La Solana: Aless, Manuel, Diego Sevilla, Juli, Dani, Almarcha, Josema, Mini, Babu, Naranjo y Capelo. También jugaron Edu Corrales, Sancho y José María.
At. Puertollano: Usero, Álvaro, Jesús, Jose, Poyatos, Manolo, Quique, Parrilla, Valdivia, Héctor y Matías. También salieron Lima, Alberto y Gonzalo.
Árbitro: Valencia Álvaro.
Goles: 1-0 m.21 Mini
1-1m.93 Álvaro
Incidencias: Tarde muy fría en La Moheda. Unos 300 espectadores.
Comentario: La Solana acarició una injusticia. Porque eso mismo hubiera sido ganar este partido. El postrero gol de Álvaro fue un jarro de agua helada en una tarde gélida de por sí, pero merecido a más no poder para la hueste minera, que se volvió loca de alegría cuando vio que el balón entraba. Eran muy conscientes de que ese gol, ese solitario gol, los devolvía a la pomada.
El At. Puertollano fue mejor y tuvo más ocasiones, sin más. A partir de ese titular, cabe analizar qué pasó. Y pasó que los rojillos se adueñaron del balón en la zona ancha, tirando paredes constantes y buscando el juego por banda en rápidas transiciones, que a menudo partían desde atrás en las botas de Manolo, la brújula de este equipo. En el minuto 8 ya llegó el primer gran susto merced a una vaselina de Matías que no entró por poco.
La Solana no encontraba la pelota y jugaba a disgusto. Luismi sacó el mismo once que enamoró ante el At. Ibañés pero se encontró con un rival más intenso y tan bien dotado técnicamente como el líder. A base de toque y ayudas constantes, los visitantes comenzaron a crear peligro. Sin embargo, fue Mini quien goleó primero. Juli prolongó hacia la ruptura del siete amarillo, que ganó la espalda a los centrales y batió a Usero por bajo.
Sin embargo, el 1-0 no varió la tónica. Almarcha no lograba dominar el cotarro como siete días atrás y Josema no tenía el feeling de otras veces con el balón. Tampoco Capelo. Arriba, Naranjo bajaba a buscar balones, pero apenas tuvo opciones de juego, siempre muy vigilado. El Puertollano cargó por la banda de Manuel y generó varias acciones peligrosas, tanto en juego dinámico como a balón parado. En el minuto 35, Matías cabeceó alto un buen servicio desde ese costado. Y en el minuto 43, el larguero escupió un zapatazo lejano.
Contentos pero moscas
La afición llegó al descanso con la alegría de la ventaja parcial, pero con la mosca en la oreja. Alguien decía que el mejor de los locales había sido el camarero del bar. No era verdad. Si había faltado mando en la zona de creación y presencia arriba, los centrales amarillos, Juli y Diego Sevilla, habían dado un curso acelerado de cómo defender.
En la segunda mitad La Solana salió bien. Qué pena la ocasión que marró Manuel en el primer minuto tras una galopada marca de la casa. Su perfecto quiebro le dejó perfilado con su pierna mala ante Usero y su remate salió desviado. El Puertollano apretaba, acumulando gente en el centro en busca de un dominio absoluto de la pelota. Lo consiguió, pero sus acometidas, incluido un carrusel interminable de saques de esquina, terminaban casi siempre en las cabezas imperiales de Sevilla y Juli. Y de vez en cuando, La Solana se desperezaba en ataque. Al cuarto de hora, Mini se encontró con Usero en un remate franco, aunque algo forzado.
Metidos atrás
El tiempo pasaba y el 1-0 se mantenía como oro en paño. Mientras Manolo Rodríguez movía piezas en busca del empate, Luismi decidió retirar a Capelo para dar entrada a Edu Corrales en busca de mayor profundidad. Pero a falta de un cuarto de hora, estaba claro que La Solana se iba a atrincherar. De hecho, se fue Naranjo y entró Sancho. Declaración de intenciones que funcionó hasta la última jugada del partido. Dani se lió en un balón en apariencia fácil, permitiendo un centro desesperado que remató Álvaro a la derecha de Aless. El gozo en un pozo. Y el fútbol justo, las cosas como son.