El Rey hacía su entrada en el auditorio del Palau de Congressos de Catalunya cuando los teléfonos se iluminaban con la última hora de una de las batallas empresariales más disputadas de los últimos años: el BBVA acababa de anunciar un nuevo movimiento táctico a solo 12 días de que acabara el periodo de aceptación de su oferta sobre el Banc Sabadell. El banco de origen vasco aprobó el lunes, en pleno acto de concesión de los Premios Vanguardia, el pago de un dividendo a cuenta de 0,32 euros por acción después de que se liquide la opa, lo que convertía la operación en algo más atractiva.

La OPA de BBVA sobre Sabadell llega a su recta final
La opa estaba este lunes en muchas conversaciones, no en vano unos cuantos de los asistentes son accionistas del Sabadell. Aunque ni el presidente del BBVA, Carlos Torres, ni el del banco vallesano, Josep Oliu, acudieron esta vez a la fiesta de La Vanguardia . Por motivos obvios: Torres debía presidir el lunes el consejo que aprobó ese nuevo guiño a los accionistas del Sabadell. Oliu también estaba ocupado preparando el consejo de administración de ayer, en el que la entidad bancaria se pronunció en contra de la mejora de la oferta del BBVA anunciada hace unos días. Un consejo con sorpresa, porque uno de los principales accionistas, el mexicano David Martínez, desveló que sí acudirá a la opa y venderá su 3,8% del capital del Sabadell.
Sin Torres ni Oliu en la fiesta, la batalla empresarial estuvo muy presente en el encuentro de los Premios Vanguardia
Hace un año, la opa era ya la comidilla de la reunión y de la fiesta posterior a la entrega de los premios. Estaba en boca de todos. Torres y Oliu se esforzaron por escenificar un fair play muy convincente por aquellas fechas y conversaron animadamente entre canapés y tapas de altura. Sin ellos presentes en esta edición, en cualquier caso, el asunto no desapareció en absoluto, con comentarios de unos y otros, aquí y allá, sobre la oportunidad de acudir o no a la oferta.
Más allá de la opa, la presencia del rey Felipe VI dio lustre a una reunión de empresarios de primer nivel que no ocultaron ante la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, su oposición al de momento aparcado recorte de la jornada laboral. Allí estaban en primera línea el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, y el de la CEOE, Antonio Garamendi, además de los presidentes de Pimec, Antoni Cañete, y de la Cecot, Xavier Panés, junto a la flamante presidenta del Cercle d’Economia, Teresa Garcia-Milà, y el presidente del Círculo Ecuestre, Enrique Lacalle.
La fiesta logró reunir a destacados empresarios y directivos de Catalunya, como el de la histórica cervecera Damm, Demetrio Carceller, distinguido con el Premio Vanguardia al Empresario del Año. Acudió también el presidente de Mango, Toni Ruiz, galardonado con este premio el año pasado; además del presidente de Grupo Planeta, José Creuheras; o el de Fluidra, Eloi Planes, así como Víctor y Raimon Grifols, propietarios de la compañía farmacéutica, y los constructores Josep Lluís y José María Núñez y Navarro. Estaban también Carles Sumarroca (Comsa), Miquel Martí (Moventia), Emili Rousaud (Factor Energia), Juan Antonio Samaranch (GBS), Eduardo Mendiluce (Aliseda y Anticipa), así como el presidente de Fira de Barcelona y de Mat Holding, Pau Relat, entre muchos otros. El joyero Esteve Rabat no faltó tampoco a la cita, al igual que las hermanas Alba y Rosa Tous, y la diseñadora Rosa Clará. Entre los representantes de las grandes empresas españolas, destacó la presencia del presidente de Telefónica, Marc Murtra, así como la del presidente de Indra, Ángel Escribano, y el de Enagás, Antoni Llardén. Junto a ellos, el presidente del constructor aeronáutico Airbus, Francisco Javier Sánchez, galardonado con el premio a la Empresa Europea del Año.