Los derechos humanos hace años que sufren un deterioro en todo el mundo. Pero ahora ese desgaste se está acelerando por la acción de un único hombre: Donald Trump. Es lo que advierte Amnistía Internacional (AI) en su informe anual, en el que define al presidente estadounidense como “un supercatalizador” de tendencias que ya estaban en “una fase muy avanzada”, como el despliegue de prácticas autoritarias y el rechazo al multilateralismo.
“En 100 días de su segundo mandato, el presidente Trump ha demostrado un absoluto desprecio por los derechos humanos universales”, ha dicho la secretaria general de AI, Angès Callamard, en la presentación del informe. “Su Gobierno ha atacado rápida y deliberadamente instituciones e iniciativas vitales, tanto estadounidenses como internacionales, diseñadas para construir un mundo más seguro y justo”.
AI insiste en su informe en que esta crisis global de los derechos humanos es previa al regreso de Trump a la Casa Blanca, pero Callamard ha subrayado que la influencia del mandatario estadounidense está “animando aún más a otros dirigentes y movimientos contrarios al reconocimiento de derechos a unirse a su embestida”. Por ello, la responsable de la oenegé llama a una “resistencia concertada y valiente” que permita evitar que esta “época de cambios” se convierta en un “cambio de época”.

El informe de AI también incide en el efecto destructivo de las guerras en Gaza, Ucrania y Sudán, entre otros países. “Gobiernos poderosos han bloqueado en varias ocasiones los intentos de actuar de manera significativa para poner fin a las atrocidades”, denuncia la oenegé, que no duda en criticar a los países que están apoyando a Israel en su ofensiva militar en territorio palestino. Según AI, en Gaza se está cometiendo “un genocidio retransmitido en directo”, en el que gran parte de las víctimas son menores, periodistas y personal sanitario.
Otro punto en el que AI pone su foco es en la represión de la disidencia. Según la oenegé, el año pasado se amplió el abanico de países que adoptaron medidas para restringir la libertad de reunión y de expresión. Argentina, Georgia, Hungría, India, Pakistán, Perú y Nicaragua son algunos de los estados mencionados en el informe, que alerta del uso de todo tipo de “tácticas represivas” para acallar a las voces críticas con el poder.
Discriminación
La oenegé denuncia cómo muchos países han adoptado planteamientos racistas en materia de asilo y migración
Asimismo, AI ha detectado un aumento de las políticas y prácticas discriminatorias. La organización internacional denuncia cómo muchos países han adoptado planteamientos racistas en materia de asilo y migración, y critica que los grupos marginados sean utilizados por numerosos gobiernos como “chivos expiatorios” para legitimar nuevas restricciones de los derechos humanos. Casos como los de Estados Unidos o Pakistán, que han vetado la entrada de solicitantes de asilo de México y Afganistán respectivamente, ilustran esa tendencia.
La violencia sexual y de género es otra problemática al alza, según la oenegé, que recoge casos “alarmantes” como el de Argentina, donde el Gobierno de Javier Milei ha recortado las políticas que abordan la violencia de género pese a que el año pasado se registró un promedio de un femicidio cada 33 horas.
Y otro asunto que preocupa a la entidad es la crisis climática. El 2024 fue el año más caluroso desde que se tiene registro, pero aun así, denuncia AI, “los gobiernos no abordaron adecuadamente sus compromisos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abandonar gradualmente el uso de combustibles fósiles”. Una inacción que tuvo su reflejo en el fracaso de la COP29, donde los países europeos “bloquearon” el acuerdo “de un objetivo de financiación climática suficientemente ambicioso”.