El autoconsumo se desinfla y entra en riesgo de incumplir los objetivos marcados para 2030

La fiebre del autoconsumo que vivió España tras el estallido de la pandemia y la posterior crisis energética está cada vez más apaciguada. Si en 2023, el descenso en este tipo de instalaciones se explicaba por su comparativa con la euforia de los años anteriores el balance de 2024 constata que esa fuente energética ha perdido atractivo sobre todo para los clientes particulares.

Según Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico de APPA Renovables presentado este miércoles ha constatado que en 2024 se agudizó la contracción en su crecimiento en España. Ese año se instalaron 1.431 megavatios (MW) instalados un 26% menos que los 1.943 MW del año anterior y muy lejos de los casi 2.000 MW que llegaron a instalarse en 2022.

Menos demanda desde los hogares

Las instalaciones residenciales fueron las que registraron una contracción más acusada. Tan solo se instalaron 346 MW, un 34,3% menos que en 2023. Por su parte el autoconsumo en la industria aguantó algo mejor, se instalaron 1. 085 MW, un 23,4% menos que el año anterior.

En total, España cuenta ya con 8.585 MW -6.304 MW industriales y 2.281 residenciales-, superando incluso ya la potencia instalada de las nucleares en el país, aunque con la desaceleración sufrida en los dos últimos años el ritmo de instalación comienza así a perder el paso del objetivo del PNIEC que establece 19 GW en 2030.

Catalunya lidera la demanda

Las diferencias por comunidades autónomas con destacadas. Sólo tres, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valencia, aglutinan cerca de la mitad de la potencia instalada en todo el territorio nacional. A la cola se sitúan Cantabria, La Rioja, Asturias, Canarias y Extremadura.

La evolución no gusta a los representantes del sector que alertan que de seguir esta tendencia no se van a poder alcanzar los objetivos que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. “Sin medidas concretas como las que hemos reclamado al regulador, está claro que no se alcanzarán las metas”, advierte Jon Macías, presidente de la asociación APPA autoconsumo.

Deducciones fiscales para reactivar

Macías, como portavoz del sector, reclama un marco fiscal que incentive esta modalidad de suministro energético, con desgravaciones fiscales de hasta el 25% en el impuesto de sociedades o en el IRPF.

Según apuntó José María González Moya las deducciones en estos impuestos “son más eficientes” y evitarán el “boom artificial” que se produjo en 2021 y 2022 que llevó a muchas empresas a un sobre redimensionamiento que tras la euforia de esos años algunas no han podido digerir o está costado mucho hacerlo.

González Moyá estimó que el autoconsumo está actualmente en un ritmo de crecimiento en potencia instalada de unos 1.300-1.400 MW anuales, lejos así de los 1.700 MW necesarios para alcanzar las metas de 19 GW al final de la década del PNIEC, por lo que subrayó que “se debería estimular el sector con medidas más allá de las que tenemos actualmente”.

Asimismo, el sector solicita una simplificación administrativa, así como una mayor facilidad de acceso a las redes o el cumplimiento efectivo de la reserva del 10% de capacidad de autoconsumo, algo que se denunció como una promesa incumplida por el regulador, ya que, APPA estima que se sigue con las mismas barreras al aprovechamiento de excedentes.

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