Bélgica reconocerá un Estado palestino en la Asamblea General de la ONU, uniéndose a las medidas por países como Canadá, Francia, Reino Unido o Australia. Así lo ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores belga, Maxime Prevot, quien ha afirmado que Bélgica firmará la Declaración de Nueva York, allanando el camino para una solución de dos Estados, o un Estado palestino que coexista en paz junto a Israel.
La decisión, que busca aumentar la presión internacional sobre el Estado hebreo, se produce “a la luz de la tragedia humanitaria que se está desarrollando en Palestina, particularmente en Gaza, y en respuesta a la violencia perpetrada por Israel en violación del derecho internacional”. Según explica el ministro, el reconocimiento se llevará a cabo “cuando haya sido liberado el último rehén y Hamás ya no tenga ninguna función de gestión en Palestina”.
Bélgica adopta “sanciones firmes” contra Israel
El movimiento belga llega cuando Europa es objeto de críticas por su tibieza a la hora de responder a los abusos cometidos por el Estado israelí en Gaza. Ante la persistencia del bloqueo humanitario, la Comisión Europea propuso en julio suspender parte del Acuerdo de Asociación con Israel –una parte relacionada con la financiación de proyectos de programa científico Horizon Europe– tras constatar que Tel Aviv no está respetando las obligaciones en materia de derechos humanos. Sin embargo, hasta el momento no ha habido ningún avance en la propuesta, pese a ser un gesto simbólico, por la negativa de países como Alemania a castigar al país hebreo.
Bélgica, como España, forma parte del grupo de los países comunitarios que está a favor de la suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel, pero aunque cada vez la indignación es más transversal en la UE, siguen pesando las resistencias del bloque de países proclive a apostar por el diálogo con Netanyahu.
Tampoco este paso del Gobierno belga se ha librado de las divisiones, ya que Prevot ha anunciado el reconocimiento del Estado palestino tras importantes discusiones entre los partidos que forman la coalición Arizona del Ejecutivo de Bart de Wever. La situación ha sido seria, ya que el partido de Prévot, el centrista Les Engagés, llegó a amenazar con una crisis de Gobierno si los nacionalistas flamencos y los liberales se negaban a ser más duros con Israel. La solución, como ocurre tantas veces en la política belga, ha llegado durante la noche.
Además del reconocimiento del Estado Palestino, Bélgica toma más medidas para intentar presionar a Israel. Impondría 12 sanciones “firmes”, como la prohibición de importar productos de sus asentamientos, la revisión de las políticas de contratación pública con empresas israelíes y la declaración de ‘persona non grata’ en Bélgica a dos ministros israelíes extremistas, varios colonos violentos y dirigentes de Hamás.
En esta línea, Prevot ha anunciado el firme compromiso con la reconstrucción de Palestina, así como con “solicitar medidas europeas contra Hamás y a favor de nuevas iniciativas belgas de lucha contra el antisemitismo”. “No se trata de sancionar al pueblo israelí, sino de velar por el respeto del derecho internacional y humanitario por parte de su gobierno y de actuar para intentar cambiar la situación”, añade el ministro en el comunicado.
