Bruselas impone a Google una multa de 2.950 millones por prácticas abusivas publicitarias

Después de una semana en el ojo del huracán por haber frenado, presuntamente, una multa a Google para no enfadar a Donald Trump, la Comisión Europea ha publicado ya el resultado de su investigación contra el gigante tecnológico americano. No es bueno para Google, que es sancionado con 2.950 millones de euros de multa tras cuatro años de investigación por sus prácticas abusivas en su sistema de publicidad online. La empresa ya ha anunciado que recurrirá la decisión comunitaria.

La Comisión Europea ha llegado a la conclusión que Google ha infringido las normas antimonopolio de la UE al distorsionar la competencia en el sector de la tecnología publicitaria. Lo hizo, según un comunicado del Ejecutivo comunitario, “favoreciendo sus propios servicios de tecnología de publicidad gráfica en línea en detrimento de los proveedores competidores de servicios de tecnología publicitaria, los anunciantes y los editores en línea”. Google controla gran parte de las herramientas que hacen funcionar la industria de la publicidad digital, y, como resultado, según el Ejecutivo comunitario, los anunciantes sufrieron mayores costes publicitarios que seguramente repercutieron en forma de precios más elevados para los productos y servicios que adquieren los consumidores europeos. 

El 0,9% de la facturación del grupo

La multa es la segunda más alta impuesta por la Comisión en un caso antimonopolio

Ahora Google debe poner fin a estas prácticas de favorecer sus propios servicios de tecnología publicitaria y adoptar medidas para “erradicar sus conflcitos de interés inherentes a lo largo de la cadena de suministro”, y tiene dos meses para informar a Bruselas de cómo piensa hacerlo. Por el momento la Comisión no propone a Google la manera de eliminar su conflicto de intereses. A su juicio, solo podría hacerlo veniendo una parte del negocio de tecnología publicitaria. Todo arrancó en el 2021, cuando Bruselas abrió su investigación sobre el negocio publicitario en línea de Google, y dos años después ya llegó a la conclusión de que las prácticas de la multinacional quebrantaban el Derecho comunitario y la única salida pasaba por vender parte de este negocio.

“Google debe presentar una solución seria para resolver sus conflictos de intereses y, si no lo hace, no dudaremos en imponer medidas correctivas estrictas. Los mercados digitales existen para servir a las personas y deben basarse en la confianza y la equidad. Y cuando los mercados fallan, las instituciones públicas deben actuar para evitar que los actores dominantes abusen de su poder”, advierte en un comunicado la vicepresidenta comunitaria al frente de Competencia, Teresa Ribera.

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La vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, este jueves en una conferencia sobre políticas de sostenibilidad en las ciudades organizada por el Ayuntamiento de París

Edgar Sapiña Machado / EFE

La multa, muy elevada, es la segunda más alta jamás impuesta por la Comisión en un caso antimonopolio, en un gesto que demuestra que la Comisión Europea esta vez no se ha plegado a las presiones externas. La que ostenta el récord la tiene la misma compañía, de 4.124 millones de euros contra la multinacional estadounidense por aplicar restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos que utilizan su sistema operativo Android. En términos porcentuales, esta última sanción supone algo más del 0,9% de la facturación mundial del grupo Google. Es una cifra considerablemente superior a otras multas antimonopolio recientes en casos relacionados con la industria tecnológica. Por ejemplo, en el caso de Facebook Marketplace la multa de 797,72 millones de euros representó aproximadamente el 0,65 % del volumen de negocios de Facebook.

El anuncio es una mala noticia para Google apenas tres días después de que la justifica estadounidense dictaminara que no debe deshacerse de Chrome, su navegador estrella, pese a que previamente hubiese determinado un monopolio ilegal en el mercado de los buscadores online. Es posible que no guste nada a Washington, ya que el presidente de EE.UU. acaba de amenazar con nuevos aranceles a quienes regulen el sector digital y ha señalado directamente a Europa por discriminar presuntamente a las tecnológicas estadounidenses con sus normativas como la ley de serivicios digitales o la ley de mercades digitales (DSA y DMA, respectivamente).

Precisamente, para evitar despertar la ira de Trump, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, habría paralizado esta multa que estaba lista para adoptarse desde el lunes. Bruselas está intentando asegurar que Washington cumpla su promesa de reducir al 15% los aranceles a los coches europeos y, de ser ciertas las acusaciones, Sefcovic se habría interpuesto en una carpeta que corresponde liderar al gabinete de Teresa Ribera. Preguntado por el tema, el eslovaco evitó ayer  hablar de unos procedimientos internos que “existen por una razón” y añadió que prefiere concentrarse en comentar “los resultados”. 

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