China ha impuesto este viernes un arancel de entre el 27,3% y el 34,9% a las importaciones de brandy de la Unión Europea a China. Las tasas se empezarán a aplicar desde este sábado, durante cinco años. Se darán exenciones para aquellas asociaciones o empresas que cumplan con un precio mínimo acordado durante las negociaciones. Quedarán exentos los grandes fabricantes como Remy Cointreu (Remy Martin), Pernod Ricard (Martell & Co) o LVMH (Hennessy), al respetar el precio mínimo.
Las autoridades asiáticas argumentan la decisión en que existe competencia desleal (dumping), que provoca que su industria pueda sufrir un perjuicio sustancial.
Francia y su coñac son los principales exportadores. La medida puede prolongar el impacto en los fabricantes, cuyos envíos a China se desplomaron después de que Pekín impusiera aranceles preliminares el año pasado, en medio de las disputas comerciales por los aranceles de Bruselas a los coches eléctricos chinos. Si bien se esquivan los aranceles, la situación de mercado seguirá siendo peor que antes del 2024.

Los fabricantes franceses de coñac se han quejado de que son un daño colateral en una disputa comercial más amplia entre Bruselas y Pekín por los aranceles a los eléctricos. Las exportaciones mensuales de coñac a China, el mercado más valioso del mundo para esta bebida espirituosa, han caído hasta un 70% debido a la disputa comercial, según datos de la Oficina Nacional Interprofesional del Coñac (BNIC, por sus siglas en francés), un organismo del sector. En el caso de España, con nombres como Bodegas Torres y Osborne, las exportaciones de brandy a China son mínimas.
La imposición de aranceles llega en un momento en el que los fabricantes europeos también sufren una ralentización de las ventas en EE.UU., mayor mercado mundial por volumen, como consecuencia de la inflación y la incertidumbre económica.