Es una suerte acabar un año razonablemente bueno y avanzar hacia otro que pinta bien. Pero los buenos resultados han salido de analizar las cosas bien, y hemos de ver qué mejoras podemos hacer, tratar de identificar posibles oportunidades y estudiar cómo aprovecharlas, ver si disponemos de un buen equipo de personas que haga posible llevar estas oportunidades a realidades y, sobre todo, no autoengañarnos en nada.

.
Nos van apareciendo cosas que se presentan muy importantes para las empresas. Por ejemplo, la IA (inteligencia artificial). Esto es algo muy útil, pero hemos de tener muy claro qué le queremos preguntar a esa inteligencia y cómo le organizamos su trabajo. Nuestra inteligencia humana es crucial para diseñar cómo un ordenador puede ir ayudando a ir avanzando hacia una estrategia decidida por nuestra inteligencia humana y transformada en procesos y acciones por la vía de la inteligencia artificial.
Si no se sabe estar al día en tecnología, siempre se puede vender la empresa
Aquellos empresarios que descubren que han de reducir su plantilla desearían que un robot gestionase con inteligencia artificial los despidos y quedase muy bien con costes que fuesen bien asumibles. Pero aún no tenemos robots que hagan esto bien. La informática puede ayudarnos mucho a hacer un buen proceso de ajuste, pero deberíamos estar muy seguros de toda la información que hemos de utilizar, qué negociaciones pueden ser posibles y qué reacciones políticas, sindicales, competitivas pueden ocurrir.
Vemos claro que avanzamos rápidamente hacia una economía global. Tenemos el excelente resultado de una empresa china que va a fabricar coches en Barcelona para venderlos internacionalmente. Y tenemos empresas españolas que tienen fábricas de componentes para el automóvil en China. Naturalmente hay muchos empresarios que no ven cómo estar al día en tecnología y cómo desplegarse internacionalmente. Siempre sugiero que les queda una buena solución: vender su empresa con rapidez a otra empresa que esté avanzando bien hacia el futuro global. Decirle esto a algún empresario parece casi un insulto. Muchos piensan que el Gobierno debería protegerlos.
Esto ocurre en todo el mundo. Empresarios americanos se van a ver a su presidente para que les ponga problemas a algunos competidores internacionales que van a entrar en su mercado. Esto ocurre en muchos otros países también. Pero no es una solución. Más pronto o más tarde se acabará esa protección contra competidores que van teniendo un buen despliegue internacional.
La solución está en las personas. Cada vez tenemos más jóvenes que van digiriendo bien las nuevas tecnologías. Formemos bien a nuestros empleados y vayamos contratando buenos expertos en las tecnologías y en la inteligencia artificial.
Recuerdo en mi juventud que los ordenadores requerían un edificio para montarlos. Dentro de pocos años seguramente la inteligencia artificial ya será algo muy normal.