Bitcoin está para absorber billones de dólares del sistema roto de renta fija

  • El concepto de «rendimiento seguro» de la renta fija es una ilusión, recalca Adam Livingston.

  • Las bases del sistema financiero tradicional no son confiables.

Con bitcoin (BTC) manteniendo su tendencia alcista a largo plazo, crece la concepción de que no solo es una alternativa sólida al dinero fíat, sino también un contendiente apto para competir con uno de los pilares del sistema financiero global: el mercado de renta fija.

Adam Livingston, autor de The Bitcoin Age and The Great Harvest, sentencia que «el fondo de capital más grande del mundo está completamente roto», en referencia al ecosistema de bonos del Tesoro, pensiones, rentas vitalicias y otros instrumentos financieros diseñados históricamente para ofrecer rendimientos estables a largo plazo.

A su juicio, este sistema —valorado en más de 130 billones de dólares (USD)— hoy opera como una «trituradora de carne jubilatoria», una metáfora cruda que ilustra cómo millones de personas depositan su futuro financiero en medios que ya no cumplen su promesa de seguridad ni rentabilidad.

El núcleo de este argumento es que la idea de un «rendimiento seguro» ha sido una mentira sostenida por una ilusión colectiva desde la crisis financiera de 2008. El analista considera que los instrumentos financieros tradicionales de renta fija están desesperadamente ávida de rendimiento, frágiles en términos de duración y cada vez más propensos a la inflación y al impago.

Frente a este panorama, Livingston distingue que bitcoin es una alternativa sumamente sólida. ¿Qué falta para una acumulación masiva de este activo? Según él, solo una cosa: educación, es decir, que los inversionistas comprendan que los pilares tradicionales de la estabilidad financiera ya no son fiables, y que la oferta limitada y la resistencia a la censura de BTC constituyen una propuesta mucho más robusta.

adam livingston opinión
Cuando la promesa de estabilidad se convierte en una trampa financiera, según la visión del analista. Fuente: Adam Livingston.

Uno de los puntos más contundentes es el cálculo del impacto potencial que podría tener bitcoin. El escritor expresó que, si tan solo el 1% del capital atrapado en el sistema financiero tradicional migra hacia bitcoin, eso representaría una inyección de entre 1,3 y 1,5 billones de dólares en un activo cuya capitalización de mercado actual es de 2,1 billones y cuya oferta es completamente fija.

De acuerdo a Livingston, esto detona un evento de revalorización o, dicho de otra manera, un momento en el que el mercado revalúa drásticamente el valor de bitcoin frente a un sistema financiero tradicional que ha perdido credibilidad.

Esto de hecho ya se está viendo con la llegada de bitcoin la semana pasada a un nuevo precio máximo histórico cerca de 112.000 dólares, en medio de la creciente intención corporativa y gubernamental de comprar este activo como reserva estratégica.

Un imperio en caída mientras bitcoin asciende

Lejos de limitarse al análisis convencional, Livingston también calificó como un hito sin precedentes el reciente anuncio de que Trump Media, la compañía de la familia del presidente Donald Trump, recaudará 2.500 millones de dólares para invertir en bitcoin. Cree que esto representa «el uso político de un activo sólido en plena decadencia de un imperio».

El analista celebró la capacidad de BTC para desmantelar el sistema financiero convencional, al que describe como una «máquina de deuda construida sobre la coerción, el apalancamiento y el teatro político» que está siendo desarmada por la matemática.

A diferencia de la renta fija basada en el dinero fíat, que tiene una creciente impresión controlada por los bancos centrales, bitcoin posee un suministro finito. Solo habrá 21 millones de unidades de la moneda cuando se termine de minar, actividad hecha de forma descentralizada que se reduce a la mitad cada cuatro años.

El suministro fijo de bitcoin facilita su alza de precio ante la fuerza de compra, en contrate con el dinero fíat que está sujeto a la devaluación por su emisión sin límite, por simple ley de oferta y demanda. Además, factores como su resistencia a la censura y posibilidad de almacenar y transferir sin intermediarios hacen que este activo atraiga inversionistas.

Para Livingston, el futuro del mundo estará dividido en dos. Por un lado, estarían los «bitcoiners», personas que se posicionaron a tiempo, acumularon satoshis, construyen fortalezas y actúan como banqueros del Renacimiento, prestando BTC incluso a los gobiernos. Por el otro, los «campesinos fíat», atrapados en el actual sistema financiero que consideran decadente y sobreviviendo como pueden.

Esta perspectiva gana peso si se compara con las opiniones de otros analistas. Sin ir más lejos, el inversionista tecnológico Balaji Srinivasan afirmó la semana pasada que ya está en marcha lo que él denomina un proceso de superbitcoinización, como reportó CriptoNoticias. Con ello se refiere a la gran inflación que atraviesa el dólar si se mide su precio en BTC.

Balaji, sin embargo, advirtió que este fenómeno no se completará de forma repentina, sino que avanzará de manera silenciosa a medida que cada dólar pierda poder adquisitivo frente a BTC. Según esta visión, el futuro no será dominado por quienes controlen el sistema fíat, sino por quienes hayan entendido y adoptado las nuevas lógicas del dinero.

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