El PNV, ajeno al acercamiento entre PP y Junts

El acercamiento entre el PP y Junts, especialmente en la recta final del año y a través de varios acuerdos parciales, no altera la hoja de ruta del PNV. Los jeltzales se hallan en un momento en el que su pacto de investidura con los socialistas está alcanzando una alta rentabilidad y no se plantean otra vía que no sea la de dar continuidad a la legislatura del Gobierno de coalición, apostando de manera activa por la aprobación presupuestaria y la estabilidad en el Congreso.

La coincidencia con los populares en algunas votaciones, desde el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela hasta su reciente rechazo al gravamen a las energéticas, no obedece a un paulatino viraje estratégico, sino a concomitancias de fondo en el plano ideológico acompañadas, en ambos casos, de una presión fáctica difícilmente soslayable para los de Andoni Ortuzar.

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El presidente del PP vasco, Javier de Andrés, ha advertido estos días a los dirigentes de Génova al respecto, después de que Borja Sémper, portavoz de los populares, abogase por “reforzar” la interlocución con los jeltzales. “Es más útil llegar a acuerdos con otras formaciones que estar en una esquina arrinconados”, señaló.

De Andrés, por contra, alerta a los líderes de su partido de que el entendimiento entre los nacionalistas vascos y el PSOE obedece a una estrategia “de largo alcance”. Ni las coincidencias puntuales en algunas votaciones en las Cortes ni el acuerdo alcanzado en la Diputación de Gipuzkoa, que obedece a una lógica local, acercan un escenario en el que los jeltzales se puedan prestar a laminar al Ejecutivo de Pedro Sánchez, según ha advertido el dirigente popular vasco.

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Lo cierto es que el PNV es uno de los socios del Gobierno de coalición más interesados en que la legislatura continúe y solo se reposicionará en caso de eventual naufragio, está por ver si favorecido por un cambio de rumbo de Junts. El acuerdo con el PSOE en Madrid es para los jeltzales la mejor garantía de estabilidad en Euskadi, donde gobiernan con los socialistas en las principales instituciones y han conseguido mantener elevadas cotas de poder pese al auge de EH Bildu.

El PP vasco advierte a Borja Sémper de que tratar de atraer a los nacionalistas resultará baldío

En pleno proceso de renovación, que concluirá con su asamblea general los días 29 y 30 de mayo, los nacionalistas vascos quieren estabilidad para concluir su cónclave interno y, una vez finalizado, necesitarán tiempo para relanzar su proyecto, tratar de reconciliarse con su electorado y frenar la sangría de votos que han sufrido en el último ciclo electoral.

El PNV considera que su acción de gobierno en Euskadi, especialmente por medio del Ejecutivo del lehendakari, Imanol Pradales, debe ser el principal frente para reenganchar a los suyos, poner en vías de solución las preocupaciones sociales que le vienen lastrando y, en definitiva, frenar el declive electoral, aunque confía también en que su labor en Madrid contribuya a relanzar su proyecto.

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MADRID, 19/12/2024.- El diputado del PP Juan Bravo interviene en el pleno del Congreso de los Diputados en Madrid este jueves. EFE/Javier Lizón

La actualidad política vasca se ha desplazado en buena medida hacia Madrid y en los últimos años al PNV le ha salido un competidor en su papel histórico de conseguidor que vela en las Cortes por los intereses de Euskadi, EH Bildu. Durante la pasada legislatura el rol que el Gobierno central otorgó a la coalición abertzale exasperó a los jeltzales, que al mismo tiempo se mostraron muy críticos con la dilación y el cierto desdén con el que, por momentos, eran atendidas sus demandas.

El presente mandato discurre por otros derroteros. Los jeltzales están logrando por fin sacar un elevado rendimiento al pacto rubricado hace poco más de un año para la investidura de Pedro Sánchez. Valga como ejemplo los movimientos que se han vivido en las últimas semanas. Con el cambio de año, el Gobierno vasco ha asumido la gestión de dos nuevas competencias, ligadas a la actividad cinematográfica y los procesos de acogida a migrantes beneficiarios de protección internacional, al tiempo que ha comenzado a gestionar cinco líneas de Cercanías que no habían sido traspasadas.

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En abril, el Ejecutivo de Pradales asumirá la competencia de la ordenación y gestión del litoral, y para entonces los traspasos al Gobierno vasco desde que Sánchez llegó al poder en el 2018 se acercarán ya a la veintena. La posibilidad de siquiera acercarse al cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika, una aspiración que lleva años priorizando, emerge como un objetivo factible y el PNV confía, además, en abrir la carpeta del nuevo Estatuto, para lo que no solo necesita labrar un acuerdo con EH Bildu y PSE en el País Vasco, sino también una correlación de fuerzas que lo facilite en Madrid. Otra razón de peso para mantener su apoyo al Ejecutivo de coalición.

La nueva dinámica entre posconvergentes y populares no cambia un factor clave: Vox sigue en la ecuación

Finalmente, la nueva dinámica que se abre paso en cuanto a la relación entre el PP y Junts, facilitada al fin y al cabo por la ley de Amnistía, no ha cambiado un factor fundamental: cualquier alternativa al Gobierno de coalición actual pasa por Vox, que según las últimas encuestas ganaría peso y se situaría alrededor de los 45 escaños.

Se trata de un obstáculo más que lleva al PNV a centrar el rumbo en la hoja de ruta que inició en el 2018, cuando la moción de censura quebró su relación con el PP. Seis años y medio después, Génova sigue sin dar con la tecla para consolidar una línea de colaboración con Sabin Etxea.

De la sede en París a la selección de pelota vasca

La relación de logros de la que el PNV puede presumir en los últimos meses va más allá del autogobierno y llega también al plano simbólico. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado día 24 la decisión del Gobierno central de devolver al PNV la propiedad de la sede del Ejecutivo del lehendakari José Antonio Agirre en París, durante el exilio. El palacete, ubicado en la avenida Marceau, fue adquirido en el 1936 por el PNV, aunque el franquismo se lo arrebató en 1951. Desde 2009 ha sido la sede del Instituto Cervantes en París. El Gobierno vasco, además, ha celebrado esta Navidad el reconocimiento por parte de la Federación Internacional de Pelota Vasca de la Federación Vasca como miembro de pleno derecho, algo que, si no prospera el recurso de la Federación Española, le permitirá competir como una selección oficial más en las diversas modalidades de pelota vasca, algo que ya hace en otros deportes.

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