EE.UU. y la Unión Europea se acercan a un acuerdo con aranceles del 15%

Nadie parece más deseoso que Wall Street de que de una vez se enfunde esa espada de Damocles que son los aranceles auspiciados por Donald Trump.

El Dow Jones, principal indicador del parqué neoyorquino, abrió al alza a rebufo del acuerdo comercial anunciado la noche del martes por el presidente Donald Trump entre Estados Unidos y Japón, que estableció unos aranceles del 15% a los bienes que el país asiático exporta a EE.UU. tasa de aplicación también a los coches, según explicó el primer ministro Shigeru Ishiba.

Pero el tirón al alza aumentó mucho más cuando se filtró que, siguiendo la senda abierta con Japón –logró una rebaja respecto al 25% inicial– las posturas entre EE.UU. y la Unión Europea (UE) se habían acercado con unos gravámenes estadounidenses a productos europeos del 15%.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este miércoles en Washington

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este miércoles en Washington

Julia Demaree Nikhinson/AP

Este porcentaje sería el punto de encuentro, según fuentes diplomáticas europeas, tras la amenaza del 30% a partir del 1 de agosto que la Casa Blanca lanzó hace unos días.

Esa tasa podría extenderse también a los coches (ahora está en el 25%), como otro reflejo del pacto entre Japón y EE.UU. Trump ya comentó la noche del martes, en un acto con legisladores republicanos al hablar del acuerdo con Tokio, que este miércoles iban a continuar en Washington las negociaciones con los representantes europeos y que esperaba que hoy mismo hubiese pacto.

La Casa Blanca haría una concesión al rebajar la tasa del 30% con la que amenazó a partir del 1 de agosto

En principio, Bruselas estaría de acuerdo en imponer esos aranceles para evitar que la Casa Blanca ejecute su amenaza del 30% previsto para la próxima semana, si bien con Trump todo es muy volátil.

Ambas partes renunciarían a los gravámenes sobre algunos productos, incluidos aviones, bebidas alcohólicas y dispositivos médicos, señalaron las fuentes diplomáticas.

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, habló por teléfono ayer con el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, una de las muchas llamadas que han intercambiado recientemente.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic

Omar Havana/AP

Después, la Comisión Europea informó de los avances en una reunión de los Veintisiete embajadores europeos. En las negociaciones se trabajaba sobre ese arancel base del 15%, con algunas excepciones, sin que todavía esté claro qué sectores quedarían exentos. Entre las más notables que se mantendría es la del 50% sobre el acero.

Ese 15% incluiría el arancel por defecto medio entre la UE y EE.UU. –que es del 4,8%–, no como hasta ahora, cuando Washington aplica el 10% temporal de los aranceles sumado a este 4,8%. Es decir, que Europa consolidaría el statu quo, el castigo estadounidense de los últimos 90 días.

Sin embargo, nada era definitivo porque de nuevo la última palabra la tiene Trump. En Bruselas crece cada día que pasa el escepticismo, puesto que no se fían de lo que puedan determinar los negociadores estadounidenses, Lutnick y el representante comercial Jamieson Greer, que son los homólogos de Sefcovic en la UE.

El Dow Jones se disparó cuando circuló ese posible acuerdo entre EE.UU. y los europeos

Hace dos semanas también estuvieron a punto de alcanzar un principio de acuerdo que estaba encima de la mesa de Trump. Entonces se hablaba de un arancel base del 10% (en la estela de lo que se logró entre EE.UU. y el Reino Unido) con algunas industrias exentas, pero el magnate decidió subir las apuestas y enviar la carta anunciando esos aranceles del 30%.

Tras este movimiento, cada vez son más los países que quieren jugar fuerte y reclaman ir más allá de las contramedidas acordadas pidiendo estrenar el poderoso instrumento anticoerción, que no solo atacaría los bienes, sino también los servicios estadounidenses.

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La famosa fotografía de Donald Trump anunciando sus aranceles a decenas de países, el pasado 2 de abril

KENT NISHIMURA / EFE

Entró en vigor en el 2023, pero hasta el momento la UE lo ha guardado en un cajón a la espera de una situación excepcional para estrenarlo. Este podría ser el momento. “Aunque nuestra prioridad son las negociaciones, continuamos en paralelo preparándonos para todos los resultados incluyendo potenciales medidas de represalias”, aseguró el portavoz de Comercio de la Comisión, Olof Gill.

Los textos que circulan por las cancillerías incluyen industrias sensibles como la aviación o simbólicas, como el bourbon de EE.UU., con recargas que podrían oscilar entre el 25 y el 30%. A no ser que se alcance un acuerdo. Y Trump diga “sí”.

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