Los ecuatorianos votaban ayer para elegir a su próximo mandatario, en unos comicios en los que el actual presidente, Daniel Noboa, busca el apoyo de la mayoría por sus promesas de seguir luchando contra el crimen, para así evitar una segunda vuelta que lo volvería a enfrentar a la izquierdista Luisa González.
Noboa (37 años), heredero de una fortuna empresarial, ha dicho que puede ganar en la primera vuelta y dos encuestas indicaban a fines de enero que puede de lograrlo, ya sea consiguiendo más del 50% de los votos válidos o sumando al menos el 40% y con 10 puntos de ventaja sobre su rival más cercano.
Dos opciones
Noboa puede revalidar su cargo logrando más del 50% de los votos o con el 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo
Otros cálculos muestran que la segunda vuelta es factible. Ambos candidatos instaron a sus votantes a que observaran el escrutinio en los centros de votación en un esfuerzo por evitar manipulaciones, y los políticos del partido de González pidieron una “defensa de la voluntad popular”.
“Ecuador ya cambió y quiere seguir cambiando, quiere consolidar el triunfo. Ya no somos una promesa, somos una realidad de que este país ya decidió”, dijo Noboa en el cierre de su campaña en Quito. “Este domingo recuperen su capacidad de soñar”. El mandatario dice que el despliegue militar en las calles y dentro de las cárceles, así como otras medidas en seguridad, ha reducido las muertes violentas en un 15% en un año, ha llevado a una caída drástica de la violencia en las prisiones y facilitado la captura de notorios líderes criminales.

Una mujer sostiene una imagen del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en la ciudad de Cayambe
“El presidente en un año ha hecho muchas cosas que los gobiernos anteriores no han podido”, dijo Kevin Galarza, un estudiante de 20 años que acudió al cierre de campaña de Noboa en Guayaquil. “Noboa ganará en una sola vuelta, él es nuestra esperanza”. Sus 15 oponentes que también buscan la presidencia, incluida González, han dicho que se necesita hacer más para combatir la violencia vinculada con el narcotráfico que ha sacudido al país, pero algunas de las soluciones que ofrecen requieren una aprobación legislativa difícil de conseguir o cambios constitucionales.
No se puede hablar de control a la violencia sin pensar en la justicia social, en un Ecuador de paz, no de guerra”
Para Luisa González, una protegida del expresidente Rafael Correa, el crimen se debe combatir con operaciones militares y policiales permanentes, equipamiento de la fuerza pública, sanciones a jueces y fiscales supuestamente corruptos y con un plan de gasto social en las zonas más violentas del país. “No se puede hablar de control a la violencia sin pensar en la justicia social, en un Ecuador de paz, no de guerra”, dijo González en Guayaquil. “Vamos a esa transformación con cada uno de ustedes, nosotros vamos a salvarnos, pero juntos”.