
Ya tenemos un vuelo directo de Shanghai a Barcelona y de Barcelona a Shanghai, y también entre Shanghai y Madrid. Shanghai es la mejor ciudad de China para temas universitarios, empresariales, médicos, etc. Y Barcelona y Madrid tienen el más alto nivel en España en esos temas. Hasta hace poco para ir a Shanghai desde Barcelona tenías que cambiar de vuelo en París, Múnich o Zúrich, y si tu primer vuelo llegaba atrasado te encontrabas con que no te quedaba más remedio que buscar una alternativa que ocupaba tiempo y, en cualquier caso, te hacía llegar más tarde.
Poner estos vuelos directos ha sido una gran ayuda. Los vuelos van llenos. Eso sí, Barcelona está muy lejos de Shanghai y el vuelo dura mucho, sale de Barcelona a las 10:55 y llega a las 5:50 (hora de allí). Pero para nosotros son las 23.50. Pasamos un mínimo de 11 horas seguidas volando en el avión.
Una aerolínea con avión supersónico seguro se llevaría el mercado de vuelos largos
El avance del tema de los aviones es muy lento. Un vuelo en nuestros días es muy similar a un vuelo con el mismo recorrido hace 20 años. Hasta puede que sea peor. Con la grandísima actividad de vuelos parece que deberían haber mejorado los aviones (con motores más rápidos), la cantidad de pasajeros que podrían viajar cómodos o la programación de los vuelos que evite atrasos de salida por llegada tarde.
Yo tuve ocasión de volar en aviones supersónicos. Recuerdo que había un vuelo de París a Boston. El avión arrancaba con mucho ruido pero de repente se producía un silencio total porque ya volaba por encima de la velocidad del sonido. Se podía trabajar bien y además acortaba muchísimo la duración del viaje. Pero esta es otra maravilla de la que nos olvidamos. Ya no podemos volar en un supersónico. Si hubiesen estado estas décadas desde que lo suspendieron estudiando cómo mejorarlos hoy los usaríamos mucho y podríamos permitirles por precios recuperar el esfuerzo de investigación requerido.
Las grandes colas que se producen en los aeropuertos importantes cuando hay que pasar la seguridad es otro tema que la tecnología podría facilitar. No es presentable que cada vez debamos dedicar más tiempo a estos temas de seguridad que obviamente son muy importantes pero hay que lograr que todos los pasajeros los conozcan bien y eviten pérdidas de tiempo para todos. Y podremos estimular también aquellos aviones supersónicos de pasajeros que permitían ahorrar mucho tiempo.
Si una aerolínea consiguiese aviones supersónicos muy seguros y se los aceptasen las autoridades, se iría llevando el mercado de los vuelos largos que requieren muchas horas. Es un poco triste que inventos que podíamos utilizar hace unos veinte años se prohibieran tras tres o cuatro años de excelente servicio. Los competidores tenían poder.
