Travis Timmerman, un peregrino cristiano estadounidense que había entrado en Siria ilegalmente desde Líbano y que estaba encarcelado por el derrocado régimen de Bashar el Asad, fue hallado con vida a las afueras de Damasco. Timmerman explicó a varios medios internacionales que logró salir de la cárcel ayudado por un hombre y una mujer joven, y que luego caminó hacia el suroeste de la capital siria en dirección a Jordania.
El preso liberado explicó que viajó a Siria en una peregrinación religiosa y aseguró que sus carceleros le trataron bien y que no fue golpeado, aunque podía oír los gritos de otros reclusos que eran torturados. También relató que cruzó a pie la frontera entre Líbano y Siria en mayo pasado y que había estado leyendo “mucho” las Escrituras antes de decidirse a emprender este viaje.
Timmerman califica de “bendición” su liberación pero indica que sus carceleros le trataron bien y no fue golpeado
Timmerman, que calificó de “bendición” su liberación, añadió que fue puesto en libertad por los “liberadores” que llegaron a Damasco un día después de que El Assad huyera de la capital. También detalló que “los liberadores entraron en la prisión y derribaron la puerta (de su celda) con un martillo”.
Por su parte, la oficina de asuntos políticos del grupo islamista rebelde también se atribuyó la liberación de Timmerman y se puso a disposición del gobierno de EE.UU. para “completar la búsqueda de los ciudadanos estadounidenses desaparecidos por el antiguo régimen de Assad”. Las mismas fuentes añadieron que se está buscando a otro estadounidense, Austin Tice, un estadounidense que desapareció en Siria hace 12 años, y que se está organizando la salida de Siria de Timmerman rumbo a EE.UU., pero sin dar más detalles.
En la misma línea, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó que se está trabajando para “devolver a casa” al ciudadano Travis Timmerman, aunque también evitó dar más detalles por motivos de privacidad. Igualmente confirmó que no existes novedades acerca el paradero del periodista Austin Tice.
Desaparecido desde junio
La historia de la desaparición de Timmerman arranca el pasado mayo, cuando se le perdió la pista en Hungría. La madre, Stacey Gardiner, explicó que hasta el jueves por la noche, no había podido hablar con su hijo. Gardiner dijo que le había dicho que estaba de visita en Praga (República Checa) y Budapest (Hungría), para “escribir sobre diferentes iglesias” y agregó que la última vez que supo de él fue en mayo, cuando le dijo que se iba a un lugar sin internet y que llamaría cuando tuviera acceso de nuevo.
La familia denunció su desaparición y la Patrulla Estatal de Carreteras de Missouri emitió un boletín en el que se decía que “Pete Timmerman” había desaparecido en Hungría a principios de junio. A finales de agosto, la policía húngara publicó un anuncio de personas desaparecidas para “Travis Pete Timmerman”, diciendo que fue visto por última vez en una iglesia en Budapest.

Stacey Collins Gardiner, madre de Travis Timmerman, feliz al saber que se ha encontrado a su hijo sano y salvo
El preso estadounidense sufrió un trato distinto al de los sirios: pudo hacer alguna llamada y dispuso de tres descansos al día
Según su relato, Timmerman fue detenido tras cruzar hacia Siria desde una montaña a lo largo de la ciudad oriental libanesa de Zahle en junio. Fue entonces cuando fue interrogado durante tres horas y media al pensar que podía ser un espía. En un breve segundo encuentro, revisaron su teléfono móvil, y en una última comunicació, explicó a sus captores los motivos que le habían llevado a Siria.
El joven, natural de Urbana, Missouri —a unos 80 kilómetros al norte de Springfield en la parte suroeste del estado—, insistió en que no fue torturado y que, en todo caso, las amenazas contra él eran “implícitas” porque podía escuchar palizas diarias en la celda de al lado. No obstante, se le permitió usar su móvil para llamar a su familia hace tres semanas, aunque en esa ocasión, Timmerman no le dijo a su familia que estaba en Damasco, solo que estaba bien.
Sobre su vida en prisión, Timmerman explicó que dispuso de un colchón, un recipiente de plástico para beber y otros dos para la basura. Al principio de su cautiverio, Timmerman tuvo la posibilidad de hacer tres descansos para ir al baño y hacer ejercicio e incluso ganó peso porque comía pan sin levadura, arroz, avena y a veces le daban una patata o un tomate, lo que era un tratamiento claramente reservado para los prisioneros no sirios.
En declaraciones a agencias internacionales, narró que las llamadas a la oración de los viernes lo ayudaron a llevar la cuenta de los días. A modo de conslusión, Timmerman trata de sacar lo bueno de la traumática experiencia: “Es un momento de consuelo y puedes meditar sobre tu vida. Fue bueno para mí”.
Hallado deambulando cerca de Damasco
El relato de Timmerman no concluye ahí. También explica cómo fue el día de su liberación, en el que llegó a pasar miedo por no entender lo que estaba ocurriendo, aunque rápidamente se dio cuenta que los milicianos disparaban al aire a modo de celebración y que no había ningún choque armado. “Fue una escena emocionante. No sabía si nos estaban sacando en medio de una zona de guerra… visto a posteriori, el tiroteo no fue un enfrentamiento real”, señaló.
Siempre según su versión, en aquel momento volvió a la celda junto a otros dos prisioneros, hasta que un compañero lo ayudó a salir, sujetándole el brazo. Acto seguido, él y su liberador acompañaron a una mujer, también presa, hasta Damasco.

Travis Timmerman, el peregrino cristiano estadounidense, fue encontrado deambulando cerca de Damasco camino a Jordania, tras pasar por una cárcel del régimen de El Asad
Timmerman pasó dos noches en la capital siria, una en un apartamento abandonado en el casco antiguo y otra en la casa de un nuevo amigo. Luego comenzó a caminar dirección Jordania, momento en el que una familia siria lo encontró descalzo en una carretera principal cerca de Damasco la madrugada del jueves.
La familia declaró que el joven estadounidense parecía tener frío y hambre, así que lo llevaron de vuelta a su casa. “Lo alimenté y llamé a un médico”, dijo Mosaed al-Rifai, un recolector de basura de 68 años que fue la persona que detectó a Timmerman deambulando en las inmediaciones de la capital siria. Unas horas después de que fuera descubierto, los rebeldes que derrocaron el régimen de El Asad llegaron a la casa de la familia y recogieron al joven.