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En Hodl Hodl, prestamistas y prestatarios acuerdan las condiciones del préstamo.
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El uso de este tipo de herramientas exige educación y responsabilidad individual.
Obtener liquidez sin la necesidad de vender bitcoin (BTC) es una estrategia que ha ganado popularidad entre los tenedores a largo plazo del activo digital.
Lo que antes parecía una herramienta financiera exclusiva para grandes corporaciones o inversionistas institucionales, como Michael Saylor, hoy es accesible para el usuario minorista gracias a las plataformas de préstamos entre pares (P2P).
Estos servicios permiten a los usuarios emplear sus tenencias de bitcoin como garantía para obtener préstamos, generalmente en stablecoins. Pero, ¿cómo funciona exactamente este mecanismo? ¿Cuáles son sus verdaderos beneficios y, más importante aún, qué riesgos implica?
Para aclarar estas dudas, Iván Gómez, de CriptoNoticias, conversó con Daniel Alós, representante para Latinoamérica de la plataforma P2P Hodl Hodl, quien explicó en detalle el funcionamiento de este mercado financiero emergente construido sobre bitcoin.
La premisa fundamental de los préstamos respaldados por bitcoin es simple: permitir a los tenedores del activo digital acceder a dinero fíat sin desprenderse de sus sats. Esto es especialmente valioso para aquellos que creen en el potencial de apreciación a largo plazo de bitcoin.
En plataformas P2P como Hodl Hodl, el proceso no involucra a una institución financiera central. En su lugar, la tecnología conecta directamente a prestamistas con prestatarios.
«No es que la empresa otorgue préstamos, sino que simplemente pone a disposición de los usuarios las herramientas técnicas para poder prestar y tomar prestado entre usuarios», explica Alós.
Las dos partes involucradas —el que presta (lender) y el que toma prestado (borrower)— negocian y acuerdan los términos del contrato. Estos términos incluyen el monto del préstamo, el período de devolución y la tasa de interés.
Además, está previsto un punto clave para la seguridad y sostenibilidad del sistema: la sobrecolateralización.
«Los préstamos siempre tienen que ser sobrecolateralizados, o sea, siempre el colateral es por más valor de lo que estás pidiendo», detalla Alós. Esta sobrecolateralización no es para beneficiar al prestamista, sino para proteger al propio prestatario. «En el caso de que haya una baja del precio de bitcoin violenta, si no tenés suficiente colateral, se te liquida el préstamo y se quedan con tus bitcoin», advierte. Perder el colateral es el principal riesgo a evitar.
Una vez que las partes acuerdan las condiciones, el proceso es notablemente rápido. Según Alós, la agilidad es una de sus mayores ventajas. «En 10 minutos podés tener un crédito de 10.000 dólares en stablecoin», afirma a modo de ejemplo. Esta liquidez puede ser utilizada para gastos cotidianos, inversiones o cualquier otra necesidad.
Un libre mercado de tasas de interés
Desde la perspectiva de quien toma el préstamo, el beneficio es claro: obtiene capital sin vender un activo que considera valioso. Pero, ¿qué incentivo tiene el prestamista? La respuesta es el rendimiento. «Se están pagando tasas de hasta el 15% en algunos casos», señala Alós.
A diferencia del sistema financiero tradicional, en estas plataformas P2P las tasas no son impuestas por una autoridad central. «Es un mercado totalmente libre, con lo cual se ponen de acuerdo entre las partes la tasa con la cual va a regir el contrato», comenta el representante de Hodl Hodl. Esto genera «un mercado libre de tasas de interés dentro de la plataforma», donde la oferta y la demanda determinan los rendimientos de manera transparente.
Los usuarios pueden ver un libro de órdenes con diferentes ofertas de préstamo, cada una con sus condiciones específicas: monto, tasa y el ratio préstamo-valor (LTV, por sus siglas en inglés), que define el margen de colateral.
El principal riesgo: la volatilidad de bitcoin y la liquidación
A pesar de sus beneficios, los préstamos con bitcoin no están exentos de riesgos. El principal adversario es la volatilidad inherente al precio del activo digital.
Daniel Alós es claro al respecto: «El riesgo aparece cuando aparece el bear market, cuando aparece la caída de precio de bitcoin. Aparece el riesgo de liquidación cuando el precio de bitcoin empieza a caer y tu colateral cada vez cubre menos».
Si el valor de la garantía depositada cae por debajo de un umbral preestablecido en el contrato, se produce una llamada de margen. En este punto, el prestatario tiene varias opciones para evitar la liquidación de sus fondos. «Podés fondear más bitcoin para proteger [el préstamo], o también podés precancelar parte del préstamo. Mucha gente decide hacer eso directamente, quizás repaga la mitad del contrato, entonces el LTV vuelve a un nivel seguro», explica. La última opción es cancelar la totalidad del préstamo para recuperar la garantía.
La gestión activa del préstamo y la vigilancia del precio de bitcoin son, por lo tanto, responsabilidades ineludibles para quien decide usar esta herramienta.
La ventaja ‘non-custodial’ y el futuro del sector
Un diferenciador fundamental en este ecosistema es el modelo de custodia. El colapso de plataformas centralizadas como Celsius o BlockFi en el ciclo anterior generó un fuerte escepticismo sobre los préstamos con activos digitales.
Según Alós, el problema de esas empresas fue su modelo custodial y sus malas prácticas. «Lo que hacían era rehipotecar todo el tiempo y para colmo usaban de colateral una shitcoin cualquiera que también se caía», recuerda.
En contraste, las plataformas sin custodia utilizan un sistema de escrow con multifirmas. Esto significa que los bitcoin puestos como garantía se bloquean en una dirección que requiere la firma de múltiples partes (generalmente el prestatario, el prestamista y la plataforma como mediador) para ser movidos.
«Para mover los bitcoin necesariamente se requiere de tu consentimiento», asegura Alós. Esto impide que los fondos sean rehipotecados o mal utilizados por la plataforma, alineándose con el principio de soberanía individual de bitcoin.
A pesar de las caídas del pasado, Alós percibe un «resurgimiento» de la industria, pero de una manera «mucho más sana», operada por gente que «tiene un poquito más incorporada la ética de Bitcoin». En su visión, en el futuro coexistirán las propuestas con y sin custodia ofreciendo distintas alternativas para los usuarios.
En definitiva, los préstamos respaldados por bitcoin se presentan como una herramienta poderosa para la gestión de capital, pero exigen educación y responsabilidad. Comprender la sobrecolateralización, gestionar activamente el riesgo de liquidación y optar por plataformas no custodiales son pasos fundamentales para aprovechar sus beneficios de forma segura.