No hay paz para Marie Claire, como decía la película. Después de un verano convulso con el cierre de la operación de compra por parte del nuevo comprador, y de un otoño de reincorporaciones a cuentagotas a la empresa, el invierno no ha dejado buenas noticias para la empresa textil de Vilafranca que se erige como dinamizadora económica de toda una comarca, Els Ports, al norte de Castellón.
El pasado 5 de diciembre la nueva propietaria, For Men, reconocía que “las dificultades administrativas y burocráticas derivadas de la compra” estaban retrasando algunos pagos. Días antes, desde UGT-PV los trabajadores habían denunciado que había empleados que no habían cobrado aún nóminas de octubre y noviembre.
UGT-PV denunció que había nóminas de octubre y noviembre por pagar, la empresa alegó problemas administrativos
De nuevo la sombra caía sobre Marie Claire, y se alargaba hasta que dos semanas después se anunciaba el cierre de la planta, desde el 19 de diciembre y hasta el 7 de enero, debido a las bajas temperaturas que los trabajadores habían explicado pasar. “Estaban trabajando con mucho frío en la fábrica, el otro día había -10 grados en Vilafranca, y encima están sin cobrar”, explicaba Antonio Durán, secretario general de UGT FICA comarques de Castelló, que pidió el cierre a expensas de los trabajadores. Es él quien lamenta que la historia de la textil castellonense esté pasando de “sueño roto a pesadilla eterna” tras casi una década de vaivenes.
El último llegó un día después, el 18 de diciembre, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón, el mismo que autorizó la venta, acordó “de forma cautelar” el embargo de todos los bienes y derechos que integran la unidad productiva de la empresa, así como de los saldos de las cuentas bancarias y acciones de la mercantil que la adquirió el pasado verano, For Men SA, y de su administrador. El embargo abarca todo: los bienes y derechos de Marie Claire que fueron enajenados en su momento, como la maquinaria, el stock, las materias primas y las marcas comerciales.

El escrito del TSJ explica que la venta se pactó en 250.000 euros y la escritura del contrato de compraventa se elevó a pública el 27 de septiembre, pero el pago debía ser abonado el 1 de octubre, pero el administrador concursal mantiene que, llegada la fecha acordada, no se pagó cantidad alguna. Hizo varios intentos infructuosos de localizar al comprador para pedirle explicaciones mediante correos electrónicos y burofax, pero nada. El administrador concursal apuntó a la “falta de pago, la nula liquidez y la falta de colaboración” de la empresa compradora, que se había comprometido semanas antes con el futuro de Marie Claire ”y con la construcción de un entorno laboral estable y próspero» para todos los empleados.
El administrador concursal hizo “varios intentos infructuosos” de localizar al comprador para pedirle explicaciones por los impagos
Un clima difícil que en septiembre ni se intuía. Entonces parecía que se obraba, de nuevo, el milagro en Marie Claire. Tras casi una década de varapalos y unos meses de mucha incertidumbre, la titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón autorizaba en agosto la venta de la unidad productiva de la empresa a la mercantil ForMen SA, después de que la ofertante corrigiera los defectos alegados en la oferta inicial y de que el Fondo Garantía Salarial manifestara autorizara la operación. Hasta el president de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, visitó la fábrica acompañado por la entonces consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes.

Mazón saluda a los trabajadores de Marie Claire, el pasado 19 de septiembre
Allí presumió de la labor del Consell y del Instituto Valenciano de Finanzas para, según dijo, los trabajadores “puedan volver a desarrollar su labor” y acusó al gobierno del Botànic de condenar a la fábrica a su desaparición. Subrayó que su gobierno estaba dando su apoyo a la nueva dirección, a la que pidió que “garantice el mantenimiento de los puestos de trabajo de la comarca”. Más de tres meses después de aquella visita institucional, hay muchas incógnitas sobre el futuro de la industrial. Desde la Conselleria que ahora dirige Marián Cano prefieren no hacer valoraciones sobre las decisiones judiciales, pero se reconocen “pendientes” de la evolución de la situación.

Tampoco la alcaldesa de Vilafranca del Cid, la socialista Sílvia Colom, quiere valorar la situación al tiempo que se mantiene pendiente de cuánto pasa en una empresa que es capital para la economía local; ni la empresa ha contestado tampoco al requerimiento de La Vanguardia sobre la actualidad de una empresa que en su versión online sigue funcionando y que garantiza envíos de sus piezas de ropa entre dos y cinco días hábiles, aunque antes llegan las prendas al comprador que reabre la fábrica de Vilafranca, al menos de momento.