Hay un dato revelado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que debería encender todas las alarmas educativas: según la más reciente evaluación PISA, casi 1 de cada 5 estudiantes de 15 años (18%) en los países integrantes del organismo no alcanza los niveles básicos de competencia en alfabetización financiera.
A pesar de que el informe indica que más de dos tercios de estos jóvenes utilizan de manera habitual productos y servicios digitales, como pagos móviles o compras en línea, persiste una brecha significativa entre su práctica cotidiana y los conocimientos formales sobre finanzas.
La situación exhibe que muchos programas educativos no reflejan la realidad digital del siglo XXI. Como resultado, los estudiantes carecen de las habilidades necesarias para desenvolverse en una sociedad dominada por deudas, transacciones digitales y tecnologías como bitcoin (BTC) y las criptomonedas.
De igual forma, los investigadores encontraron que solo 2 de cada 3 alumnos han aprendido en la escuela la diferencia entre necesidades y deseos financieros. Además, los estudiantes de entornos socioeconómicos desfavorecidos obtienen peores resultados, por lo que tienen menos oportunidades de aprender sobre dinero en casa o en el colegio.

Estos resultados, junto al aumento de la incidencia, complejidad e impacto potencial de los fraudes y estafas financieras, destacan la necesidad urgente de dotar mejor a nuestros jóvenes con los conocimientos y habilidades necesarios para tomar decisiones financieras seguras e informadas.
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.
Desigualdad en alfabetización financiera
Todo esto ocurre en un escenario donde los adolescentes ya están entrando en contacto con formas de inversión en activos como bitcoin, lo que hace aún más urgente dotar a la mayoría de aprendizaje económico vigente y sólido.
Vale destacar que la brecha por conocimiento financiero no afecta a todos los países por igual. En España, poco más del 17% de los estudiantes de 15 años no alcanza el nivel básico de alfabetización financiera según PISA, mientras que en Perú y Costa Rica la cifra supera el 25%.
Los datos de la evaluación, PISA 2022 (Volumen IV) publicada en junio de 2024, demuestran que los jóvenes en varios países latinos enfrentan un rezago significativo frente a jurisdicciones como Dinamarca, Bélgica, Canadá, Polonia y Chequia, que se encuentran entre las naciones mejor calificadas.
En este punto surge un problema adicional: incluso cuando se abordan conceptos sobre dinero en la escuela, estos suelen centrarse únicamente en el dinero fíat. Esta perspectiva no se sostiene en 2025, pues los adolescentes ya interactúan con instrumentos financieros como BTC o incluso memecoins.
Esta visión limitada desconecta a los jóvenes de la realidad financiera global y los deja mal preparados para comprender y enfrentar los desafíos económicos contemporáneos.
Por ello, resulta imprescindible introducir nuevos conceptos que reflejen la realidad financiera. Entre ellos, bitcoin se presenta como el activo que llegó para terminar con la idea de que el dinero debe ser administrado por el Estado.
La importancia de bitcoin
Incorporar bitcoin y criptomonedas desde etapas tempranas no significa convertir las aulas en cursos de trading. Esto va sobre comprender la inflación, la diferencia entre controlar tus llaves privadas o dejar tus ahorros en plataformas centralizadas, y distinguir la deuda productiva de la que puede afectar a generaciones futuras, entre otros.
Si no actualizamos la educación financiera, estaremos graduando generaciones enteras listas para ser presas fáciles en un mundo que no perdona la ignorancia económica.
Esta realidad se refleja de manera alarmante en el progresivo colapso de las clases medias en varios países, evidenciando cómo la falta de educación financiera profundiza las desigualdades estructurales.
En Estados Unidos, pese a ser una potencia económica, la participación de la clase media en el ingreso total nacional ha disminuido desde 1970, pasando del 62% al 42% en 2020.
Es más, según encuestas recientes, más del 55% de los hogares estadounidenses de clase media manifiestan preocupación por un deterioro financiero significativo. En las grandes ciudades, al menos un 20% ya no puede permitirse vivir en su propia localidad.
Detrás de este declive se esconde un riesgo inherente al sistema financiero actual: la emisión discrecional de dinero por parte de los gobiernos. Cuando el Estado tiene el poder absoluto de imprimir moneda fíat sin límites, las políticas económicas acaban beneficiando a las élites y erosionando el poder adquisitivo de la mayoría de la población.
Precisamente aquí radica la importancia de incluir a bitcoin en la educación financiera escolar. El activo se ha consolidado como una alternativa descentralizada que desafía el control estatal del dinero y brinda herramientas para la soberanía individual.
A diferencia del papel moneda, la creación de Satoshi opera en una red sin intermediarios y cuenta una oferta limitada a 21 millones de unidades. Esto la protege contra la inflación arbitraria provocada por decisiones políticas.
Los estudios demuestran que quienes comprenden sobre bitcoin y criptomonedas suelen tener un mayor nivel de alfabetización financiera en general. Gracias a ello pueden enfrentar riesgos como estafas o volatilidad y, al mismo tiempo, conseguir oportunidades para desarrollar carreras en el sector fintech.
Incorporando la economía digital en las aulas
Mientras tanto, algunos países ya han entendido que no hay tiempo que perder y están incorporando estos contenidos a su faceta educativa. Desde 2021, miles de estudiantes en distintas zonas de El Salvador reciben clases formales sobre bitcoin y dinero digital como parte del currículo escolar. No son experiencias optativas, sino propuestas que reconocen que el dinero del siglo XXI ya no es el mismo que se enseñaba hace treinta años.

Más allá del caso salvadoreño, destaca el avance de Argentina, que desde 2022 viene dando pasos firmes para incorporar la economía digital en las aulas. En enero de ese año se anunció que estudiantes de secundaria en la Ciudad de Buenos Aires participarían en un ciclo obligatorio de instrucción financiera. Esto con contenidos sobre bitcoin, criptomonedas, monederos digitales y transferencias en línea.
Además del avance institucional, la sociedad civil también juega un rol importante en esta evolución. Tal es el caso de la ONG Bitcoin Argentina, que desde hace ya varios años impulsa el programa «Escuelas y Bitcoin». Esta iniciativa lleva preparación sobre dinero digital y tecnologías descentralizadas a colegios de todo el país.
Luego, en 2024, el Ministerio de Educación porteño aprobó la incorporación de contenidos sobre Ethereum para instituciones públicas y privadas, junto con pasantías en proyectos relacionados y capacitaciones en Solidity para jóvenes y docentes.
Actualizar la educación financiera no es solo una cuestión de innovación tecnológica. Es una responsabilidad social que impacta directamente en la capacidad de los jóvenes para tomar decisiones económicas fundamentadas.
Integrar bitcoin, criptomonedas y conceptos de finanzas digitales en las aulas permite empoderar a las nuevas generaciones frente a un sistema financiero que históricamente ha favorecido a unos pocos, así de simple.
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