
Cinco días después de su reunión con Donald Trump, el presidente chino, Xhi Jinping, ha querido exhibir su buena sintonía con Rusia mediante un encuentro con el primer ministro de este país, Mijaíl Mishustin, en Pekín.
“Mantener, consolidar y fortalecer las relaciones bilaterales es una decisión estratégica para ambas partes”, ha declarado el mandatario asiático durante la cita, en la que también ha reclamado “ampliar la cooperación” con el Kremlin para afrontar “un entorno internacional turbulento”.
Esa idea de fortalecer lazos ya fue lanzada el lunes por el primer ministro chino, Li Qiang, durante un encuentro previo con Mishustin en la ciudad de Hangzhou que, según informaron agencias estatales de ambos países, sirvió para firmar una serie de acuerdos sobre comercio, energía, agricultura y el programa espacial.
Impulso a la relación
Los dos países firman una serie de acuerdos sobre comercio, energía, agricultura y el programa espacial
El Kremlin ha destacado la importancia de la visita de Mishustin en un momento en que Rusia es objeto de importantes sanciones occidentales por su guerra en Ucrania y busca frenar la reciente desaceleración del comercio con China.
Los dos países firmaron una asociación “sin límites” en febrero del 2022, días antes de que Vladímir Putin iniciara su gran ofensiva sobre territorio ucraniano, y desde entonces Rusia ha recurrido a China para amortiguar el impacto de las sanciones, profundizando en la cooperación energética y los intercambios comerciales. Sin embargo, en los últimos meses las relaciones económicas entre ambos estados han disminuido, coincidiendo con la creciente presión de EE.UU. sobre Pekín. Por ejemplo, las grandes petroleras estatales chinas han suspendido sus compras de petróleo ruso transportado por mar tras las sanciones impuestas por Washington a las compañías rusas Rosneft y Lukoil.
