Bajar a Barcelona

En los años álgidos del procés , expedicionarios de la Catalunya interior inundaban las calles de Barcelona con camisetas de colores. La nación dejaba de imaginarse para hacerse real en la Diagonal y en la Meridiana. Los independentistas se reconocían, se congratulaban de ser el mayor movimiento cívico de Europa y regresaban a casa con el ánimo cargado a la espera que los líderes cumpliesen su parte del trato con la calle.

La Catalunya “catalana” mostraba músculo en una geografía en que la industrialización y terciarización laboral abocaron a un paisaje poco independentista. El despliegue de color sin embargo nunca convenció al porcentaje adicional necesario de barceloneses y de los cinturones metropolitanos —un 15-20%— para que la opción secesionista fuese imparable. Imbuidos por la euforia de hacer palpable la nación, sus portavoces no supieron leer el país, como han reconocido al diario Ara Carme Forcadell y Jordi Sánchez.

FOTO ALEX GARCIA MANIFESTACION CENTRAL DE LA DIADA EN BARCELONA CONVOCADA POR ASSEMBLEA PER CATALUNYA ENTRE LA ESTACIO DE FRANÇA Y ARC DE TRIOMF. CON LLUIS LLACH Y XAVIER ANTICH DE OMNIUM. 2024/09/11

Manifestación de la Diada en Barcelona 

Àlex Garcia / Propias

El séquito de Orriols ocupó el espacio del independentismo de camiseta

Una década después la Catalunya interior, todavía independentista, no tiene ganas de expediciones. Y menos aún de ver que la globalización y el capitalismo desaforado han cambiado el paisaje comercial —y humano— de Barcelona. Para muchos, que la visitan unas pocas veces al año, cada viaje es una constatación del cambio imparable de una ciudad que no reconocen y una advertencia del futuro que tendrán, aunque a pequeña escala.

Este año, su lugar lo ha ocupado Sílvia Orriols. La tarde del 10 se llevó el protagonismo en el Fossar de les Moreres, epicentro de la conmemoración separatista des de 1913. Aliança Catalana ha desembarcado en Barcelona, deseando feliz Diada con un cartel en que, junto a los hermanos Badia y Daniel Cardona, aparecen Antoni Gaudí, Mercè Rodoreda, Pau Casals, Jacint Verdaguer, Enric Prat de la Riba, Pompeu Fabra, Manuel Carrasco i Formiguera, el abad Oliva, Guifré el Pilós, Pau Claris, Valentí Almirall i Josep Moragues. Faltaba Manelic.

Ayer, trasladó por X sus condolencias al “acérrimo defensor de la libertad de expresión”, Charlie Kirk, el joven trumpista asesinado en Utah, mientras convocaba a manifestarse. En los años ochenta, la marcha unitaria era por la mañana y por la tarde el independentismo se manifestaba solo y se batía contra la policía tras quemar algunos contenedores. (El desdoblamiento y quizá las cargas volverán).

Aliança necesita consolidar el voto en la provincia de Barcelona para dar un salto en el Parlament. Algo que conseguirá con facilidad a tenor de los comentarios en los círculos independentistas. Excepto que, en el momento del voto, quienes hoy ya adelantan su apoyo se acaben asustando.

Sin necesidad de ser un gran número, ayer el séquito de Orriols ocupó simbólicamente el espacio que antaño llenaba el independentismo de camiseta, resignado a los vientos del postprocés . Aliança tiene un proyecto que comunica con facilidad y una cara nueva, algo que el resto del independentismo ha perdido. Y ello, junto a un mundo ininteligible, es su mayor baza.

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