Catalunya depende de la energía atómica por el enorme retraso en las renovables

Catalunya fue la comunidad pionera en españa en el desarrollo de lo que posteriormente se llamaron energías renovables. En esta comunidad se inauguraron las primeras infraestructuras de energía hidroeléctrica en las riberas de los rios Ter y Llobregat a principios del siglo XX. La comarca del Empordà fue uno de los territorios que acogió los primeros aerogeneradores para producir energía eólica.

Pero también fue una de las zonas de España en la que más se instaló la llamada filosofía NIMBY (Not in my back yard -No en mi patio trasero), aquella que clama por las ventajas de las renovables, pero rechaza que se instalen cerca de sus casas o municipios por los inconvenientes que llevan asociados.

Fue la comunidad autónoma pionera en instalaciones de energía hidráulica y eólica

El resultado es lo que la Autoridad Catalana de Competencia (ACCO) denomina “una década perdida” debido a que desde 2016 hasta hace poco más de un año “la inversión en plantas de producción eléctrica a gran escala ha sido prácticamente nula”.

Según establecido por la Prospectiva Energética de Cataluña (PROENCAT) 2050, se deberá haber instalado 12.000 MW de energías renovables en el 2030 (5.000 MW de energía eólica y 7.000 MW de fotovoltaica) y 62.000 MW en el año 2050. En cambio, en el año 2022 se habían instalado 1.300 MW de energía eólica y 736 MW de solar.

Ese retraso en el impulso a las renovables ha dejado a la energía nuclear como la principal fuente de generación de electricidad en la comunidad. En concreto, en 2023 supuso el 56,9% del total, según los datos publicados en octubre del 2024 por el Institut Català d’Energía. Frente al 20% en el conjunto de España. La aportación de las renovables fue del 18%, un 2,5% más que en el año anterior pero muy lejos del 50% que aportaron en la economía española. Pese a que Catalunya es una de las zonas en las que más crece el autoconsumo. La comunidad también tiene 1.730 MW de fotovoltaica y 236 MW de eólica autorizados.

La comunidad tiene cuatro de los siete reactores nucleares de España con cierres previstos para 2030 (Ascó I, Cofrentes y Valdellos) y 2031 Ascó II. El proceso de clausura de estas debería comenzar como muy tarde en 2027 y dada la lenta evolución de la implantación de renovables y el retraso que acumula el desarrollo de hidrógeno verde y otras tecnologías de respaldo el riesgo para la industria catalana, como ha advertido Foment, es muy alto.

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