Pasará lo que tenga que pasar, y pasará quien tenga que pasar… a la final four. Pero lo vivido este sábado en el pabellón La Moheda es la pequeña epopeya de una gran familia llamada CB La Solana. Los guerreros de Vitu liquidaron al CB Ciudad Real sudando la gota gorda y encarrilaron la eliminatoria al mejor de tres (77-65).
El viernes próximo podría haber desenlace, o no, aunque Jesualdo Fernández quisiera volver, “sólo por vivir este ambiente merecería la pena”, admitió al término del choque. Como también subrayó la superioridad solanera: “ellos han estado mejor en los momentos decisivos, hay que reconocer que están un escalón por encima”.
Palabras que regalan los oídos a un CB Frutas Doña Ramoncita cargado de adrenalina desde el minuto uno. Sólo ver la grada, con más 600 almas mirándolos, debió ser un subidón para los de amarillo. Salida en tromba y primeros puntos. Cuco hacía retumbar La Moheda. El Lineal celebró su primera canasta como si no hubiera mañana, pero la distancia se fue a diez en un santiamén. Mario García había comenzado su show y el banquillo local saltaba como un resorte en cada enceste. Alberto Obregón, lesionado en el brazo, daba instrucciones a su hermano pequeño, Eloy, que pilotaba la nave.
La Solana repetía su patrón de siempre. Presión asfixiante en la defensa, velocidad punta en el ataque y búsqueda de buenas posiciones para anotar. Pero los azulones no se descomponían y aguantaban el chaparrón con oficio, devolviendo los golpes. Fin del primer cuarto y un apretado 17-13 en el electrónico.
El segundo parcial acabó siendo un tira y afloja. La porfía era brutal en la pintura y el ritmo frenaba. Hubo opciones para abrir la herida, sin éxito, porque los visitantes respondían con criterio. Faltó acierto y tal vez una pizca de quietud en la tempestad para amarrar las ventajas. 17-17 al término de los diez minutos, fifteen fifteen, y cuatro arriba en el ecuador (34-30). Eran guarismos que revelaban un descomunal trabajo defensivo de ambas escuadras.
Arrancó el tercer cuarto sin grandes cambios en el atrezzo. Las oleadas amarillas seguían teniendo respuesta. Costaba cerrar el rebote y el Lineal crecía. Tanto que, por primera vez en el partido se pusieron uno arriba. Jesús Nieto tocó a rebato, respondió con un triple, después con una filigrana bajo la canasta a mano cambiada… Miguel Muñoz, hiperactivo, le siguió. El último cuarto se tiñó de amarillo. El zafarrancho era total. Mica robó un balón, encestó y soliviantó a la grada, un poco más si cabe. Fer Carrascosa también tiró de muñeca para anotar de tres. De pronto, el partido estaba en el saco. Minutos para los yogurines. La recta final fue una especie de desfile de la victoria, con la afición entregada. Una comunión en toda regla.
Que nadie inhume antes de tiempo al CB Ciudad Real, que fue cualquier cosa excepto un equipo vulgar en La Moheda. Posee armas y orgullo suficientes para pelear la eliminatoria. Sin embargo, nadie podrá robar la proeza que supone jugar un play-off a EBA con una plantilla formada, exclusivamente, por jugadores de casa. Y si hay que forzar un tercer duelo, La Moheda espera de nuevo.