Sin mucho entusiasmo pero con convicción, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha defendido este lunes el acuerdo comercial alcanzado ayer en Escocia entre la Unión Europea y Estados Unidos que fija un arancel base del 15% para la gran mayoría los productos europeos, mientras los negociadores todavía deben encontrar una solución para algunas cuestiones abiertas como es el sector del vino y las bebidas alcohólicas o las tarifas del 50% sobre el acero y el aluminio.

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, durante la rueda de prensa en la que ha valorado el acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos, este lunes en Bruselas
“Este claramente es el mejor pacto posible bajo circunstancias muy difíciles”, ha asegurado Sefcovic en una rueda de prensa en Bruselas. “Si hubierais estado en la sala ayer, veríais que empezamos con un 30%, lo que era una perspectiva real para nuestras exportaciones, lo que hubiera paralizado todo”, ha continuado el comisario eslovaco, que ha liderado las negociaciones durante estos tres meses, preguntado por las críticas que ha despertado el acuerdo en algunas capitales.
El documento
Ambas partes esperan firmar una declaración conjunta en los próximos días
La Comisión Europea ha dedicado esta mañana a aclarar algunos aspectos de la letra pequeña de este pacto. De momento no hay ningún documento legal que comprometa a ambas partes a estas nuevas tarifas arancelarias. Ambos equipos están trabajando en una declaración conjunta de cara al viernes, cuando se espera que el presidente de EE.UU., Donald Trump, firme órdenes ejecutivas con los nuevos aranceles impuestos a todo el mundo a partir del 1 de agosto.
Se tratará de una declaración con los puntos clave de este acuerdo de mínimos, que, sin embargo, no está del todo cerrado. El principal es que casi todos los bienes europeos que entren en Estados Unidos se someterán a una tarifa base del 15%, incluyendo los coches, que actualmente sufren un arancel del 27,5%. Trump ha ido insistiendo en estas semanas en su obsesión con los coches europeos, y al final, para contentarle, Bruselas ha acordado reducir los aranceles sobre la importación de automóviles al 2,5% como parte de este acuerdo comercial.

Como se había anticipado, hay algunas excepciones a este 15%. Es el caso de la aviación y sus componentes, ciertos químicos, algunos medicamentos genéricos, partes de los semiconductores, algunos productos agrícolas, recursos naturales o materias primas esenciales. Europa trabaja para agrandar esta lista con los vinos y las bebidas alcohólicas, y fuentes comunitarias aseguran que las conversaciones están más avanzadas en el caso de los destilados que en el de los vinos.
Mención aparte merece el sector del acero y el aluminio. Trump mantiene que seguirá vigente un arancel del 50%, pero la Comisión Europea dice estar trabajando para sustituirlo por un sistema de cuotas con trato preferencial para establecer una alianza de cara al exceso de capacidad mundial. “Ha quedado muy claro que, en lo que respecta al acero y los metales, no somos el problema del otro. No estamos destruyendo el sector siderúrgico de EE. UU., ni ellos el nuestro. Además, somos muy complementarios, y sé que necesitan mucho nuestro acero”, ha explicado Sefcovic a los periodistas.
Las críticas de las capitales
Francia acusa a la Comisión de “someterse” ante Trump
Además de los aranceles impuestos a los productos europeos, la UE se ha comprometido a realizar compras de energía de 750.000 millones de dólares (en los sectores del gas, petróleo y la energía nuclear) y a invertir 600.000 millones de dólares en EE.UU. a través de las empresas privadas. En cuanto al desembolso en industria de defensa anunciada por Trump, fuentes comunitarias niegan que haya cantidades fijadas. “Creo que esto fue más bien una expresión de las expectativas del presidente Trump, en el sentido de que el aumento del gasto en defensa beneficiaría a las empresas de defensa estadounidenses debido a la calidad del equipamiento militar estadounidense, pero no se tuvo en cuenta de ninguna manera en las cifras de las que hablamos”, indican estas fuentes.
El acuerdo ha sido aplaudido por países como Italia o Alemania, pero a la vez ha provocado la indignación de varias capitales comunitarias. Es el caso de Francia. En París, el primer ministro francés, François Bayrou, habla de un “día sombrío” y acusa a Europa de “someterse” a Estados Unidos. En Budapest, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que acostumbra a criticar con dureza a la UE, ha sostenido que Trump se “ha merendado” a Von der Leyen. “Será muy difícil comunicar que el acuerdo es un éxito”, ha comentado. En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha valorado el esfuerzo de la Comisión y ha apoyado, “sin entusiasmo”, el acuerdo alcanzado.