La incertidumbre provocada por la guerra arancelaria de Donald Trump lleva malas noticias para la Eurozona, que ve rebajada sus expectativas de crecimiento en cuatro décimas a causa del “contexto de volatilidad” causado por las turbulencias comerciales. España, sin embargo, sale indemne: según las previsiones económicas de la Comisión Europea, publicadas este lunes en Bruselas, la española vuelve a ser la gran economía entre los países que usan el euro que más crece.
A nivel europeo, el Ejecutivo comunitario rebaja al 0,9 la previsión de crecimiento de la Eurozona este año, frente al 1,3% que estimaba en otoño. “La elevada incertidumbre y las tensiones comerciales están afectando al crecimiento de la UE”, ha reconocido en una rueda de prensa el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, remarcando que pese a esto la economía del bloque “sigue siendo sólida a pesar de las complicadas circunstancias a las que se enfrenta”.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, habla con el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis
España ha esquivado este golpe ya que, según las estimaciones, la evolución positiva del gasto de los consumidores y el aumento de la renta real de los hogares, además de la continuada resiliencia del mercado laboral, han contribuido a las buenas señales macroeconómicas a pesar de las tensiones comerciales globales derivadas del desafío arancelario iniciado por la Casa Blanca. Según los datos de Bruselas, España crecerá un 2,6% este 2025, unos datos que coinciden con las previsiones del Gobierno para este año y que mejoran en tres décimas las últimas hechas en Bruselas, que esperaba que creciera un 2,3%.
Un 2,6%
España vuelve a ser la gran economía de la Eurozona que más crece
De hecho, el crecimiento de España queda solo por debajo de los de Irlanda, Croacia, Chipre y Malta, pero es mayor que el del resto de grandes países que utilizan el euro. Bruselas sigue anticipando una desaceleración para el 2026 en España, cuando el crecimiento debería frenarse un 2,0%. En la línea también de lo que avanzaba el Gobierno, Bruselas ha recortado una décima la previsión del crecimiento para el 2026, al 2%, ligeramente menor que el que estimaba en sus cálculos de otoño.
Mientras, el PIB de Alemania se mantiene estable y los de Italia y Francia crecen un 0,7% y un 0,6% respectivamente. Preocupa especialmente el caso de la locomotora alemana, el país más expuesto a las tensiones arancelarias. En las previsiones de otoño, los técnicos comunitarios calculaban que crecería un 0,7% este año, mientras ahora sitúan el crecimiento en un 0% por su dependencia de las exportanciones de bienes en sectores como el del automóvil. Es notable que el Ejecutivo comunitairo no haya tenido en cuenta en sus cálculos el paquete anunciado por el nuevo Gobienro alemán en defensa e infraestructura, que podría ayudar a Berlín a salir del atolladero.
La Comisión Europea también considera que este año el déficit español será del 2,8% -por debajo del límite de procedimiento por déficit excesivo que marca la UE-, una caída que se explica por la reducción de gastos relacionados con el apoyo a la energía y el aumento de los ingresos con nuevos impuestos de diciembre de 2024. Bruselas también considera que las medidas que supuso la DANA han supuesto un impacto menor al esperado en el déficit. El año pasado España cerró con un déficit del 3,2%, pero los técnicos comunitarios consideran que fue por un evento extraordinario como las inundaciones de Valencia y decidieron no abrir el procedimiento. Este ejercicio también se prevé que se siga por este camino y España se aleja del expediente sancionador.
Fuentes comunitarias apuntan que no hay preocupación en Bruselas por el hecho de que todavía no se hayan aprobado los presupuestos para este 2025 porque Madrid sí ha presentado un plan fiscal que no impide seguir con los objetivos de reducción de déficit. La Comisión también piensa que los aranceles de Estados Unidos tendrán un impacto menor en la economía española que en otras grandes potencias europeas más dependientes de Washington como Italia o Alemania, aunque España sí se verá más afectada por el impacto indirecto de los gravámenes y la incertidumbre que despiertan en los inversores. En los cálculos sobre el déficit español, los funcionarios comunitarios sí han tenido en cuenta 6.000 de los 10.000 millones anunciados en el plan de Pedro Sánchez para que España llegue al 2% del gasto en defensa este año. Los 4.000 restantes no están en estos cómputos al ser créditos.

La Comisión Europea ha elaborado estas previsiones económicas asumiendo que los aranceles recíprocos de Washington se sitúan en el 10%, el nivel aplicado el 9 de abril, con la excepción de los gravámenes del 25% en coches, acero y aluminio y no impondrá aranceles sobre los productos farmacéuticos y los semiconductores. Es decir, que las estimaciones de los técnicos comunitarios podrían cambiar si el escenario final resultante de las negociaciones comerciales en marcha entre la Comisión Europea y la Casa Blanca es otro.
Dombrovskis ha comparado los efectos negativos para la economía que provocan los aranceles con los del impacto por la pandemia o la guerra de Ucrania. “Los resultados muestran que todo el mundo pierde”, ha dicho en una rueda de prensa en la que, sin embargo, ha señalado el objetivo de disparar el gasto en defensa como uno de los impulsos que pueden contribuir al crecimiento en los próximos años.
En 2026, el crecimiento de la zona euro debería acelerarse hasta el 1,4%, pero seguiría siendo inferior al 1,6% que la Comisión esperaba hace seis meses. “Las perspectivas de crecimiento se revisan significativamente a la baja. Esto se debe en gran medida al debilitamiento de las perspectivas del comercio mundial y a la mayor incertidumbre de la política comercial”, declara el documento del brazo Ejecutivo de la Comisión.