Barcelona-Madrid: sin comparación

Uno de los rituales catalanes prenavideños consiste en comprobar –a la vista de la contabilidad regional del INE– cómo se va haciendo realidad la profecía de Pasqual Maragall de 2001: “Se tiene desde la periferia la sensación de que Madrid se va de España”. Esta vez, el PIB de Madrid ha alcanzado el 19,6% del total español frente al 18,8% de Catalunya.

Para más inri, el dominio de Madrid había sido sentenciado, pocos meses antes, por el propio Wall Street Journal : “Con el declive de Barcelona como ciudad seria, Madrid no ha tenido rival para el título de ciudad más cosmopolita y de mayor peso de España”.

Dado que esta situación nos mortifica, es importante entender bien lo que está pasando. El mejor año para tomar referencia es 1995 por un conjunto de razones que resultaría largo de enumerar. Ese año Catalunya pesaba el 18,8% del total español, exactamente lo mismo que ahora. Madrid, en cambio, ha pasado del 16,7% al 19,6%. Salvo Baleares, Navarra, Murcia y Catalunya, todas las demás comunidades han perdido peso en beneficio de Madrid.

Si queremos volver a competir, debemos hacerlo a base de productividad

Donde sí que las cosas nos han ido mal es en cuanto al PIB per cápita. Si en 1995 estábamos en el 121,4% de la media española, ahora estamos en el 114,5%. Ahora quienes ganan son País Vasco, Madrid, Aragón y algunas comunidades que partían de muy abajo (Extremadura y Galicia).

Por simplificar, y en cuanto a las comunidades ricas: Madrid es la única que gana peso y calidad, País Vasco y Aragón pierden peso pero ganan calidad, Catalunya y Navarra mantienen el peso pero pierden calidad, Baleares gana peso pero pierde mucha calidad, Rioja y Valencia pierden peso y calidad.

Si tomamos como marco de referencia a Europa, la lectura es ambigua. Por un lado, hemos pasado del 66% al 83% del PIB per cápita francés. En cambio, la productividad por persona ocupada está yendo muy mal: hemos mejorado un misérrimo 4% frente al 26% de Francia o el 18% de Alemania (por no hablar del 54% de EE.UU.). Esto significa que hemos recuperado terreno a base de trabajar más, no de trabajar mejor. En este marco Madrid no es diferente de Catalunya: ha pasado del 77 al 99% del PIB per cápita francés, pero la productividad no mejora más que en Catalunya.

Madrid crece porque, gracias a las comunicaciones, y por primera vez en su historia, puede ejercer de capital de España. Su modelo, por tanto, no nos vale. Si queremos volver a competir debemos hacerlo, como siempre lo habíamos hecho, a base de productividad. ¿Cómo? Nos acaba de dejar Joan Guinovart, un científico eminente y una de las personas más inteligentes que he tenido el privilegio de tratar. En público y en privado manifestaba su sorpresa porque los empresarios se quejasen de las infraestructuras o de la fiscalidad, pero no de la calidad de la enseñanza o de la insuficiencia de la investigación. Este es el camino.

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