La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Melanie Joly, ha denunciado la ejecución de cuatro ciudadanos canadienses en China, condenados a pena de muerte a principios de año. Joly ha lamentado las duras penas impuestas por el gobierno chino a quien ha criticado de no respetar la doble nacionalidad de los imputados, acusados por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Además, la ministra ha declarado que tanto ella como el ex primer ministro Justin Trudeau pidieron clemencia por los acusados, algo que el país realiza sistemáticamente para sus ciudadanos condenados a muerte en el extranjero.
La embajada China ha instado al Gobierno de Canadá a “dejar de hacer comentarios irresponsables”, declarando que “Pekín garantizaba plenamente los derechos de los ciudadanos canadienses afectados”. Unos ciudadanos que según la propia embajada, han cometido unos delitos claros, con pruebas sólidas y suficientes, y que responden a las penas severas que China impone ante su “tolerancia cero” contra el contrabando.
Por su parte, el gobierno de Canadá sigue abogando por el indulto de Robert Schellenberg, un canadiense condenado a muerte también por tráfico de drogas y cuya pena todavía no ha sido ejecutada.
Las relaciones entre China y Canadá siguen siendo distantes
Pese a ser su segundo socio comercial, las relaciones de Canadá con China no pasan por su mejor momento. En 2018, las autoridades canadienses detuvieron a Meng Wanzhou, directora financiera e hija del fundador de la compañía Huawei, a petición de Estados Unidos.
La detención fue respondida por China con el encarcelamiento de dos ciudadanos canadienses, que fueron devueltos en 2021, el mismo día en que Meng regresó a su país tras un acuerdo con los estadounidenses.
En materia económica, China ha impuesto aranceles recíprocos a las importaciones agrícolas y alimentarias canadienses a principios de este mes, en represalia a los aranceles que impuso Canadá en octubre a vehículos eléctricos y productos de acero y aluminio fabricados en China.
