Las butacas están vacías. Las tablas descansan del traqueteo de actuaciones. Ni siquiera hay ensayos. Las pantallas de los cines permanecen a oscuras. Los juglares de plazas y paseos marítimos están mudos… El mundo de la cultura cara al público ha frenado en seco y se ha convertido en uno de los grandes damnificados económicos de esta crisis sanitaria.
En La Solana, espacios escénicos habitualmente inquietos como el teatro ‘Tomás Barrera’, el auditorio del Centro de Artes o el Cine Municipal –por citar algunos- permanecen huérfanos de actividad. Son muchas las funciones suspendidas en las últimas semanas a cuenta del Covid-19, entre ellas el pregón de Semana Santa, la gala institucional de los premios ‘Galanes’ o la final del concurso ‘La Huella de tu Voz’.
Paco Romero Doncel, programador cultural del Ayuntamiento de La Solana, ha tirado a la papelera los eventos previstos. La programación de primavera se ha suspendido sine die. En declaraciones a Radio Horizonte, reconoce que añora el trajín de las actuaciones y los planes para las siguientes campañas, así como los llamamientos semanales a la gente y preparar la publicidad de cada espectáculo. “Echo de menos trabajar para hacer feliz a la gente a través de la cultura”, asegura.
Trabajar sobre la marcha
“Al principio hablábamos con la esperanza de retrasar hasta abril, luego a mayo; ahora todos nos hemos hecho a la idea de que la realidad es otra”. En esta coyuntura es imposible proyectar a corto y medio plazo, máxime cuando la temporada cultural de verano se echa encima. Paco Romero reconoce que “no hay más remedio que ir sobre la marcha”.
Se oye que el programa Ministerio de Cultura puede aplazar su programación de Platea hasta después del verano, pero cree que será muy difícil encajarla a nivel local. Son muchas las actividades fijas en el calendario, como la Semana de la Virgen, la Semana de la Zarzuela o el Festival de Cine y Vino, que dificultarán hacer hueco. A ello se uniría la programación de otoño de la Red de Teatro de Castilla-La Mancha.
De momento, citas como la zarzuela o el festival cinematográfico siguen ubicados en las fechas previstas. Para este último caso, Paco Romero confirma que los plazos oficiales de los concursos de cartel anunciador (hasta mediados de junio) y presentación de cortometrajes (hasta finales de julio) continúan vigentes. Lo que no garantiza es una alteración de la programación final, sujeta a la evolución de los acontecimientos.
La sociedad se adaptará
En este sentido, cree que las aglomeraciones de gente ya no serán iguales, ni en los teatros ni en los cines. “A lo mejor donde caben 200 tendrán que pasar 100, y donde haya un aforo de 500 sólo podrán pasar 250”. Una medida lógica pero que chocaría frontalmente con la viabilidad económica de muchas compañías y de la industria de la cultura en general. Paco Romero confía afirma que el sector es de los más castigados por esta crisis sanitaria, “una compañía de teatro deja de comer a la misma gente que una cuadrilla de albañiles que no sale a trabajar a una obra”. Sin embargo, confía en que se acabará acomodando a la coyuntura. “Siempre se adapta la sociedad a las situaciones nuevas; no podemos estar toda la vida metidos en casa”.
