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En un sistema jerárquico, los actores de mayor rango gozan de privilegios respecto a su privacidad.
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Resuelto el problema de los generales bizantinos, esas jerarquías se vuelven innecesarias.
¿Quién vigila a los vigilantes?
La frase latina ‘Quis custodiet ipsos custodes?’, originalmente tuvo un sentido cómico y moralista en la Sátira VI de Juvenal respecto a las esposas adúlteras:
Amigos , ya os escucho
Decir : «Cerrojos pon, la entrada veda.» —
Mas ¿quién guarda al guardián? Diestra es la esposa,
Y sobornando á aquél hará que ceda.
Con el correr de los tiempos, la frase tomó un sentido más político. En el viejo orden monárquico los gobernantes estaban por encima de la ley y se la hacían cumplir a sus súbditos, mas no estaban sujetos a ella. Con el advenimiento de la democracia, esto ya no debería ser así, pero por cuestiones prácticas se les encarga a ciertas organizaciones que vigilen al resto por el bien común, pero ¿quién las vigila a ellas?
El filósofo francés Michel Foucault es conocido entre otras cosas por sus estudios sobre el panóptico, una prisión de forma circular inventada por el filósofo Jeremy Bentham en el siglo XVIII. El diseño permitía que un guardia pudiera observar a todos los prisioneros desde una torre central. Los prisioneros no sabrían exactamente cuándo el guardia los estaba observando y cuándo no, pero el saber que podían ser observados los forzaba a estar disciplinados en todo momento. En la ficción, encontramos esta misma idea en la novela 1984 de George Orwell.
En este modelo, especialmente extendido durante el siglo XX, es explícito que nadie vigila al que vigila. Ni siquiera el vigilado puede saber cuándo lo vigilan. El vigilante goza de total privacidad y el vigilado de ninguna.
Sousveillance
En contraste a surveillance (vigilancia), el inventor Steve Mann acuñó el término sousveillance, cambiando el sur (“encima” o “desde arriba”, en francés) por sous (“abajo” o “desde abajo”). El término se refiere a la vigilancia que el ciudadano común hace sobre sus autoridades, facilitada en los últimos años por la mayor disponibilidad de dispositivos que permiten grabar y transmitir.
Esto representa la inversión del modelo panóptico, tal como menciona el bitcoiner pionero Andreas Antonopoulos en una de sus conferencias:
«Una de mis palabras favoritas es una palabra francesa: sousveillance. Es lo contrario de vigilancia. Vigilancia significa mirar desde arriba; sousveillance significa mirar desde abajo. En su sueño de que los Estados-nación controlen todos nuestros futuros financieros, cometieron un grave error de cálculo. Es muchísimo más difícil que unos cientos de miles de personas vigilen a 7.500 millones. ¿Pero qué crees que pasará cuando 7.500 millones de nosotros devolvamos la mirada? ¿Cuando el panóptico se dé la vuelta? ¿Cuando nuestros sistemas financieros, nuestros sistemas de comunicación, sean privados y el secreto sea una ilusión insostenible? ¿Cuando los delitos cometidos en nombre de Estados y poderosas corporaciones sean vulnerables a los hackers, a los denunciantes y a los filtradores? ¿Cuando todo acaba saliendo a la luz? Tenemos una gran ventaja porque el equilibrio natural del sistema es aquel en el que los individuos pueden tener privacidad pero los poderosos ya no pueden tener secretos».
Andreas Antonopoulos
Responsabilidad recíproca (reciprocal accountability)
Hay una razón por la cual los generales bizantinos son generales: el problema no puede resolverse poniendo a alguien arriba de ellos para que los controle. El problema era cómo llegar a un acuerdo entre actores no jerárquicos y sin confianza entre ellos. Bitcoin lo resolvió eficazmente con un registro compartido y la prueba de trabajo. A partir de ahí ya no es necesario poner un árbitro o un vigilante que se encargue de verificar que estamos siguiendo las reglas, sino que podemos recurrir a ese registro que lo sabemos inviolable, y que está gestionado por todos, sin jerarquía.
Siguiendo a Antonopoulos: mientras la sousveillance debilita la opacidad y el secretismo de las autoridades, la cadena de bloques procura un sistema justo y privado a través de la transparencia (aunque parezca contradictorio). Eso nos lleva a la abolición de la autoridad por dos lados: uno, porque al perder su condición asimétrica de vigilancia (observar sin ser observada), pierda gran parte de su poder; el otro, porque el sistema de responsabilidad recíproca la vuelve redundante, innecesaria.
A la pregunta: “¿Quién vigila a los vigilantes?” (Quis custodiet ipsos custodes?) Crypto responde: “La vigilancia de todos contra todos” (vigilantia omnium ad omnia)
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.