El proceso de venta de Talgo se enreda con la aparición de un nuevo competir en firme ahora que el plan vasco de Sidenor empezaba a tomar forma. El fondo estatal polaco PFR ha anunciado que en los “los próximos días” transmitirá una oferta al fondo instrumental que controla Talgo, Pegaso, para la compra del fabricante de trenes. Si tiene buena acogida, esto es, si la propuesta se considera amistosa, lanzará una opa por el cien por cien de la empresa.
El anuncio puede suponer un brusco cambio de escenario en el plan de reemplazar al accionista de referencia de Talgo. Pegaso, con un 40% del capital, tiene entre sus accionistas a la familia Oriol y a Juan Abelló, pero la pieza clave es el fondo Trilantic, que cuenta con un 29,9% y lleva tiempo deseando salir del capital.
Está dispuesto a comprar el cien por cien, frente al plan vasco, que solo se dirige al 29,9% de Trilantic
El Gobierno ya vetó una opa amistosa a 5 euros por acción del grupo húngaro Ganz Mavag al considerar que esconde intereses prorrusos que amenazan la seguridad nacional y su prioridad sigue siendo la oferta vasca liderada por Sidenor. Hace unos días, la empresa presidida por José Antonio Jainaga y sus socios BBK, fundación Vital y el fondo público vasco Finkatuz ofrecieron hasta 4,8 euros solo por el 29,9% de Trilantic, condicionados en parte a la obtención de resultados concretos del plan estratégico. La SEPI observa de cerca el movimiento por si tuviera que prestar asistencia.
Fuentes conocedoras del proceso aseguran que la posición del fondo PFR ha sorprendido a los principales accionistas de Talgo, que están centrados en valorar la oferta en firme que les ha comunicado Sidenor. A la espera de conocerse el precio ofrecido por PFR, su movimiento sí podría facilitar una salida a accionistas como los Oriol, representados en la cúpula de la empresa a través del presidente de Talgo, Carlos de Palacio Oriol.

El proceso podría animarse todavía más si se confirma que la india Jupiter Wagons también quiere pujar por Talgo. PFR ya ha informado tanto a la CNMV como a la propia Talgo de sus intenciones y es previsible que el lunes su anuncio afecte a la cotización de la empresa.
PFR es propietario del fabricante polaco de trenes Pesa y su plan consiste en formar una alianza entre las dos empresas para crear un “campeón europeo con una amplia gama de productos y experiencia en la mayoría de los mercados de la UE”.
El grupo resultante dispondría de “una mayor capacidad industrial, más financiación y nuevas oportunidades comerciales en trenes de alta y muy alta velocidad en Europa Central y Oriental, especialmente Polonia”, explica.
Se abre a aceptar un socio minoritario español para preservar las “raíces vascas”
PFR ha estudiado bien el caso, porque lanza guiños al Gobierno español y vasco. “Entiende” la importancia de preservar la españolidad de la empresa, con lo que “estaría abierta a considerar mantener su sede y su capacidad industrial”, así como su condición de cotizada en el país. Se muestra dispuesta a acoger un “coinversor español minoritario” en su capital y reconoce la relevancia de las “raíces vascas de la compañía”.
Ofrece además un elemento que resulta clave para la situación de Talgo, que es “capacidad industrial” para resolver los problemas de entrega de pedidos del grupo español con grupos como la Deutsche Bahn alemana. Le abriría además la puerta a las importantes inversiones de alta velocidad en Polonia.
Se trata de “un atractivo proyecto europeo de consolidación industrial” en la que podrían integrarse las carteras de ambas empresas. Por un lado, los tranvías, locomotoras y trenes regionales de Pesa. Por otro, la experiencia de Talgo en trenes de alta velocidad. Ambas empresas ya trabajan juntas en algunos proyectos como la adaptación de los trenes Avril para competir en los concursos de alta velocidad de Polonia.
Polonia no es Hungría
La opción favorita del Gobierno es el plan vasco liderado por Sidenor para la continuidad de Talgo. Sin embargo, plantea el problema de que la oferta es en exclusiva para Trilantic y puede generar malestar entre otros accionistas. El acercamiento polaco tiene en cambio el atractivo de incluir una opa por el cien por cien. El Gobierno podría recurrir al escudo antiopas para vetarlo, como ocurrió con el consorcio húngaro Ganz-Mavag, pero para eso se necesitan argumentos. Polonia no es Hungría. Es el gran baluarte de la UE y la OTAN frente a Rusia, capaz de acoger millones de refugiados ucranianos. El acercamiento se produce días después de una reunión entre Pedro Sánchez y su homólogo polaco, Donald Tusk, en Bruselas.