La célebre frase “la mejor política industrial es la que no existe” que tanto gustaba a Carlos Solchaga, exministro del ramo del primer gobierno de Felipe González (aunque citaba al premio Nobel Gary Becker), probablemente haga llevar las manos a la cabeza a los 60 expertos a los que la Generalitat ha invitado en la elaboración del informe Què necessita la indústria catalana . El documento funciona como una brújula para el Departament d’Empresa i Treball, liderado por el conseller Miquel Sàmper, en la elaboración del nuevo Pacte Nacional per a la Indústria (PNI) 2026-2030 para abordar retos como la propia desindustrialización de las economías avanzadas o la explosión de la inteligencia artificial, la implantación de las renovables o los modelos de economía circular.
‘Big data’
El profesor de la Universitat Politécnica de Catalunya Xavier Tort pide a la Administración que ayude al tejido de pymes a incorporar estas tecnologías para no quedarse atrás. “Las grandes empresas industriales son conscientes de la necesidad de no quedarse fuera de esa revolución, disponen de la información y los medios para hacerlo y están en camino. Por el contrario, la pequeña y mediana industria tiene, en general, dificultades para seguir el ritmo, y frecuentemente el resultado de sus esfuerzos por incorporar la analítica de datos resulta decepcionante”.
Energía
El capítulo dedicado a energía recoge las experiencias de varias empresas. Por ejemplo, Kellogg Manufacturing explica que la electrificación ha permitido reducir costes al mismo tiempo que ha disminuido en un 15% las emisiones de CO2. Por su parte, el fabricante de papel Alier ofrece pinceladas de su experiencia en la introducción de renovables en la producción. Para el director de eficiencia energética del Institut Català de l’Energia, Lluís Morer, “la eficiencia energética puede ser una de las palancas para volver a situar a la industria catalana entre los líderes europeos”.
Talento
El secretario general de Pimec, Josep Ginesta, alerta del “desajuste importante entre el talento disponible y las necesidades reales del mercado laboral”. “Esta situación dificulta que las empresas cubran las vacantes existentes, limita su crecimiento e impide aprovechar plenamente las oportunidades que se presentan”, señala.

Infraestructuras
Salvador Guillermo, de Foment del Treball, subraya el papel clave de las infraestructuras para desarrollar una economía competitiva. Especialmente, en el caso catalán, que tiene una tasa de exportación elevada. “Las infraestructuras en el caso de Catalunya siguen mostrando un nivel de infradotación o déficit, que ha sido reiteradamente denunciado por diversas instituciones. Se considera imprescindible tener estos niveles de dotación de infraestructuras para conseguir la mejora de la competitividad de nuestra industria”, apunta.
Tamaño
La consultora sénior de Acció Glòria Viñals sitúa como uno de los retos el tamaño de las empresas. “El crecimiento empresarial debe ser sostenible y debe tener un propósito claro. Esto implica comprometerse con el triple impacto: económico, para asegurar la rentabilidad y la solidez financiera a largo plazo; social, que procura contribuir al bienestar de la comunidad y generar empleo de calidad; y medioambiental, que desea minimizar el impacto ecológico de la actividad económica y adoptar prácticas responsables”.
Burocracia
El economista Oriol Amat recuerda que el informe Draghi (2024) apunta que la burocracia europea es un freno para la competitividad en comparación con EE.UU. y China. “En España, la situación es especialmente preocupante: las trabas administrativas, la complejidad normativa y la baja digitalización sitúan al país por debajo de la media europea en calidad de gobierno”. El académico indica que, en Catalunya, el problema se agrava con la hiperregulación: se publican casi el doble de normas que en la media española.
Inversión
Por su parte, Joan Ramon Rovira, de la Cambra, destaca la necesidad de impulsar las inversiones empresariales. El académico sostiene que Catalunya avanza en buena dirección, pero apunta que es importante mantener el rumbo. “Las políticas públicas sí pueden jugar un papel importante para facilitar la capitalización y la incorporación del progreso tecnológico. En primer lugar, asegurando que el marco normativo, administrativo e institucional incentiva y no obstaculiza la inversión productiva. Y, en segundo lugar, contribuyendo a proveer bienes públicos complementarios de la inversión en conocimiento y tecnología, como la formación, la investigación básica, la cofinanciación de iniciativas empresariales estratégicas o las infraestructuras críticas, científicas y tecnológicas”.