El auge conservador

Asistimos a un auge de las fuerzas políticas conservadoras en prácticamente todas las sociedades avanzadas. Es muy probable que España se una pronto a esta tendencia. ¿Cuáles son las causas? Desde la perspectiva de las batallas culturales la explicación parece sencilla. Sería la ley del péndulo. Los excesos de las políticas woke han provocado la reacción, primero del cuerpo social y luego del electorado. Aunque sea anecdótica, la revuelta popular ante la censura de El meu avi en la cantada de habaneras de Calella es un ejemplo más. Mucha gente está harta de lo que es políticamente correcto.

Por lo que atañe a la economía, en muchos países la izquierda sufre más que la derecha la erosión de la confianza en nuestro sistema económico y social. Al fin y al cabo, el capitalismo modulado por la intervención del Estado es un invento fundamentalmente socialdemócrata. Muchos electores creen que dicho sistema ha fracasado y tienden a culpar más a la izquierda que a la derecha, aunque esta última también haya gestionado durante muchos años ese Estado de bienestar que ahora está en crisis.

Abuso

El electorado se decanta hacia la derecha, no porque no sea solidario, sino como reacción ante el abuso de los poderes públicos

Como analizo en mi libro Confiar no tiene precio , las políticas redistributivas de los países desarrollados han fracasado políticamente, a pesar de que han conseguido mantener estables las desigualdades de renta gracias al efecto de impuestos y subsidios. La insatisfacción tal vez se explica porque la desigualdad en riqueza sí que ha aumentado, especialmente por el difícil acceso a la vivienda de los jóvenes. Y también porque en muchos países el mal diseño de las políticas públicas, aunque haya aliviado la desigualdad de rentas, no ha conseguido la inclusión social de los más desfavorecidos.

Sea como fuere, lo que es incuestionable es que las políticas del Estado de bienestar han incrementado el peso del sector público en la economía y también la carga impositiva sobre los ciudadanos. Si este mayor papel de las administraciones públicas en nuestras vidas no ha servido para remediar las injusticias del capitalismo, ¿qué es lo que ha sucedido? La explicación es que el Estado de bienestar es menos eficaz en aquellos países en los que las políticas gubernamentales han perseguido objetivos partidistas en lugar del bien común. A veces, dirigiendo el gasto público a votantes propios (clientelismo), para de este modo mantenerse en el poder. En ocasiones, usando los recursos del Estado en beneficio propio o del partido político en el Gobierno.

El electorado se decanta hacia la derecha. No porque no sea solidario, sino como reacción ante el abuso de los poderes públicos, especialmente cuando se trata de fuerzas que propugnan un papel determinante del Estado. El riesgo es que el descrédito del sistema vaya más allá de la alternancia política y que la desconfianza de la ciudadanía ponga en cuestión la vigencia del propio sistema democrático.

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