Rafael Pérez: ‘No hay que abandonar a los animales, no son fuente de contagio’

Los veterinarios son también un sector esencial que continúa desempeñando sus funciones a pesar del Estado de Alarma. Garantizar el cuidado de las mascotas y controlar la cadena alimentaria son sus objetivos cotidianos, si bien el volumen de trabajo ha disminuido notablemente por el confinamiento. Rafael Pérez Corrales, veterinario de La Solana, lamenta las pérdidas que está ocasionando esta situación en la ganadería, además del daño colateral que incide directamente en los animales de compañía.

En declaraciones a la emisora municipal Radio Horizonte, el facultativo señaló que “La actividad ha bajado casi un 80% porque la gente está muy concienciada y el miedo también hace que haya menos demanda”. En cualquier caso, su clínica continúa abierta “porque no se pueden dejar desatendidos a los animales”, aunque para evitar aglomeraciones y posibles focos de propagación del virus, atienden bajo cita previa.

Las consultas son las habituales, es decir, “básicamente urgencias”, pero también hay casos de tratamientos periódicos como las vacunas o desparasitaciones. Pérez recalca que “no hay que abandonar a los animales porque no son fuente de contagio”. Al respecto, explicó que aunque los coronavirus son de origen animal, según los estudios, “se habla de algún contagio de la persona a algunos animales, pero no hay evidencias científicas del salto de animal a persona”.

El veterinario recordó que cualquier individuo afectado por el coronavirus tiene que extremar las medidas de higiene especialmente y hacer lo propio con su mascota. El estado de confinamiento también pasa factura a los animales “les cambia la vida igual que a las personas. Si están acostumbrados a salir más tiempo y a relacionarse con otros de su especie, también pueden sufrir algún tipo de ansiedad”.

Menos trabajo en los mataderos

Dentro de su vertiente de salud pública, Pérez argumentó que también tiene menos trajín. El control de la cadena alimentaria es menor en la actualidad ante el cierre de los comedores escolares y el reducido ajetreo en los mataderos “en el caso del cordero, ha bajado mucho el volumen de piezas porque no es una carne que se consuma a diario en demasía, sino que tiene que ver más con la celebración de eventos”. Mención aparte para los toros que se iban a lidiar esta temporada “será un gasto tremendo para las ganaderías y algunos no podrán mantenerlos. Muchas camadas tendrán que ir directamente al matadero”.

Al igual que sus colegas de profesión, reclama que se les tenga en cuenta en el comité técnico del coronavirus porque creen que sus conocimientos en microbiología, inmunología y zoonosis es una aportación necesaria para gestionar y resolver la pandemia.

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