Ángel Escribano: “Indra puede duplicar su valor en los próximos dos años, no es tan difícil”

Ángel Escribano (Madrid, 1971) está a punto de cumplir nueve meses en la presidencia de Indra Group. Su perfil es muy diferente al del resto de primeros ejecutivos del Ibex 35. Se trata de un industrial que estudió formación profesional y que comenzó desarrollando productos propios en un modesto taller a las afueras de Madrid. Hoy lidera la principal empresa de defensa de España y su objetivo es competir en capacidades con los gigantes europeos del sector. Recibe a La Vanguardia en la sede de la multinacional en Barcelona para abordar el presente y el futuro de una de las compañías estratégicas del país. Y avanza que prepara un plan industrial para Catalunya que creará hasta 1.000 nuevos empleos.

Indra está inmersa en su plan estratégico, “Leading the future”. ¿En qué fase se encuentra? ¿Piensan mejorarlo?

Estamos obteniendo muy buenos resultados con el plan. Se presentó en marzo del 2024 y los diferentes acontecimientos nos han llevado a cumplirlo antes de tiempo. Vamos a modificarlo en marzo y a anunciar una nueva estrategia.

¿Catalunya se va a beneficiar de ese plan?

En Catalunya tenemos 3.537 empleados y estamos preparando un plan con la intención de crear entre 800 y 1.000 nuevos empleos en las cuatro provincias.

¿Qué posibilidades ofrece Catalunya a Indra?

Ofrece todo. Buenas universidades, talento joven, conocimiento… Aquí, en Catalunya, la parte más importante de Indra era la de tecnologías de la información: el ticketing de metro, autobús, autopistas, aeropuertos, el trabajo con bancos, etcétera. También se estaba trabajando en la parte de la industria espacial, porque Catalunya tiene ahí un ecosistema importante de pequeñas y medianas empresas que esperamos que siga creciendo para consolidarse. Este sector está bastante repartido en pequeñas compañías, y creo que es muy importante que empecemos a sentarnos y ver cómo podemos ir cogiendo mayor tamaño, sumando nuevas compañías o actividades, o haciendo acuerdos. Esta semana hemos cerrado un acuerdo con Ficosa, una empresa de automoción, un sector que tiene salida en la defensa, y otro con Sirt, especializada en ciberseguridad. En defensa, Catalunya está presente en el área de comunicaciones seguras, que es la radio definida por software. Actualmente Indra tiene dos centros principales de actividad, Madrid y Andalucía. Nuestro objetivo es tener parte de la fabricación en Catalunya, que es una de las regiones más industrializadas del país, si no la que más.

Indra quiere crecer. ¿Qué tipo de compañías les interesan?

Consideramos todas las empresas que aporten valor a la compañía hacia el producto que ya fabricamos y donde somos líderes o posibles líderes. Me explico. Somos líderes por ejemplo en radar aéreo. No hay un solo avión volando en el mundo que no pase por un radar de Indra, porque estamos presentes con nuestros sistemas en los principales países.

En el sector de la defensa, ¿qué compañías pueden estar en el radar de Indra?

Hay varias compañías. Catalunya no es una región muy presente en el sector de la defensa, aunque sí tiene capacidades industriales. Tenemos en mente alguna compañía, incipiente, que se puede estar valorando, pero no tenemos todavía nada cerrado. Sobre todo miramos empresas tecnológicas y empresas que fabrican equipamiento que tiene que ver con drones y con nuevas tecnologías, que estamos evaluando incorporar a nuestro catálogo.

Hay un nombre que ya ha publicado La Vanguardia , el de Comforsa.

Hasta ahí puedo leer. Para nosotros es una empresa que tiene una serie de capacidades interesantes, por supuesto. Tenemos que estudiarla, pero es todavía muy incipiente.

¿En qué momento se encuentra la nueva división Indra Land Vehicles?

Yo he basado toda mi experiencia profesional en ser el constructor de algo. No quiero ser suministrador, no quiero hacer subsistemas. En Indra había que tomar una decisión, que era construir. Fabricábamos el 25% de los sistemas de un vehículo, pero ese 25% era el 50% del valor final. Poníamos el conocimiento, la inteligencia del vehículo, las cámaras de conducción, el análisis de los sistemas, las contramedidas y toda la parte inteligente, el sistema de emisión. Lo único que nos faltaba era el chasis, lo que tiene que ver con la carrocería del vehículo. Y esa es la gran oportunidad que vimos. Podemos competir en igualdad de condiciones con los otros cuatro o cinco fabricantes mundiales. Tenemos una oportunidad con este nuevo ciclo inversor, porque yo no lo llamo gasto, de liderar la fabricación para no ser el comprador. Porque si vamos a ser compradores de productos que fabriquen otros de fuera, ¿qué les vamos a dejar a nuestros jóvenes y a nuestro tejido industrial? ¿Qué vamos a ganar? Un pequeño porcentaje, que es la comisión. Yo defiendo mi sector y tengo que luchar al máximo posible para que el trabajo se quede en mi casa. Si no, los jóvenes de otros países vivirán muy bien y a los nuestros los mandaremos a la playa a tomar el sol. Invertir aquí es una decisión y me siento comprometido con ella.

El mercado parece que está valorando ese esfuerzo de Indra y la acción ha superado los 40 euros. ¿Cree que tiene más recorrido?

En enero, el día que yo llegué a Indra, el título estaba sobre los 17 euros, y hoy vale 40. Somos la única empresa del Ibex que se ha revalorizado en un 120%. Evidentemente, yo no he hecho mucho, per sí he ilusionado a mi equipo. Y eso creo que es lo que el mercado está valorando. Si Indra tiene un proyecto, un gestor que coge las riendas, que quiere tirar para adelante y que quiere construir producto, tiene el mercado. Y el que es un revendedor solo tiene lo que te compran. No quiero que el equipo piense que Indra es su trabajo, quiero que vean que dentro de Indra pueden realizar su carrera profesional y que esta es su forma de ganarse la vida. Eso es muy importante, porque no tendrán freno. Y el nivel de ambición de la compañía será el nivel de ambición que tengamos la gente que la componemos.

Indra aún está lejos de los gigantes europeos como Thales, Rheinmetall o Leonardo. ¿Puede competir con ellos en el mercado europeo?

Estamos a cierta distancia de nuestros competidores. Ahora bien, Leonardo [el referente italiano de la industria de defensa] es una empresa que tiene una capitalización de 32.000 millones de euros, mucho más grande que Indra, con 7.000 millones. Pero hace nueve meses era diez veces más grande que nosotros y hoy solo es cuatro veces más grande. La lectura que saco es que Indra es capaz de crecer rápidamente y en los próximos años es capaz de multiplicarse varias veces. El objetivo es ser capaces de multiplicarnos por dos en los próximos dos años. Estaríamos hablando de valer 14.000 o 15.000 millones de euros. Le veo un recorrido impresionante a la compañía. Llegaremos a un tope de 25.000 o 30.000 millones, que es donde a mí me gustaría ver a Indra. Tenemos esa posibilidad, porque hay condiciones de mercado y, sobre todo, tenemos las ganas de hacerlo. Creo que, aprovechando el momento con ingenio y talento, no es tan difícil. Eso sí, los ciclos inversores tienen que seguir como hasta ahora. Si la economía se tuerce, nos torceremos todos.

Usted es un defensor de la autonomía estratégica.

Soy un firme defensor de que en nuestro país tengamos una industria que sea lo más autosuficiente posible. Porque el reflejo de nuestras fuerzas armadas en capacidades militares será el que le pueda suministrar su industria. Está claro que no vamos a crecer tan rápido como para no necesitar a nadie. Pero tenemos que intentar ser lo más autónomos posible. La defensa asegura la economía, y con economía se paga la defensa.

El Gobierno está a punto de aprobar partidas importantes para la industria de defensa. ¿A qué aspira Indra?

Aspiramos a estar muy presentes, porque además tenemos las capacidades. Somos la mejor empresa de defensa de España y creo que estaremos muy representados porque, además, nos hemos preparado para ello. Todas las empresas en España son mucho más pequeñas que nosotros. Y nosotros no hemos estado diciendo que nos den un contrato y luego montamos la capacidad. No, no. Nosotros hemos invertido en personal, en fábricas, en instalaciones. Nosotros compramos el taller de Duro Felguera en Asturias a pulmón. Con nuestro dinero, arriesgando. Y tenemos el plan “Leading the future”, que hizo el consejero delegado de la compañía, José Vicente de los Mozos. Con él formamos un tándem perfecto, en perfecta armonía, con un objetivo claro. Y estamos llevando a la compañía a ese objetivo: ser líderes. Nos hemos levantado temprano, hemos salido a correr, hemos corrido mucho, nos hemos esforzado. Y, por supuesto, aspiramos a lo máximo. ¿Qué vamos a tener? No estoy seguro. ¿Aspiración? Lo máximo.

¿Cree que España debería acercarse al 5% del PIB de gasto en defensa como exige el presidente Trump?

Esa no es mi decisión.

¿Cuándo está previsto que Indra estudie la fusión con Escribano (la empresa es el segundo accionista de Indra, con un 14,3%, por detrás de la SEPI, con un 25%)?

Es un tema que lleva el consejero delegado. No hablo de ello. Yo me enteraré el día que decidan si sí o si no. Y entonces diré si me gusta o no. Yo no participo por ahora en nada, pero soy el que tiene que tomar la decisión final de si me interesa o no. Nada más.

¿Pero esa decisión está cercana en el tiempo?

Lo desconozco, pero con el sufrimiento que me está dando en la prensa algún indocumentado me gustaría que fuera pronto para descansar, para bien o para mal.

¿Cómo marcha la integración de Hispasat (adquirida en enero pasado)?

Se va a llevar a cabo ya en noviembre. Supondrá incorporar 650 personas a Indra (Hispasat, 551; Hisdesat, 100).

¿Está pacificado el consorcio Tess Defence o sigue habiendo problemas? ¿Están en vías de solución los retrasos en la entrega al Ministerio de Defensa de los carros de combate 8×8?

Me considero uno de los padres de Tess, que creamos en el 2020. No es que hubiera problemas, es que era difícil tomar decisiones entre cuatro. Indra dio entonces un paso adelante y adquirió la mayoría. Por supuesto, hemos pagado por ello, no nos ha regalado nadie nada. Y ahora, la compañía la dirigimos nosotros. Pero la dirigimos desde el mes de julio, al final han sido 40-45 días laborables. En cualquier caso, desde entonces hemos pegado un cambiazo a la compañía. Ahora todo depende de nosotros y vamos a sacar el proyecto adelante. Es mi promesa a las autoridades. Estamos poniendo todos los medios necesarios para arreglar los retrasos y cumplir todos los obje­tivos.

¿Cómo afecta el embargo de armas a Israel a la compañía?

La exposición que tenía Indra a productos de Israel era muy pequeña, del 0,7%. No hay prácticamente nadie que fabrique una cosa exclusiva para todo el mundo. El embargo lo tenemos totalmente solucionado con proveedores alternativos, americanos o alemanes.

¿Pero sí pueden beneficiarse de los contratos cancelados?

Cuando se sepa exactamente qué programas pueden estar afectados y qué decisiones tome el Ministerio de Defensa para reponer los productos, nosotros diremos si podemos tenerlos. Por supuesto que será una oportunidad, pero a día de hoy desconocemos qué se va a hacer.

¿Cree que un Gobierno del PP apostaría de la misma forma por Indra como está haciendo el socialista?

Indra es una empresa que trabaja por el interés general, y mi misión es trabajar por ese interés general. Que cualquiera de nosotros estemos seguros, estemos protegidos, tengamos el control de nuestras fronteras, de nuestros aviones, tengamos un país que tiene unos sistemas de defensa. La defensa no es de nadie, es de los españoles. E Indra es una empresa de los españoles.

Después de la tregua en Gaza y si la guerra en Ucrania llega a su fin, ¿cree que la ola de inversión militar está en peligro?

La geopolítica es lo que es, y ojalá se llegue a acuerdos. Pero añado lo que pienso: yo no he vendido Minsait [el área de tecnologías de la información de Indra]. Yo no tengo una empresa sobre un solo pilar, eso va en contra de mi forma de ser. Yo dirijo una empresa con 60.000 personas y tengo mi parte de tecnologías de la información y mi parte de defensa. No me voy a centrar en un solo sector.

Presume de haber estudiado formación profesional, ¿es su apuesta en Indra?

Sí. Estamos construyendo una empresa a base de atraer talento, talento joven, gente con ganas. Al igual que tiramos del carro de un montón de pymes. Un dato importante: gastamos 450 millones de euros al año en subcontratación de diferentes elementos. Este año subiremos a 500 millones. Lo que quiere decir que entre un 20% y un 30% lo gastamos en suministradores. Quizá seamos una de las empresas que más tiene repartido su producto por España. Tenemos tantos proveedores, hasta 7.000, que somos de las empresas tractoras más importantes del país.

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