reforzado su actividad en Francia, Italia, Portugal y Alemania, y comienzan a explorar países del este de Europa o del ámbito nórdico. También se están abriendo camino en México, Colombia y Chile, mercados con buen crecimiento del consumo de moda y afinidad cultural con España. “Hay un interés claro por diversificar”, afirma García. “Si un mercado se complica, la empresa debe tener alternativas”.
Cada firma, explica, busca su propio “indicador de expansión”. “Las marcas de moda nupcial analizan cuántas bodas se celebran por cada 100.000 habitantes, porque eso define su potencial. Las de baño, en cambio, estudian los kilómetros de costa o el peso del turismo. Lo importante es tener un criterio objetivo que guíe hacia dónde expandirse”.
La internacionalización también obliga a definir bien los canales de venta. “Hoy hay cinco grandes vías para llegar al consumidor: la tienda multimarca, la tienda propia, los grandes almacenes, los marketplaces y el e-commerce propio”, enumera Garcia. “Cada empresa debe saber cuál domina mejor. Si tu marca ha nacido digital y tu canal online es fuerte, lo lógico es que crezcas en otros países a través de internet o marketplaces. Si tu fortaleza es el trato directo con tiendas físicas, entonces te interesa reforzar la distribución tradicional”.
Apoyo a las empresas
El clúster Modacc asesora a las empresas en este proceso y organiza encuentros que facilitan contactos internacionales. “Una vez al año reunimos marketplaces de todo el mundo en Barcelona y presentamos marcas catalanas para que puedan establecer acuerdos de venta. También organizamos el 080 Barcelona Fashion Connect, donde unas 30 firmas muestran sus colecciones a compradores internacionales registrados digitalmente. Cada edición atrae a más de 100 profesionales de distintos países”.
Además, Modacc sigue apostando por los formatos clásicos. “Acompañamos a las marcas a ferias internacionales —como Who’s Next en París o Coterie en Nueva York— y organizamos misiones comerciales. Hace poco fuimos a Alemania, donde los grandes almacenes compran directamente a las marcas, sin intermediarios. Son oportunidades que hay que aprovechar”, afirma.
La mayoría de las empresas catalanas del sector son pymes, y eso condiciona el ritmo de expansión. “Una multinacional puede tener equipos de 20 personas dedicadas a la exportación. Una pyme, en cambio, puede tener una o dos, y un presupuesto muy limitado. Eso marca la velocidad a la que pueden crecer”, explica García.

Pese a las tensiones comerciales y a la presión de la competencia asiática, las exportaciones catalanas de moda mantienen una evolución positiva. En 2024 crecieron un 3,1%, y en el primer semestre de 2025 la tendencia sigue al alza. “El sector demuestra capacidad de adaptación”, destaca García. “Aunque el contexto global es complejo, las marcas catalanas han sabido reorientar sus esfuerzos hacia mercados europeos y latinoamericanos donde la moda tiene buena acogida”.
En este sentido, García destaca la importancia del trabajo colaborativo. “Ser parte de un clúster permite compartir recursos, experiencias y contactos. Es una forma de compensar el menor tamaño”.
Reimagine Textile: innovación y colaboración
El trabajo colaborativo es esencial. “Ser parte de un clúster permite compartir recursos, experiencias y contactos. Es una forma de compensar el menor tamaño”.
En este contexto, Reimagine Textile, impulsado conjuntamente por TecnoCampus y Eurecat, se ha convertido en una plataforma clave para la renovación del sector. “Reimagine es una aceleradora de nuevas oportunidades de negocio. Ayuda a emprendedores y PIMES a consolidar su proyecto y, cuando alcanzan cierto nivel, los conectamos con el clúster para que puedan dar el salto a la internacionalización”, explica García. “Y al revés, cuando desde Modacc detectamos una idea incipiente, la derivamos a Reimagine para que la desarrollen. Es una relación muy sinérgica”.
Modacc estará presente en la jornada Reimagine Textile que se celebrará el 29 de octubre en el TecnoCampus.