Dos autobuses chocan contra sendos camiones y dejan casi 40 muertos en India

Día negro en las carreteras indias, con dos accidentes separados por 1.600 kilómetros, pero unidos por circunstancias parecidas y un balance conjunto de decenas de fallecidos. En Telangana, esta madrugada, el choque frontal de un camión cargado de grava contra un autobús dejó al menos veinticuatro muertos, además de escenas dantescas. La violencia del impacto volcó la carga del vehículo contra el coche de línea, sepultando completamente o de cintura para abajo a los supervivientes y dificultando su rescate. 

Ambos conductores fallecieron por la tremenda violencia del accidente, en el que el camión circulaba por el carril contrario. Muchos de los fallecidos eran estudiantes u oficinistas que se dirigían este lunes a Haiderabad, capital del estado de Telangana, después de pasar el fin de semana en sus localidades de origen. Entre las víctimas mortales se cuentan una madre y su bebé, así como tres hermanas que regresaban a la gran ciudad, sede de empresas informáticas como Wipro, tras una boda en su pueblo. 

El autobús en el que viajaban era de la empresa pública de transporte TSRTC y el jefe de gobierno del estado, Revanth Reddy, ha ordenado una investigación y que varios de sus ministros se personen en el lugar de la colisión, en Chevella, distrito de Ranga Reddy, a 50 kilómetros de la capital estatal. El primer ministro indio, Narendra Modi, ha expresado sus condolencias y ha ordenado que se dispense una compensación equivalente a dos mil euros por cada víctima a sus respectivas familias. 

En India, a pesar de la meritoria renovación de muchas infraestructuras durante los últimos veinte años, la conducción temeraria sigue siendo un grave problema. Anoche se registró otro trágico accidente en la “autopista” entre Bikaner y Jodhpur, en Rajastán, con el resultado de quince muertos y varios heridos graves. En este caso, un minibús cargado de peregrinas se estampó -mientras realizaba un adelantamiento- contra un tráiler aparcado en la calzada. El conductor, al parecer, había detenido su camión para proveerse en uno de los puestos de comida que jalonan la carretera, sin separación alguna. Algo habitual en India, que no impide que estos tipos de vías sean llamadas de todos modos “autopistas”. 

En este accidente, todas las víctimas mortales, aparte del conductor, eran mujeres (10) y niños (4). El grupo regresaba del ashram centenario de Kapil Muni, en el pueblo de Kolayat, que rodea un lago sagrado al que acuden muchas mujeres casadas, en la creencia de que la inmersión proporcionará salud y buena suerte a su marido y familia. Tras pasar por la “ciudad roja” de Bikaner -famosa en toda India por sus snacks- las peregrinas se dirigían de regreso a Jodhpur, la “ciudad azul” del desierto, también conocida por sus muebles. La muerte les alcanzó en la localidad de Phalodi. 

Esta es la segunda tragedia viaria de grandes proporciones en Rajastán este otoño. Hace apenas veinte días, un autobús nocturno entre Jaisalmer y Jodhpur se incendió, posiblemente por un cortocircuito, y veinte de sus 55 pasajeros murieron carbonizados. El transporte público interurbano, en India, en su mayor parte difícilmente superaría una inspección rigurosa, por su antigüedad y mal estado.

Asimismo, hace dos viernes, otro autobús se incendió en el estado meridional de Andhra Pradesh, causando la muerte de otros veinte pasajeros. En el origen del incendio, un motorista que empotró su vehículo en la parte trasera del autobús. El conductor de este siguió su ruta como si nada, arrastrando consigo la moto durante docenas de metros. Sin advertir que el roce de esta con el asfalto hacía saltar chispas que terminaron colándose en el tubo de escape y haciendo estallar el depósito de combustible. 

El número de víctimas en las carreteras indias en las últimas 24 horas empequeñece  por tanto el balance provisional de veinte muertos en el terremoto de seis grados de magnitud registrado en Afganistán, que se desencadenó alrededor de medianoche. 

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