Una junta para gobernar Gaza

Dos meses después de la entrada en vigor de la primera fase del alto el fuego en Gaza, la segunda parte del acuerdo sigue pareciendo estar lejos. Los dos millones de palestinos que sobrevivieron a la guerra viven aún confinados en menos de la mitad del territorio, partido por una línea divisoria que cada vez parece más una frontera –así la ha llamado esta semana el propio jefe del Estado Mayor israelí–. Entre esta línea amarilla y el Mediterráneo, los ataques del ejército israelí han matado desde el 10 de octubre a 377 personas en la franja.

Ahora que la tormenta Byron acaba de cobrarse la vida de otros 14 gazatíes que seguían viviendo en tiendas provisionales, cabe preguntarse: ¿cuánto queda para que la segunda fase del plan de Donald Trump permita empezar a reconstruir Gaza? Aunque la iniciativa del presidente estadounidense consiguió el mes pasado el visto bueno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el plan carece aún de una hoja de ruta clara. Inmediatamente después de la firma de la tregua entre Israel y Hamas, el Gobierno de Beniamin Netanyahu satisfizo su prioridad más urgente: recuperar a los rehenes y los cadáveres que seguían bajo custodia del grupo palestino –todos menos el de un policía de 24 años, cuyos restos siguen enterrados en Gaza–.

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Un rayo cae sobre casas en la Franja de Gaza, en una imagen de archivo 

EFE

Desde octubre, EE.UU. también ha instalado en suelo israelí un Centro de Coordinación Civil-Militar, que se espera que pronto sirva de cuartel general de la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF). La ISF, cuya creación también ha respaldado el Consejo de Seguridad de la ONU, supervisará en un futuro la desmilitarización, la reconstrucción y la creación de nuevas autoridades palestinas en Gaza.

Poco se sabe de la forma final que tomará la misión de paz de Trump. Esta semana, varios funcionarios israelíes y estadounidenses han adelantado al medio digital Axios que el principal candidato para liderar la ISF es Jasper Jeffers, comandante de operaciones especiales del Comando Central de EE.UU. y, hasta hace poco, director del mecanismo de Washington para supervisar el alto el fuego en Líbano –donde, en un año, la ONU ha documentado más de 7.500 violaciones ­aéreas y casi 2.500 terrestres por parte de Israel–.

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Trump quiere consolidar la construcción de la paz en Gaza 

Gregorio Borgia / Ap-LaPresse

Aunque Jeffers encabezaría la ISF, no está previsto que EE.UU. envíe tropas propias a la franja de Gaza. Serán, en su lugar, terceros países los que lo hagan. La cuestión es peliaguda y augura problemas: pocos ejércitos están dispuestos a desplegarse en Gaza, y algunos de los estados que han mostrado interés en hacerlo –como la Turquía de Recep Tayyip Erdogan– son mirados con sospecha en Israel. Para reclutar miembros, el Comando Central estadounidense ha organizado la próxima semana una conferencia en Qatar donde se reunirán más de 25 candidatos, entre ellos Azerbaiyán y Egipto. Por ahora, la oferta más sólida es la de Indonesia, que ha anunciado estar preparada para enviar hasta 20.000 hombres.

Jasper Jeffers se perfila como el militar que dirigirá la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF)

Según ha comunicado una fuente del Pentágono a Reuters este fin de semana, la ISF no lucharía contra Hamas para lograr sus objetivos. La declaración contradice las palabras del embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, que el jueves aseguró que la misión de paz internacional habrá de desmilitarizar Gaza “por todos los medios necesarios”.

En teoría, quien decida sobre las acciones de la ISF será la Junta de Paz que el plan de Trump preveía establecer después de la implementación de la primera fase. Este órgano lo presidirá el propio mandatario estadounidense y lo integrarán líderes de todo el mundo. Esta semana, Trump anticipó que revelará la composición definitiva de la Junta de Paz a principios del 2026. “Reyes, presidentes, primeros ministros… Todos quieren formar parte. Será una de las juntas más legendarias de la historia. Todo el mundo quiere formar parte de ella”, presumió el miércoles en la Casa Blanca.

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Aunque el documento que tanto Israel como Hamas firmaron nombraba al ex primer ministro británico Tony Blair como futuro miembro de la Junta de Paz, el Financial Times ha revelado que Washington ha desestimado su inclusión después de que varios países árabes y musulmanes hayan rechazado la participación del laborista, que en el 2003 envió tropas a la invasión estadounidense de Irak.

Según Axios , entre los perfiles que EE.UU. baraja está el de Nikolai Mladenov, exenviado de la ONU para Oriente Medio y exministro de Exteriores y Defensa de Bulgaria. Hasta el 2009, Mladenov también fue eurodiputado del conservador GERB, afiliado al Partido Popular Europeo. La investigación del periodista Barak Ravid para Axios también revela que el Gobierno estadounidense ha instado a países europeos como Alemania e Italia a unirse no solo a la Junta de Paz, sino también a la ISF. Según un diplomático europeo, el mensaje de EE.UU. es: “Si no estáis preparados para ir a Gaza, no os quejéis después si el ejército israelí se queda”.

Dos meses después del alto el fuego en Gaza, las estructuras con las que Trump pretendía ­traer estabilidad a Oriente Medio se retrasan en llegar. En Jerusalén, Netanyahu aprovecha el impás para advertir: “Sabemos que hay ciertas tareas que esta fuerza puede realizar… pero hay algunas cosas que están más allá de sus capacidades, y quizá lo más importante esté más allá de sus capacidades”, dijo el domingo pasado.

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