
Con siete años de ministro de Agricultura, Luis Planas es ya uno de los decanos en los Consejos de Ministros de su área de la Unión Europea. Una perspectiva desde la que critica la propuesta del nuevo presupuesto europeo por falta de ambición y por desdeñar al mundo rural. En esta entrevista con La Vanguardia , dice que no se han aprendido las lecciones de las manifestaciones de los agricultores el año pasado, pero recuerda que ahora es el momento de negociar.
El presupuesto que plantea la Comisión Europea para el periodo 2028-2034 implica un recorte del 20% de los fondos dedicados la Política Agraria Común (PAC), por debajo de los 80.000 millones de euros de asignación para España. Usted se ha declarado defraudado por esta propuesta.
Esta iniciativa tiene el riesgo de romper el pacto rural europeo no escrito que está en las bases de la Unión Europea. Desde 1957, la política agrícola común ha estado no solo en la base de los tratados, sino de la vida de la Unión Europea, tanto que no nos damos cuenta. La PAC supone atender al mundo rural y a su futuro. Si decimos que el sector agroalimentario es un pilar de la autonomía estratégica de la Unión Europea, lo tenemos que demostrar.
Lección no aprendida
La propuesta no deja clara la importancia de la PAC en Europa y desdeña lo rural”
¿Qué ha ocurrido entonces?
A la Comisión Europea le ha faltado ambición sobre el tamaño del presupuesto global. La propuesta pasa del 1,13% del PIB comunitario al 1,26% cuando España había propuesto llegar al 2%, pero además hay una parte importante, 11 décimas, que se consumen en el pago de los Fondos NextGen y sus intereses. Además, no se identifica de manera singular a la PAC, no se deja clara su importancia para Europa vía presupuestos, lo que me parece un error.
¿Castigan los presupuestos especialmente al mundo rural?
No diría especialmente, pero entran en contradicción con las lecciones que decíamos aprendidas tras las manifestaciones de agricultores y ganaderos del año pasado en toda Europa. Pedían ingresos dignos, escucha y respeto. Esa segunda parte, la Comisión Europea no la ha tenido en cuenta, y nos encontramos con una propuesta que desdeña lo rural.
Tanques o tractores
“Este no es el debate; se trata de dar medios a la defensa y a la seguridad alimentaria”
Algunos agricultores dicen que en este presupuesto los tanques priman sobre los tractores.
El debate no es tanques o tractores, no es una confrontación entre prioridades, es definir los medios necesarios tanto para la defensa y seguridad de la UE como para nuestra autonomía energética y nuestra seguridad alimentaria. Ahora es el momento de la negociación.
¿Qué capacidad hay para revertir esta situación?
Estamos al comienzo de la negociación. Comparto ciertas manifestaciones de rechazo al recorte, pero vamos a negociar para que partidas fundamentales para nuestro país, como la política agraria y pesquera, queden adecuadamente reflejadas en el resultado final del presupuesto. Porque la primera discusión va a ser la ambición del presupuesto, que queremos que sea mayor, y luego, cómo se distribuyen las partidas. No descarto que la PAC logre más fondos de otras partidas, pero hay que analizar el elemento de fondo, que es una visión injusta de lo rural.
La negociación
“La primera discusión será para conseguir un presupuesto mayor, y luego, como se reparte”
La nueva estructura del presupuesto da más poder a Bruselas y a los estados, en detrimento de las regiones.
Hay en juego dos aspectos, uno administrativo y uno político. El administrativo es que se descarga gestión en los estados miembros, cuestión en la que Bruselas lleva mucho tiempo obsesionada. Y el segundo, que Bruselas refuerza su control político, con mayor vigilancia en el cumplimiento de los hitos que marca el nuevo modelo de PAC, al estilo del plan de recuperación. Lo tengo claro y no lo pongo en duda. España prefiere una Comisión fuerte. Después hay una segunda dimensión, la interna. La Comisión lo descarga en los planes de cooperación con los estados y las regiones, indicando que cada Estado definirá esa cooperación. Entiendo la preocupación de las autonomías y adquiero un compromiso público de que las competencias en agricultura, ganadería y pesca, que son de las comunidades, tienen que ser ejercidas por estas.
Pesca mediterránea
“Habrá 50 toneladas extras de gamba roja y también 2.201 días más de pesca”
El auge de la extrema derecha provoca problemas con los trabajadores migrantes.
Lo digo muy claro: sin trabajadores migrantes, se para el campo y la pesca en España. El 38,6% de la afiliación al régimen especial agrario de la Seguridad Social son trabajadores extranjeros. Este factor de integración es absolutamente fundamental para mantener el sector primario en España.
A la flota pesquera mediterránea se le agotan los días de trabajo y las toneladas de captura de la gamba roja.
Hemos negociado con Francia un intercambio de 40 toneladas de gamba roja que podrá capturar nuestra flota y, además, 10 toneladas suplementarias más, lo que dará 50 toneladas a disposición del sector para este año, para que los 271 buques sigan faenando. Además, gracias a la instalación de puertas voladoras en 192 buques de la flota de arrastre, se repartirán 2.201 días más de faena. Y avanzo que mi objetivo para la negociación de diciembre es mantener o incrementar el número de días de trabajo para el 2026.