El presidente Yoon se salvaría al lograr que los diputados de su partido se ausenten del pleno

El presidente de Corea del Sur, Yun Suk Yeol, deberá superar la moción de censura de esta tarde en el parlamento, después de que su grupo político en bloque haya abandonado el hemiciclo, antes de la votación. Con la ausencia de 106 de los 108 diputados del grupo, la oposición, aun teniendo 192, se quedará corta en su objetivo de destituir  “por rebeldía” al jefe del Estado, para lo cual precisa de 200 diputados (dos tercios del pleno). 

Todos los diputados de la oposición ya han depositados sus votos, pero estos ni siquiera se cuentan mientras no haya quorum. Sin embargo, la votación permanecerá abierta durante cinco horas, hasta la medianoche. Por lo que en el pleno se ha coreado el nombre de cada uno de los diputados conservadores con el objetivo de hacerles recapacitar y que regresen a la sala. También, de paso, para abochornarlos en televisión. Algunas plazas cercanas a la Asamblea Nacional  están abarrotadas de gente opuesta a Yoon siguiendo la retransmisión de la moción de censura en pantallas gigantes. 

No parece que tengan ninguna intención de desmovilizarse: “Los coreanos sabemos que tenemos que defender la democracia con nuestras propias manos. Ya estamos compartiendo por redes sociales guías para hacer protestas de manera pacífica”, explica Jin Jun, una traductora de treinta años.

Había indicios de que el presidente podía salir indemne poco antes, cuando la propuesta de comisión de investigación sobre las actividades de la primera dama, Kim Keon Hee, tampoco ha conseguido, por poco los dos tercios necesarios. En este caso, los diputados del Partido del Poder Popular (PPP) sí que han ejercido su voto. El líder del opositor Partido Demócrata de Corea (PDC) ha advertido de que volverán a poner en la picota a Yoon aunque esta primera moción de hoy no triunfe. 

La avenida que conduce a la Asamblea Nacional estaba así de llena antes de que empezara la sesión, como todas las calles adyacentes

La avenida que conduce a la Asamblea Nacional estaba así de llena antes de que empezara la sesión, como todas las calles adyacentes

Jordi Joan Baños

La oposición ha compensado esta primera frustración registrando la propuesta de inhabilitación del ministro del Interior, por connivencia con la imposición de la ley marcial, el martes pasado. Lo mismo han hecho con el ya exministro de Defensa, general Kim Yong Hyun, considerado por algunos medios locales como el cerebro del golpe de mano reaccionario. A diferencia de lo que sucede con el presidente, en estos casos basta con sumar la mitad de los votos de la cámara para que la moción prospere. 

Añadiendo un elemento de intriga, la agencia surcoreana Yonhap ha informado de que a media votación el nuevo ministro de Defensa (en funciones) ha convocado una reunión de urgencia de altos mandos del ejército. 

Fuera del parlamento se registra una concentración de dimensión histórica y los ánimos podrían caldearse, pese a los cero grados de temperatura. Miles de policías están apostados en calles adyacentes.

Vista a un kilómetro del parlamento. La gente joven también está saliendo a la calle. El fondo de rascacielos recuerda que Corea del Sur es la 14ª economía del mundo y el 7º exportador de bienes

Vista a un kilómetro del parlamento. La gente joven también está saliendo a la calle. El fondo de rascacielos recuerda que Corea del Sur es la 14ª economía del mundo y el 7º exportador de bienes

Jordi Joan Baños

Pero la oposición deberá calmar los ánimos, a sabiendas de que el viento sopla a su favor y que puede ir rebanando ministros del gobierno, mientras plantea la siguiente propusta de destitución “por insurrección”. El pulso en Corea del Sur no hace más que empezar y no pinta nada bien para Yoon, en un país en el que casi todos sus presidentes de los últimos cincuenta años han acabado mal. 

asta esta mañana, Yook Suk Yeol, no había vuelto a dar la cara, tres días después de verse forzado a levantar la efímera ley marcial que él mismo había impuesto para “aniquilar a los enemigos del Estado”. Lo ha hecho en televisión, con una petición de disculpas que para muchos sabe a poco y llega tarde. 

Incluso si logra conservar la presidencia durante un tiempo, políticamente Yoon Suk Yeol es un muerto viviente, altamente tóxico para cualquier homólogo internacional. Asimismo, en un momento en que Corea del Sur -séptima exportadora industrial del mundo- teme estancarse, la mala imagen se convierte en un lastre insoportable. 2024 es el año en que podrá fecharse que Corea del Sur temió haber tocado techo (decreció, de hecho, en el segundo trimestre). Pero en el futuro hasta podría precisarse el día y la hora en que Yoon mató a la estrella del K-Pop. 

Y de forma más empírica, la tarde en que un diputado salió a la palestra con una tirita todavía en el rostro, a pedirle cuentas al presidente que les obligó a forcejear con 280 soldados armados con fusiles automáticos, en un 23-F a la coreana. 

(noticia en ampliación)

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