Arthur Hayes, cofundador de BitMEX y analista financiero, pronostica que bitcoin (BTC) llegará a un millón de dólares entre 2025 y 2028, impulsado por la repatriación de capital extranjero y la devaluación de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
En su ensayo titulado Fatty Fatty Boom Boom, publicado en su blog personal, Hayes argumenta que estos factores económicos desencadenarán un aumento sin precedentes en el precio de la moneda digital, posicionándola como un refugio para el capital global en un entorno financiero inestable.
Hayes identifica dos catalizadores principales para su predicción: la repatriación de capital extranjero, motivada por políticas que buscan retener riqueza dentro de Estados Unidos, y la pérdida de valor de los bonos del Tesoro, que, según él, han caído entre un 64% y un 84% frente al oro y bitcoin, respectivamente, desde el 2021.
Esta devaluación, combinada con regulaciones financieras más estrictas, limitará la movilidad de activos tradicionales como el oro, que depende de intermediarios para su almacenamiento y transferencia. Bitcoin, en cambio, destaca como un activo digital al portador, capaz de mover riqueza sin necesidad de terceros, lo que lo convierte en “el único bote salvavidas” para el capital global que busca escapar de restricciones, en la opinión de Hayes.
El analista subraya la ventaja de bitcoin sobre el oro en una economía digital. Mientras el oro, con su historia milenaria como reserva de valor, requiere intermediarios financieros para operar digitalmente, BTC permite transacciones directas y rápidas, sin regulaciones que obstaculicen su flujo.
“El oro no puede moverse lo suficientemente rápido como activo físico al portador para ser útil en una economía digital global”, escribe Hayes, destacando que las políticas industriales nacionalistas, diseñadas para gravar el capital, dificultarán aún más el uso de activos tradicionales. En este contexto, BTC emerge como una solución para quienes buscan proteger su riqueza en un entorno de controles de capital y políticas monetarias expansivas, dice el experto.
Hayes vincula su pronóstico al panorama político de Estados Unidos, señalando que 2028, año de las próximas elecciones presidenciales, podría marcar un punto de inflexión. Sugiere que el resultado de esos comicios y las políticas económicas resultantes influirán en la trayectoria de bitcoin.
Aunque reconoce la posibilidad de un cambio en la mentalidad del público estadounidense hacia una mayor disciplina fiscal, duda que esto ocurra, calificándolo como un “golpe de intervención divina”. En su lugar, espera que las políticas actuales, caracterizadas por lo que describe como “el despilfarro del siglo pasado”, continúen alimentando la inestabilidad financiera, beneficiando a BTC.

El camino no será lineal
A pesar de su optimismo a largo plazo, Hayes advierte que el camino de bitcoin hacia el millón de dólares no será lineal. Anticipa volatilidad, con oportunidades para posiciones cortas tácticas, debido a las tensiones dentro del entorno político estadounidense. Menciona específicamente al equipo del presidente Donald Trump, que no está unificado en torno a los controles de capital, lo que podría generar incertidumbre.
“Trump no tiene una ideología fija; responde a las limitaciones y zigzaguea hacia el logro de este objetivo”, escribe, sugiriendo que los inversionistas deben estar atentos a los cambios en la dirección política. Sin embargo, insiste en que la tendencia alcista de BTC prevalecerá mientras persistan las condiciones económicas actuales.
El análisis de Hayes se alinea con reportes previos de CriptoNoticias, que han destacado su visión sobre el impacto de las políticas monetarias en bitcoin. En el pasado, el analista ha señalado cómo la impresión de dinero y las restricciones financieras globales refuerzan el atractivo de la moneda como activo descentralizado. Su predicción actual refuerza esta narrativa, presentando a BTC como una herramienta clave para navegar los desafíos de un sistema financiero en transformación.
El pronóstico de Hayes llega en un momento de creciente interés en bitcoin, con inversionistas institucionales y minoristas evaluando su rol en un contexto de inflación persistente y políticas económicas impredecibles.
Aunque su meta de un millón de dólares puede parecer ambiciosa, refleja la confianza de algunos analistas en la capacidad de BTC para capitalizar las dislocaciones del sistema financiero global. Por ahora, los mercados observan de cerca los desarrollos económicos y políticos que podrían dar forma al futuro del activo digital más importante del mundo.