La inteligencia artificial está en boca de todos. Su despegue va en paralelo a un consumo récord de energía. Por ello, y por las consecuencias que tiene la guerra de Ucrania en la seguridad de suministro energético de petróleo y gas y más, es que lo nuclear vive un nuevo boom. Sama Bilbao y León (Bilbao, 1968) dirige la Asociación Nuclear Mundial que agrupa a las empresas clave de la industria nuclear a nivel global (desde la rusa Rosatom a la francesa EDF, la minera canadiense Cameco o la tecnológica estadounidense Microsoft), y explica desde Londres a Vanguardia Dossier la ventaja con la que juegan Moscú y Pekín en esta renovada carrera energética global.
Hasta hace nada la visión sobre las centrales nucleares era más bien negativa y todo se encaminaba a cerrarlas. Hoy, al revés, y sea por la guerra Ucrania-Rusia, las necesidades energéticas de las nuevas tecnologías, etc., se ven de forma muy diferente y se extiende la vida de algunas. ¿Estaba cantando?
A pesar de la percepción negativa que algunos tenían de la energía nuclear, esta ha sido durante las últimas cinco décadas una de las partes más relevantes del sistema eléctrico mundial. No gustaba a muchos, pero resulta que ha sido la mayor fuente de energía limpia del mundo durante las últimas diez décadas en los países de la OCDE y la segunda a nivel global, sólo detrás de la energía hidroeléctrica. Es importante saberlo.
¿Qué ha cambiado ahora?
Lo que ha pasado es una confluencia de muchas cosas. La guerra en Ucrania ha despertado el sentimiento de inseguridad energética en muchos. De repente nos damos cuenta de que tenemos que ser independientes y queremos ser autónomos energéticamente. La nuclear aparece rápidamente como una opción. Por otra parte, lo que empezamos a ver hace ya varios años, antes incluso de la guerra en Ucrania, es que es imposible alcanzar los objetivos del Acuerdo de París en tiempo razonable, a un precio razonable y de una manera equitativa sin la nuclear. Y luego, si vamos a la competitividad, el desarrollo y la prosperidad económica, etc., muchos ven que no se puede ser competitivo sin acceso a energía abundante, barata, limpia, 24 horas al día, siete días a la semana.
¿Su nuevo boom aguantará?
Yo creo que sí. Ahora la perspectiva de muchos países, como le pasa a Estados Unidos, es hablar de abundancia energética. En Europa este año por primera vez hemos escuchado a Teresa Rivera hablar de competitividad. Hasta hace unos pocos años en Europa hablábamos de descarbonizar a cualquier coste y ahora mismo sabemos que el coste es muy elevado porque hemos perdido competitividad, la industria se marcha y los precios de la industria no son tan competitivos como el de otras partes del mundo. Y eso es en los países desarrollados, porque mira lo que está pasando en India, China, en los países de Asia central o del sudeste asiático. Todos necesitan más energía. Durante muchos años la Agencia Internacional de la Energía nos dijo que íbamos a reducir el consumo energético y ahora vemos que no es así, por ejemplo con el boom de la inteligencia artificial. Estamos electrificándolo todo y nuestra demanda de electricidad continúa creciendo. No decrece, crece.
Se habla mucho del nuevo boom nuclear, pero en estos tiempos bélicos… ¿La expansión de la energía nuclear plantea también desafíos en cuanto a la no proliferación y la posibilidad de destinarse a fines no pacíficos? ¿Cómo se puede garantizar que el desarrollo de esta carrera civil no lleve también a la no civil?
La energía nuclear utilizada para fines civiles no tiene ningún tipo de relación con la proliferación o el uso de energía de esa fusión para temas de armas. Son cosas completamente independientes.
Se pueden citar los dilemas que acompañan al enriquecimiento, por ejemplo en Irán.
Ahora mismo tenemos muchos países en el mundo que utilizan combustible enriquecido y hay muchísimos controles y salvaguardas internacionales para manejar todos estos materiales y tecnología. Tener energía nuclear no tiene una relación directa con la proliferación bélica o de armas. Es lo mismo que, por ejemplo, la energía química: tener una planta química no significa que vayamos a tener armas químicas. Hay más de cien países que han operado centrales nucleares para la producción de energía o reactores de investigación para producir isótopos para aplicaciones médicas, etcétera, y ahora mismo menos de diez países en el mundo tienen armas nucleares. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Pero, más allá, se sabe de la dependencia global de Rusia en cuanto al ciclo de combustible nuclear, enriquecimiento de uranio, etcétera. ¿Hay medidas efectivas para diversificar precisamente este suministro y reducir vulnerabilidades geopolíticas de Occidente?
Primero, el uranio, que es el combustible que utilizamos en las plantas nucleares, es superabundante en todas partes del mundo. Está muy bien distribuido y ahora mismo tenemos reservas por todo el mundo que son más que suficientes para dar energía a no solamente las plantas que tenemos hoy, sino incluso si quisiéramos triplicarlas o más. Lo único que tiene que ocurrir es que tiene que haber inversión en minería de uranio. En los últimos veinte años no se ha invertido. Había muchas reservas ya extraídas y el precio del uranio era muy bajo. No había ningún tipo de incentivo para hacer nueva minería. Y obviamente esto ha cambiado. Ahora mismo estamos viendo mucha inversión en exploración y extracción de uranio.

¿Qué decir respecto a las otras partes del ciclo de combustible, por ejemplo la conversión, enriquecimiento y fabricación del combustible?
Es cierto que hay falta de equilibrio entre diferentes regiones y que en Europa o en Norteamérica dependíamos bastante de las capacidades industriales de Rusia. Pero te digo: eso son capacidades industriales, no recursos naturales. Es distinto. Y como se ha visto en los últimos tres-cuatro años, desde que empezó la guerra en Ucrania, hemos hecho esfuerzos e inversiones enormes tanto en Norteamérica como Europa y otras partes del mundo para desarrollar estas capacidades en conversión, enriquecimiento, fabricación… Vamos a ver que estos desequilibrios se van a balancear y no vamos a tener que depender de Rusia ni de nadie, francamente, lo que me parece bastante normal: si éramos serios en multiplicar nuestra capacidad nuclear, obviamente también teníamos que multiplicar las capacidades del ciclo de combustible.
¿De qué espacio de tiempo hablamos para que sea una realidad?
Es muy rápido. Estas instalaciones industriales se pueden construir en dos-tres años. No estamos hablando de veinte años. Son cosas que se están haciendo según hablamos aquí y que van a estar disponibleles en los próximos cuatro o cinco años.
Muchos países se han comprometido a multiplicar su capacidad nuclear para el 2050 ya sea para su descarbonización, para aumentar la competitividad económica teniendo menores gastos energéticos, etcétera. Y gran parte de los esfuerzos parece que se están dirigiendo a desarrollar reactores pequeños y medianos (SMR). ¿Es la revolución que se esperaba para la vuelta de lo nuclear, más simple, barata y quizá entendida como menos arriesgada frente a las centrales nucleares al uso que hoy tenemos, por ejemplo, en España?
Ahora mismo estamos viendo el esfuerzo y el compromiso de muchos países en triplicar su capacidad nuclear. En el mundo hay setenta centrales nucleares en construcción y la mayoría son grandes centrales. Va a ser una combinación de reactores grandes y algunos pequeños. Los pequeños tienen muchas ventajas, porque se pueden utilizar en cosas más específicas y son estandarizados; se construyen en una fábrica de forma que en vez de tener un proyecto donde tienes muchos, construcción en la que puedes tardar años, aquí tienes una fábrica en la que elaboran estos pequeños reactores nucleares, los ponen en un camión, los envían al sitio donde se va a instalar e instalas en muy poco tiempo. Esa es su ventaja. Pero, al mismo tiempo, si realmente quieres triplicar tu capacidad, no lo vas a hacer con incrementos de cien megavatios, lo vas a hacer con incrementos de mil megavatios o mil quinientos megavatios.
España tiene 5 centrales: Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Trillo y Vandellós II. Suman siete reactores (en verde). Zorita, Garoña y Vandellós I, cerradas, están en desmantelamiento (rojo).
¿Las centrales nucleares más grandes siguen siendo realmente viables pese a ser mucho más costosas y de construcción que se alarga mucho en el tiempo?
¿Se tarda muchísimo en construir centrales nucleares y cuestan muchísimo dinero? No es cierto. Y tenemos muchos ejemplos. China acaba de conectar a la red una central nuclear nueva y construye veinte centrales al año. Su precio es muy barato. ¿Por qué? Porque no hacen una central cada veinte años, sino que hacen veinte centrales cada año. La cuestión por la que en los países occidentales hoy por hoy no somos muy buenos en construir centrales nucleares es porque hace veinte años que no construimos una. Ese es el problema. Países como China, Rusia, India, Corea, están construyendo centrales a todas horas y lo hacen a un coste muy asequible y en muy poco tiempo. Mira Emiratos Árabe Unidos: han ido de cero al 25% por ciento de su energía con origen nuclear en quince años o menos. Han construido cuatro centrales nucleares grandísimas. Bangladesh va a empezar su primera central nuclear antes de que se acabe el año y han ido de cero al 10% de su electricidad en menos de diez años.
Buena parte de las nuevas nucleares, la casi totalidad de ellas, son construidas con ayuda de China o de Rusia. ¿Rusia y China están ganando la partida nuclear a nivel global en esta nueva carrera de potencias global?
Sí, a nivel global tanto China como Rusia o India son países que llevan apostando por la energía nuclear veinte años y llevan veinte años de adelanto a los países occidentales. También Corea, India y el resto de los países que están construyendo centrales nucleares en tiempo y presupuesto.
¿Y cuáles son las consecuencias?
Bueno, estamos despertando y eso es una buena noticia. Es lo que ves ahora mismo en Estados Unidos, en Canadá, Francia, Inglaterra y en los países europeos. Nos hemos dado cuenta de que realmente la energía nuclear es esencial para nuestro futuro. Ya sabes que en Estados Unidos en vez de triplicar quieren cuadruplicar; siempre más con el presidente Trump. Pero en Canadá lo mismo. Hay muchísimas inversiones. Lo que estamos intentando en los países occidentales es reconstruir estas capacidades industriales que hemos perdido en veinte años de no hacer nada. Estamos intentando recuperarlas y en vez de hacer un proyecto cada veinte años, pues hacer no sé si veinte pero sí cinco o diez cada año. Ahora mismo en Europa hay un montón.
En Europa y en Norteamérica hemos perdido la capacidad de hacer cualquier tipo de gran proyecto de infraestructura. Se ha olvidado cómo hacer grandes proyectos industriales, porque no los hacemos
¿Toda Europa va a la una?
Todos los países europeos, excepto España y Alemania. Alemania la dejo ya un poco de lado, porque ha tomado su decisión y es probablemente irreversible. En España aún podemos pensarnos las cosas un poquito. Todos los demás países en Europa que tienen nucleares están extendiendo su vida tanto como sea posible. Y todos están planeando nuevas centrales nucleares: Finlandia, Suecia, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Eslovaquia, República Checa, Rumanía, Bulgaria, Eslovenia…
¿Alemania se da por caso perdido? ¿Y en España, tras pedirse la extensión de la vida útil de la de Almaraz, se espera un cambio?
Alemania, por supuesto, está en una situación muy distinta a España, en el centro de Europa con veintitantas conexiones al resto de Europa, lo que no tenemos en España: aquí tenemos una. Es importante. Pero es que además estamos viendo que en Alemania el precio de la electricidad se ha ido por las nubes tanto para los privados como para los usuarios industriales y comerciales. La estabilidad de la red no está ahí. En Alemania están construyendo centrales de carbón, lo cual, bueno, es una opción, pero quizá no la que creemos más idónea. La industria se está yendo de Alemania. La competitividad económica alemana, por el precio de su electricidad, decrece de forma significa.
¿Y España?
Yo no digo que España tenga que construir muchas más centrales nucleares en un futuro próximo. Tal vez no es lo que necesitamos, pero ciertamente cerrar las que tenemos, el 20% de nuestra electricidad, que trabaja 24 horas al día, siete días a la semana, la más barata que tenemos sin contar todos los impuestos que tiene, ¿por qué? No tiene ningún sentido. Nuestras centrales nucleares son de las mejores del mundo. Nuestros operarios son de los mejores del mundo. La industria nuclear española está reconocida a nivel mundial como una de las mejores. Y son un montón de puestos de trabajo. ¿Por qué vamos a cerrarlo? Ahora mismo hay quien está frotándose las manos viendo que va a poder comprar toda la industria nuclear española. No lo entiendo. Si España no tuviera energía nuclear a lo mejor no tiene sentido instalarla. Habría que hacer el análisis. Pero teniéndola…
La central nuclear de Almaraz en Navalmoral de la Mata (Cáceres).
Si su extensión acaba siendo una excepción en vez de la regla, ¿qué consecuencias puede haber?
Date cuenta en el caso de Almaraz: el número de puestos de trabajo, las repercusiones económicas no solamente para Extremadura y para España, sino para la zona. Almaraz produce un montón de electricidad baratísima. Y ya lo vimos el 28 de abril [el día del gran apagón registrado en España]: la estabilidad de nuestra red necesita inercia, estabilidad de frecuencia, estabilidad de voltaje, y eso solo se puede hacer con grandes masas de acero girando a gran velocidad. No tiene que ser una central nuclear, puede ser una central de gas, puede ser una central de carbón, puede ser una central hidroeléctrica, pero si ya las tenemos, no lo entiendo.
Señala que la nuclear española es de las mejores, pero es China la que asume hoy el liderazgo en su construcción. ¿El liderazgo tecnológico actual está en China más que en Occidente y eso representa un reto?
La tecnología en Occidente es tan buena como la tecnología en China, Corea, Japón o India. Lo bueno de la energía nuclear es que estamos muy en contacto: los chinos son socios de nuestra asociación, y los rusos, los coreanos, los japoneses, los norteamericanos, los europeos, los africanos, los brasileños… Nos comunicamos, compartimos información y conocemos todos los detalles de la tecnología china, coreana o rusa. Francamente, la tecnología no es muy distinta. Es igual de buena que la que se desarrolla en Francia o Estados Unidos. Ahora mismo no es una cuestión de tecnología, que sea mejor, peor o diferente. Es una cuestión de retomar las capacidades de construir centrales nucleares. En Europa y en Norteamérica hemos perdido la capacidad de hacer cualquier tipo de gran proyecto de infraestructura. Esto es un problema para las centrales nucleares, pero también para las carreteras, puentes, aeropuertos, centrales de gas natural licuado… Se ha olvidado cómo hacer grandes proyectos industriales porque no los hacemos.
¿En la Unión Europea de veintisiete miembros es todo más complicado, por ejemplo para dar con alternativas viables a corto plazo para necesidades energéticas a corto plazo?
La ventaja es que a corto plazo las tecnologías que planteamos son tecnologías muy conocidas por todos los países de Europa, con lo cual los reguladores europeos saben cómo hacerlo. Por otra parte estamos trabajando con todos los países en Europa y otras partes del mundo para, de alguna manera, armonizar esta regulación, simplificar y acelerar cómo se regula y se licencian estas plantas. Es posible que la regulación sea un poco un obstáculo, un cuello de botella, pero se es consciente y lo estamos trabajando.
El dilema medioambiental de los residuos nucleares
Entre los que ponían y ponen pegas al desarrollo de la energía nuclear como alternativa para, por ejemplo, la descarbonización, un problema perenne es el de la contaminación de los desechos nucleares y todo lo relacionado con su seguridad. ¿Se ha solucionado?
Yo no lo llamo un problema, pero te respondo. El tema de los residuos nucleares es una de las mejores historias acerca de la energía nuclear. No hay ninguna otra energía, ninguna, que pueda decirte dónde están todos los residuos que se han producido en todo el mundo durante los últimos sesenta años. Sabemos exactamente dónde están. Los hemos controlado y gestionado de forma muy satisfactoria durante este tiempo. Los residuos que todas las centrales nucleares del mundo han producido durante los últimos cincuenta o sesenta años cabrían en un campo de fútbol. Todos. Tú dime qué otra energía te puede decir eso. Y podemos gestionarlos. Los residuos están perfectamente almacenados, de momento temporalmente y no porque no podamos hacer algo con ellos sino porque políticamente nuestros políticos han decidido que no quieren tomar ninguna decisión. Así es en Francia, en Japón, en Reino Unido o Rusia.
¿Pero siguen siendo un problema?
Lo que mucha gente llama residuos yo lo llamo combustible usado un poquito. El 95% de la energía que existía en el combustible queda en el combustible usado. En Francia, Japón, Rusia y en otros países se recicla y se vuelve a usar hasta que sacamos la mayoría de la energía que existe en ese combustible. Para mí el problema de los residuos no es un problema-problema, es un problema de percepción. Además el coste de gestionar estos residuos está incluido en el precio de la energía nuclear. Cuando tú pagas, particularmente en España, pagas por eso muchas veces: en la ciudad, la región, el país, la empresa… En ninguna otra energía te cobran el coste de la gestión de los residuos. Si hubiéramos gestionado nuestros residuos de la energía fósil de la misma manera que hemos gestionado los residuos de la energía nuclear, no tendríamos que haber ido a la COP.
¿Pero continúan siendo contaminantes?
Si miras las emisiones de carbono del ciclo entero, o sea, mirando las emisiones no solamente durante la producción de energía sino durante el ciclo entero (la minería, la generación de energía y luego en la parte final), la energía nuclear es la que produce menos emisiones de carbono, más o menos las mismas que la energía eólica, muchas menos que la energía solar. El tema es mirar las cosas en la misma escala.
Decía que “los residuos totales cabrían en un campo de fútbol, la cuestión es qué hacer con ellos”. ¿Qué podemos hacer con ellos?
El 95% de la energía que existe en los residuos es energía que queremos utilizar. En muchos países se recicla. Pero, obviamente, al final de todo siempre hay un residuo. No hay ninguna energía que no tenga residuos. Al final se puede almacenar. Por ejemplo en Finlandia están a punto de empezar la operación de su repositorio geológico. Es una opción. Hay otras. Pero su toxicidad, la peligrosidad de estos materiales después del reciclado, es muy, muy pequeña y en menos de cien años la radiotoxicidad de este material es la misma que tenía el uranio cuando lo sacamos de la tierra.
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