China dispara su influencia en Asia con la guerra comercial de Trump

“Cuanto más bravas sean las aguas, más debemos remar juntos”. Son palabras del presidente chino Xi Jinping, que con esta metáfora náutica ha hecho gala de sus grados de capitanía esta semana, en las reuniones multilaterales de la Apec y la Asean que han tenido lugar en Corea y Malasia.

Y así, mientras EE.UU. se aísla a golpe de aranceles, Asia va en dirección opuesta. Se organiza y se aglutina alrededor del libre comercio. Y de China. Xi defendió la necesidad de crear “un entorno económico regional abierto para promover el comercio, la liberalización y la facilitación de las inversiones”. “China no cerrará sus puertas al mundo exterior, sino que las abrirá aún más”, avisó. El primer ministro chino, Li Qiang, llegó a hablar de la necesidad de poner en marcha “una integración regional efectiva”. La visita de Trump a estos foros internacionales asiáticos, que había despreciado en su primer mandato, ha causado un efecto inesperado: Oriente ha tomado plena consciencia de su fortaleza y enarbola la bandera del liberalismo que durante décadas defendió EE.UU.

Ampliar Alianzas comerciales en Asia

Alianzas comerciales en Asia

LV

“No se trata de que con su viaje ahora Trump haya redescubierto el multilateralismo, sino que pretendía sacar rédito personal, ya se vio cuando se puso como mediador en los conflictos fronterizos entre Camboya y Tailandia”, explica Inés Arco, investigadora del Cidob. “A Trump no le interesa el multilateralismo, ni la Apec o la Asean. Precisamente fue allí para eso: para contrarrestar un poco sus efectos”, señala Amadeu Jensana, director de programas económicos de Casa Asia.

El sudeste asiático va camino de ser la cuarta economía mundial a lo largo de esta década

¿De qué manera? ¿Lo ha logrado? “Trump negocia en plan extorsión. Pide a diferentes países que financien la reindustrialización de Estados Unidos, ofreciendo bajar aranceles a cambio de cuantiosas inversiones en el país. Pero con China no hay tanto margen de negociación, es un país grande y tiene la cuestión de las tierras raras”, destaca Jensana.

“Una de las consecuencias de la guerra arancelaria es que como los chinos no pueden ya vender a EE.UU. todo el excedente de producción que tienen, Pekín intenta buscar otros mercados”. Y así, desde la pandemia, China se ha convertido en el primer socio comercial de la Asean. Hoy Pekín representa más del 20% del comercio total de los países del sudeste asiático, frente a alrededor del 10% de EE.UU., con unos intercambios que romperán la barrera del billón de dólares este año.

Las economías emergentes de Asia se desplazan bajo el paraguas de la economía china para esquivar el proteccionismo norteamericano. “No hay que olvidar que Asia es la región que más se ha beneficiado de la globalización. Trump ha negociado por separado con algunos de los países más débiles del continente porque espera debilitar su unión”, dice Arco. Pero en lugar de romper el consenso, lo ha potenciado.

China encuentra en Asia nuevos mercados para vender sus excedentes de producción

Con su táctica depredadora, Trump ha conseguido incluso que los miembros de la Apec hicieran una declaración conjunta, algo que no ocurría dese hace años, defendiendo “la importancia de un entorno comercial y de inversión que promueva la resiliencia y los beneficios para todos”.

Y mientras Trump amenazaba con sus derechos de aduana, China y los países Asean decidieron esta semana ir por su cuenta y actualizar su acuerdo comercial, para facilitar los intercambios por bienes valorados en 770.000 millones. A su vez, Corea del Sur y Japón se están acercando cada vez más: “En medio de las cambiantes dinámicas internacionales y del entorno comercial, estos países vecinos deben fortalecer su cooperación”, solicitó el presidente coreano, Lee Jae Myung.

EE.UU. formalmente mantiene el liderazgo mundial en tecnología, defensa y economía, pero es cada vez más evidente que el epicentro se está desplazando hacia Oriente. Los datos de la OMC dicen que el comercio en Asia Pacífico crecerá este año un 5,8% anual, el doble que el resto del mundo. A comienzos de siglo, menos del 40% de las demandas de patentes procedía de Asia, pero este porcentaje ha subido con rapidez, impulsado en particular por China, Japón y Corea. En materia de propiedad intelectual, el informe de la OMPI 2023 pone de relieve que Asia cubrió alrededor del 68,7% de las solicitudes de invenciones industriales ese año.

Pekín se convierte en el defensor de la globalización de antaño frente al aislacionismo de EE.UU.

La agencia Unido (Naciones Unidas) señala que Asia y Oceanía generan hoy el 55% del valor añadido manufacturero global, en sectores avanzados como electrónica, maquinaria y química. Hoy China por sí sola ha absorbido el 29% y se ha convertido por primera vez en el mayor exportador de coches del planeta. Según un estudio del centro de estudios ITIF, la cuota estadounidense en la manufactura mundial podría descender al 11% de aquí al año 2030, mientras que China podría alcanzar el 45%.

Pekín ya domina los entresijos de la economía del mañana: es líder mundial en publicaciones científicas, semiconductores (un 60%), tierras raras (un 90% en refino) y energías renovables y baterías (un 70%). Este monopolio permite a China imponer las reglas: pese a que Trump celebraba la tregua alcanzada con Pekín tras su viaje, tres empresas indias –Continental India, Hitachi y Jay Ushin– recibieron en las mismas horas licencias para importar imanes de tierras raras desde China, con la condición de que no se exporten a Estados Unidos ni se utilicen con fines de defensa.

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A child holds a sign during a demonstration against U.S. President Donald Trump's attendance at the Association of Southeast Asian Nations (ASEAN) Summit in Kuala Lumpur, Malaysia, on Sunday, Oct. 26, 2025. (AP Photo/Azneal Ishak)

En cuanto a los países del sudeste asiático integrados en la Asean, se convertirán en la cuarta mayor economía del mundo en el 2030 gracias al crecimiento de su clase media. “Son unas economías que todavía tienen potencial. Cuando tienes una renta per cápita que ronda los 10.000 euros, aún tienes mucho recorrido”, señala Amadeu Jensana.

La Asean y China renuevan sus acuerdos, Japón y Corea se acercan y la Apec defiende el comercio

La imagen de EE.UU. en Oriente ha acabado muy desdibujada. Wang Yiwei, profesor de la Universidad de Renmin en Pekín declaraba a las agencias que “hay un amplio consenso sobre que Estados Unidos ya no participa en el foro de las economías del Pacífico (Apec). El mundo tiene expectativas con China”. Go Myong hyun, del Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional de Corea, señalaba que “la reputación de EE.UU. ha empeorado, si se compara con el ideal internacionalista que el mundo ha asociado tradicionalmente a América”.

Hasta la banca de inversión de Wall Street ironiza sobre los titubeos de Trump, al crear el acrónimo TACO ( Trump Always Chickens Out , Trump siempre se echa atrás) para referirse a que el mandatario anuncia medidas arancelarias contundentes, genera impacto en los mercados y luego retrocede o aplaza esas medidas ante las reacciones adversas.

Aún es pronto para encender las alarmas. Pero este era el tono de un reciente editorial de la publicación The Atlantic . “La guerra moderna trata sobre la capacidad de producción, la logística y la tecnología. Es probable que EE.UU. pierda una guerra prolongada con China no por falta de valentía, sino por falta de capacidad industrial y tecnológica”.

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