
La economía española modera su ritmo de crecimiento. En el tercer trimestre, el PIB aumentó un 0,6% gracias, de nuevo, al consumo y la inversión, que se han convertido en los impulsores del crecimiento del PIB en los últimos periodos. Esto supone una desaceleración respecto al segundo trimestre, cuando creció un 0,8%. De todas maneras, también significa sumar nueve trimestres consecutivos con aumento del PIB del 0,6% o superiores.
Las previsiones situaban un crecimiento para este trimestre de entre el 0,6% y el 0,8%. Finalmente, el dato ha caído por la zona baja. Ya de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre, que mostró una cierta desaceleración del ritmo de creación de empleo, podía deducirse que el PIB crecería a menor ritmo que el trimestre anterior, como así ha sido, según los datos publicados esta mañana por el INE.
Las tendencias se mantienen. Una demanda interna que aguanta, y que es la que permite hacer frente al lastre que supone actualmente el sector exterior. Son datos que permiten prever un aumento del PIB del 2025 en el entorno del 3%. Funcas lo sitúa, por ejemplo, en el 2,9%, que supondría quedar por encima de las previsiones del Gobierno español. Previsiones de todas maneras que deben actualizarse en los próximos días.
El crecimiento interanual del PIB, frente al mismo periodo del 2024, se sitúa en el 2,8%.
Respecto a los factores impulsores del crecimiento, se repite la tónica del trimestre pasado. Es la demanda interna, y básicamente el empuje del consumo y la inversión. Por un lado, el consumo de las familias aumentó un 1,2% frente al segundo trimestre. Es un crecimiento que casi duplica el del periodo anterior y que sigue una tendencia al alza en todo lo que llevamos de año. Es una muestra del aumento del poder adquisitivo de los hogares y también del incremento de la inmigración. Más población, más consumo.
“Es el mismo modelo que llevamos viendo en los dos trimestres antreriores que se mantiene y aparece incluso con más fuerza. Crece el consumo, la inversión y hay una ralentización importante de las exportaciones de turismo”, explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas.
También coincide en el diagnóstico Ángel Talavera, director de Economía Europea en Oxfords Economics. “Es un crecimiento de PIB algo más flojo de lo previsto, pero que sigue demostrando un crecimiento robusto. La demanda nacional está creciendo a tasas fortísimas y toda la desaceleración viene del sector externo, algo relativamente previsible dado en el entorno negativo de comercio internacional. Además, la subida de importaciones, aunque resta al PIB, coincide con un fuerte crecimiento de la inversión, así que no es algo necesariamente negativo”, afirma Talavera.
En esta ocasión, también se produce un aumento significativo del consumo de las administraciones públicas, que mantenía niveles muy bajos en los trimestres anteriores y que en cambio, en esta ocasión, aumenta un 1,1%.
El consumo de las familias aumentó un 1,2%
Por otro lado, la inversión aumentó un 1,7% en el trimestre. Significa un punto más que en el trimestre anterior y en este terreno, destaca especialmente la inversión en productos de la propiedad intelectual, con un 2,4%.
De esta manera se mantiene la tendencia de que la demanda nacional es la que tira de la economía, con una aportación de 1,2 puntos, mientras que la demanda externa es la que frena, con 0,6 puntos negativos.
