La Comisión Europea ha publicado este miércoles el paquete de primavera, que incluye las recomendaciones económicas para cada miembro del bloque comunitario. Y, en líneas generales, aprueba la hoja de ruta fiscal del Gobierno. Si bien admite un desvío de cinco décimas en el techo de gasto público respecto a los compromisos adquiridos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, no considera que esto sea un motivo de preocupación, porque cree que a largo plazo va por el buen camino para cumplir con las nuevas reglas que se aprobaron tras el fin de la pandemia y el primer impacto de la guerra de Ucrania.
Sin embargo, la Comisión Europea sí que da un toque de atención al Gobierno al advertir en sus recomendaciones que la crisis de la vivienda es un problema que podría llegar a afectar al crecimiento económico español, en tanto que se lleva buena parte de los ingresos de un hogar y da menos margen a otros gastos que mueven la economía. Por eso, Bruselas urge a España incrementar la construcción y ampliar la oferta de vivienda social, algo “clave para el crecimiento sostenible y la igualdad social”.
“Portugal y España cumplen en líneas generales, con desviaciones limitadas de sus trayectorias recomendadas”, considera la Comisión
En sus recomendaciones para España, la Comisión advierte que el aumento de viviendas destinadas a uso turístico ha reducido la oferta para los vecinos de las ciudadanos. Según las cifras en el informe, los españoles destinan una media del 40% de su salario en pagar el alquiler por el 27% de la media europea, mientras la oferta de vivienda pública en España es del 1,5% del mercado mientras que la media europea está en el 9% y se necesita una construcción mínima de 600.000 unidades de vivienda nueva para hacer frente a este problema. ”
Es esencial invertir los factores que limitan la oferta para impulsar la construcción residencial y ampliar el mercado de alquiler. La atención debe centrarse en la rápida provisión de viviendas asequibles, especialmente para los jóvenes y los hogares con bajos ingresos”, señala.
Estas recomendaciones se producen al margen de la evaluación positiva, en líneas generales, del plan fiscal a medio plazo enviado por Ministerio de Economía de Carlos Cuerpo hace unos meses. Entonces, España tenía previsto que el incremento del gasto se situase en este 2025 en un 3,7%, pero Bruselas proyecta que será cinco décimas superior, un 4,2%. Sin embargo, como el año pasado el gasto fue menor del 5,3% pactado, Bruselas no ve que vaya a ser un motivo de preocupación y sitúa a España dentro del bloque de los países que cumplen “en líneas generales”.
La Comisión Europea cree que entre los motivos que han empujado a España a este ligero desvío se encuentra un evento extraordinario como fue la DANA de Valencia y también el aumento del gasto en Defensa recientemente anunciado por el Gobierno para destinar este año un 2% del PIB a las partidas militares. De momento, España no es uno de los dieciséis Estados miembros que ha solicitado activar la cláusula nacional de escape para que el aumento del gasto en Defensa no compute en las reglas fiscales.
“Portugal y España cumplen en líneas generales, con desviaciones limitadas de sus trayectorias recomendadas”, escribe la Comisión en su paquete de esta primavera. “Sin embargo, en el caso de Chipre, Irlanda, Luxemburgo y los Países Bajos, la Comisión ve un riesgo de desviación de las tasas de crecimiento máximas recomendadas por el Consejo”, continúa en su comunicación.

Se trata de la primera vez que la Comisión Europea analiza si los Estados miembros cumplen las nuevas reglas fiscales que acordó el año pasado la Unión Europea y que, en líneas generales, dan más margen de maniobra a los Estados para definir su camino de gasto. Estas nuevas reglas se basan en un plan fiscal a medio plazo que los Estados miembros y los países acordaron, y que, en el caso de España, se trata de una hoja de ruta a siete años a la que Madrid debería ajustarse.
Para seguir con esta senda y no desviarse en el futuro, Bruselas cree que todavía hay margen para aumentar la recaudación y compensar el gasto ligeramente mayor del acordado. Por ejemplo, aumentando algunos impuestos como los medioambientales e incluso los que afectan al consumo, con una reducción de los IVA superreducidos.
Bruselas también insta a España a “aumentar el ritmo de ejecución” del plan de recuperación
La otra buena noticia para España es que, como sugirió en sus últimas proyecciones económicas, pese a que cerró el 2024 con un déficit del 3,2%, Bruselas ha decidido no abrir un procedimiento por déficit excesivo, como sí ha ocurrido con Austria. Esto se debe a tres motivos, según los técnicos comunitarios. Porque supera por muy poco el objetivo del 3%; porque consideran que es algo estrictamente temporal y porque creen que se debe a gastos extraordinarios como la recuperación después de las inundaciones de Valencia.
Por otro lado, Bruselas sí ha instado al Gobierno a “aumentar el ritmo de ejecución” del plan de recuperación y resiliencia, ya que avisa que todavía faltan por cumplir más de los hitos y objetivos, una recomendación que también ha extendido a otros Estados miembro como Italia o Polonia. La Comisión Europea recuerda a los países que deben ponerse las pilas para completar los tramos pendientes porque el tiempo que queda es muy poco: para que los países puedan recibir los fondos prometidos, deben completar las reformas pactadas antes de agosto del 2026. Es un plazo que, según fuentes comunitarias, no se puede prorrogar.