Bolivia planea lanzar una moneda digital de banco central (CBDC) llamada “boliviano virtual” en agosto, como parte de las celebraciones del bicentenario, según anunció el Banco Central de Bolivia (BCB). La iniciativa busca modernizar el sistema de pagos del país, informó Edwin Rojas, presidente del BCB.
De acuerdo con el ejecutivo, el BCB trabaja en el diseño del boliviano virtual desde hace meses, con el objetivo de facilitar transacciones digitales y agilizar pagos internacionales. Rojas, durante la XVIII Jornada Monetaria del banco, destacó que la moneda digital será un paso hacia la modernización económica, alineada con las tendencias globales de digitalización financiera.
Aunque no se han revelado detalles técnicos, el proyecto se presentaría oficialmente en agosto, coincidiendo con los 200 años de independencia de Bolivia. El anuncio ha generado debate, especialmente por el historial del país con las criptomonedas y las preocupaciones sobre la centralización de una CBDC.
“El Banco Central de Bolivia ha logrado avances significativos en el diseño preliminar de una moneda digital de CBDC. Proporcionando un enfoque coordinado entre el área técnica, legal y de sistemas. En este marco, se fueron desarrollando talleres internos y mesas de trabajo para realizar un diagnóstico para la implementación de una moneda digital en Bolivia”, dijo.
Añadió el ejecutivo que han capacitado al personal del Banco Central de Bolivia en organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el CEMLA, y se analizaron temas estratégicos como el diseño y regulación, ciberseguridad e impactos monetarios.
“Estas acciones permiten contar con una línea de base inicial para la emisión de una CBDC a cargo del Banco Central de Bolivia, que permita validar su operativa y funcionalidad con miras a fortalecer la inclusión financiera y acompañar el proceso de transformación digital del país para alcanzar los objetivos propuestos”, comentó.
La diputada Mariela Baldivieso, conocida por su postura pro-bitcoin y criptomonedas, considera que la propuesta podría ser positiva, pero su éxito depende del gobierno que la implemente. En contextos autoritarios, advierte, una CBDC podría convertirse en una herramienta de control financiero y vigilancia.
Baldivieso, en una entrevista reciente, expresó un optimismo cauto. “Podría ser una herramienta muy positiva en países del primer mundo como Suiza, donde no hay corrupción ni persecución política”, afirmó. Sin embargo, en gobiernos como el de Bolivia o Venezuela, señaló que una moneda digital centralizada podría usarse para ejercer presión política o económica.
“Si un gobierno autoritario está detrás, podría regalar estas monedas y limitar su uso a ciertos lugares, controlando a los ciudadanos”, explicó. La legisladora destacó que, a diferencia de las criptomonedas descentralizadas basadas en redes distribuidas, una CBDC carece de la virtud de la autonomía, lo que aumenta el riesgo de abuso.
Bolivia tiene meses acercándose a las criptomonedas
Bolivia ha mostrado un acercamiento gradual a las criptomonedas en el último año. Como ha reportado CriptoNoticias, las transacciones con activos digitales en el país alcanzaron los 75 millones de dólares en 2024, reflejando un creciente interés en estos instrumentos.
Este aumento se atribuye a la búsqueda de alternativas ante la devaluación del boliviano y la inflación. Incluso el gobierno ha recurrido a criptomonedas para fines específicos, por ejemplo, para importar combustible, en un intento por sortear restricciones en el acceso a dólares. Estas acciones evidencian un cambio en la postura oficial, que anteriormente había sido restrictiva hacia las criptomonedas.
El auge de las stablecoins, monedas digitales vinculadas a activos como el dólar, también ha ganado terreno en Bolivia. CriptoNoticias reportó que estas monedas están impulsando una “redolarización” en el país, especialmente en un contexto de crisis económica.
Los ciudadanos recurren a stablecoins para proteger sus ahorros y realizar transacciones, ante la pérdida de valor del boliviano. Este fenómeno refleja una tendencia más amplia en Latinoamérica, donde las monedas digitales ofrecen una alternativa a las monedas locales inestables.
El anuncio del boliviano virtual llega en un momento de polarización. Baldivieso subrayó la importancia de analizar el proyecto a fondo antes de emitir juicios definitivos. “No hemos visto los detalles técnicos, y esperemos que el gobierno flexibilice su control para que sea una iniciativa viable”, dijo. La legisladora también abogó por incorporar el estudio de tecnologías financieras en la educación, para preparar a los profesionales ante los desafíos de la economía digital.
Las experiencias internacionales con CBDC ofrecen lecciones mixtas. Países como China y Venezuela han implementado monedas digitales con resultados limitados. El yuan digital, por ejemplo, no ha logrado una adopción masiva; mientras que el ya desaparecido petro venezolano llegó a ser criticado por su uso como herramienta de control estatal.
Baldivieso advirtió que, sin transparencia y sin un marco regulatorio claro, el boliviano virtual podría enfrentar problemas similares. “Una CBDC es trazable y transparente, pero eso también significa que un gobierno puede rastrear cada transacción y acusar a alguien de actividades ilícitas sin pruebas”, señaló.
El debate sobre el boliviano virtual apenas comienza. Mientras el BCB avanza en su diseño, la sociedad boliviana espera más claridad sobre cómo funcionará la moneda y qué implicaciones tendrá. Para Baldivieso, el desafío radica en equilibrar la innovación con la protección de las libertades individuales. “Si el gobierno suelta un poco el control, podría ser una buena iniciativa”, concluyó.
El lanzamiento en agosto marcará un hito en la historia financiera de Bolivia, pero su éxito dependerá de la confianza que genere en los ciudadanos y de la capacidad del gobierno para implementar una herramienta que beneficie a la economía sin comprometer los derechos de los bolivianos.
