El acero y aluminio españoles se juegan 530 millones con los nuevos aranceles

La nueva carta en la manga con la que Donald Trump ha vuelto a elevar la tensión arancelaria tendrá efectos directos sobre las empresas españolas. Toreado por China y acosado por los jueces sobre la legalidad de sus aranceles recíprocos, el presidente de Estados Unidos redobló su apuesta la tarde del viernes en West Mifflin (Pensilvania) con el anuncio de que doblará las tarifas al acero y al aluminio, del 25% al 50%. Esta medida la justificó como una manera de impulsar la industria doméstica estadounidense y proteger puestos de trabajo. Y ha vuelto a levantar ampollas al otro lado del Atlántico.

Las empresas españolas calculan que hay en juego exportaciones a Estados Unidos de acero y aluminio por más de 530 millones de euros anuales. Eso al margen de otros efectos relacionados con la intensificación de la competencia con terceros países cuyas fábricas reciben fuertes subvenciones y operan con menos exigencias medioambientales. Al ver cómo se les cierra el mercado estadounidense, los fabricantes asiáticos tendrán la tentación de inundar la UE con sus productores.

Las cifras del acero son de la asociación empresarial Unesid y las del aluminio, de la Cámara de Comercio de España. Las empresas, indican las organizaciones, exportan acero por 402 millones y aluminio por 130 millones. En toneladas, son 254.000 de acero, el 3% de las exportaciones totales de estos productos, y 20.000 de aluminio. España es el décimo exportador mundial de acero a Estados Unidos y el vigésimo octavo de aluminio.

El incremento de los aranceles entrará en vigor el 4 de junio, precisó ayer Trump. Como se olvidó de dar la fecha de validez de esos gravámenes, una vez de regreso a la Casa Blanca echó mano de su red social para comunicar la fecha de entrada en vigor.

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FOTODELDÍA WASHINGTON (Estados Unidos), 26/05/2025.- El presidente de EE. UU., Donald Trump, cruza el Jardín Sur tras descender del Marine One en la Casa Blanca, en Washington, D. C., EE. UU.. Durante el fin de semana, Trump pronunció un discurso ante los graduados de West Point y pasó el domingo en Bedminster, Nueva Jersey. EFE/ Tierney L Cross / POOL

También sostuvo que doblar los aranceles a esos metales supone una protección para la industria estadounidense. Según su versión, los otros países exportadores han circunvalado los gravámenes del 25% ya existentes.

Los precios globales del acero han caído en estos últimos meses, lo que hace más fácil para los compradores de acero pagar los impuestos existentes sobre las importaciones y, aun así, adquirir acero con un descuento sobre los precios internos. Según los analistas, unos aranceles más altos darán a los fabricantes nacionales de acero más poder para aumentar los precios. La demanda y los precios han estado enfriándose desde abril.

Los gravámenes al acero y aluminio no se ven afectados por las decisiones judiciales contra otras medidas

La Comisión Europea respondió ayer al nuevo desafío. “Lamenta con firmeza” la nueva subida, que no hace sino “añadir más incertidumbre a la economía global y elevar los costes para los consumidores y empresas a ambos lados del Atlántico”, indicó un portavoz. Además, “socava los esfuerzos en marcha por lograr una solución negociada”.

Bruselas está “preparada” para imponer contramedidas para compensar el nuevo golpe arancelario. Podría incluso adelantar la fecha del 14 de julio fijada como fin a la pausa negociadora que se dieron ambos bloques.

El acero es uno de esos productos estratégicos y de alto valor simbólico a los que la Comisión no ha dejado de cuidar. Ya en el 2018, durante el primer mandato de Trump, empezó a aplicar medidas de salvaguarda para defenderlo y hace apenas unos meses las convirtió en permanentes. Esta salvaguarda consiste en un mecanismo de cuotas en la importación de acero a la UE que, una vez superadas, activan un arancel del 25%.

Unesid y las empresas europeas creen que el impacto de los aranceles sobre el conjunto del acero europeo puede rondar los 7.000 millones. Mientras, Trump se muestra convencido de que “aranceles más altos impulsarán la industria del acero en Estados Unidos”.

A pesar de la euforia arancelaria, no está nada claro cómo doblar los gravámenes al acero reforzará el sector doméstico estadounidense. Sin embargo, Trump tiene la oportunidad de imponer aranceles en un momento en que otros gravámenes a las importaciones se han demostrado vulnerables a los desafíos legales.

El Tribunal Comercial Federal declaró ilegales la noche del miércoles los aranceles recíprocos y globales que el presidente estadounidense fijó el 2 de abril, su “día de la liberación”. Si bien una corte de apelación puso en pausa esa medida, perdura la amenaza de que sean anulados porque Trump recurrió a una ley de emergencia de 1977 excediéndose en su poder por cuanto la potestad corresponde al Congreso.

España es el décimo exportador mundial de acero a EE.UU. y el vigésimo octavo de aluminio

Pero estos gravámenes al acero y el aluminio forman parte de unos pocos que no fueron impuestos evocando esa ley y no se ven afectados por la causa judicial.

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