La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llegaba al Palau de Pedralbes como una de las protagonistas destacadas de la conferencia de presidentes que tiene lugar este viernes en Barcelona al calentar la previa con la amenaza de levantarse de la mesa e irse si en la sala algún presidente autonómico utilizaba una lengua cooficial como el catalán en la primera cumbre de este tipo en la que esto es posible.
Pero más allá de esta amenaza, Ayuso ha protagonizado momentos tensos en la recepción protocolaria entre autoridades. En particular con la ministra de Sanidad, Mónica García, quien antes de llegar al cargo era la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid y principal azote político de la presidenta.
La secuencia ha comenzado con fríos saludos entre Ayuso y el anfitrión de la cumbre, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torre. Aún más gélido, y rápido, ha sido el intercambio con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Pero el momento más incómodo ha sido cuando Mónica García ha ido a saludarla “con normalidad institucional” y esta, según fuentes del Ministerio, “le ha quitado la cara” y le ha reprochado que le llame asesina por las muertes en las residencias de mayores durante la pandemia de la covid ante la sorpresa de la ministra.
No obstante, y según el equipo de la presidenta madrileña, cuando la ministra ha pretendido darle dos besos, Ayuso, que le ha ofrecido la mano -”la presidenta da la mano para saludar, no dos besos. Y saludó a todos”, precisan las mismas fuentes-, le ha preguntado si todavía pretendía darle un beso a una asesina.
“Ustedes firmaron sentencias de muerte que condenaron a morir indignamente a las personas en las residencias”, dijo ayer durante el pleno regional la diputada Diana Carol Paredes, de Más Madrid, a la bancada del PP. Una acusación que, según subraya el equipo de Ayuso, “no tiene un pase”.
Fuentes del Ministerio, no obstante, niegan que García haya llamado nunca asesina a Ayuso. Y así se lo ha recordado personalmente García, aconsejando a la presidenta de la Comunidad de Madrid que “no debería mentir así”.
Con los niveles de tensión marcando picos, la responsable de protocolo se ha acercado a ambas instándolas a separarse.
Ayuso y García han sido rivales en las urnas y también en los plenos de la Asamblea de Madrid en donde la presidenta y la entonces líder de la oposición han mantenido duros intercambios. Ese enfrentamiento no cesó cuando García pasó a ser Ministra de Sanidad. Y aunque ahora no se enfrenten oralmente en la Cámara de Vallecas, las menciones que hacen la una a la otra son habituales.
Esta misma semana, sin ir más lejos, Ayuso aprovechó un acto público del PP para deslizar una supuesta afición de García la cannabis. “A la ministra le gustan los porros; a mí, la fruta. Que le vamos a hacer”, señaló tras conocer el real decreto para regular el uso terapéutico del cannabis que ha promovido el Ministerio.
Una acusación que no tardó en ser respondida por García. La ministra de Sanidad cargó contra la “ignorancia o mala fe” de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, por “confundir porros con cannabis medicinal” y le acusó de “banalización” y “frivolidad” con el abuso de alcohol, cuyo consumo diario se ha “duplicado” en la autonomía.
“A todos nos gustan las cañitas, nos pueden gustar, nos gustan también las terracitas. El problema es cuando se cuatriplican las tasas de alcohol como ha tenido ella en su jefe de Gabinete -Miguel Ángel Rodríguez- o en alguno de sus consejeros” -el exconsejero de Presidencia, Enrique López-, señaló García.
