
El pleno del Congreso ha tumbado este miércoles el Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia firmado en 2023 en Barcelona, que, entre otras cuestiones, incluía la participación de miembros del Gobierno galo en reuniones del Consejo de Ministros español, y viceversa; así como el compromiso de ambas partes a “seguir desarrollando las interconexiones entre ambos países para alcanzar los objetivos fijados por la Unión Europea”, dando prioridad al ámbito energético, pero con las interconexiones de transporte y telecomunicaciones como objeto de “intercambios prioritarios”.
El PP, que recurrió ante el Tribunal Constitucional el artículo del convenio que articulaba las invitaciones cruzadas de miembros de ambos gobiernos a los consejos de ministros del otro país, ha contado con el voto en contra de los de Alberto Núñez Feijóo, Vox y UPN, mientras que Junts y Podemos han optado por abstenerse, bloqueando su tramitación parlamentaria.
El PP, que recurrió ante el Tribunal Constitucional el artículo del convenio que estructura las invitaciones cruzadas de miembros de ambos gobiernos a los consejos de ministros del otro país, ha contado con el voto en contra de los de Alberto Núñez Feijóo, Vox y UPN. Mientras que Junts y Podemos -estos últimos rechazan cualquier tipo de refuerzo del marco de la OTAN- han optado por abstenerse propiciando el bloqueo de su tramitación parlamentaria.
Según ha declarado en los últimos días el diputado popular Carlos Floriano, “jurídicamente no es una cuestión pacífica” puesto que ha tenido que introducirse una “reforma ad hoc” en la Ley de Gobierno de 1997 para permitir que un ministro de la otra parte pueda participar en el Consejo de Ministros.

Se da la circunstancia de que este tratado superó el pasado día 6 de mayo la votación preliminar en la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, donde el PP se abstuvo apelando “al interés general”. Sin embargo, en apenas seis días, el grupo popular se ha pasado al “no” tumbando la iniciativa.
El texto, firmado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, es homologable al que España tiene con su vecino ibérico, Portugal. Y pretendía consolidar la estrecha relación bilateral entre países vecinos, protegiendo el vínculo “con un marco político y jurídico acorde con los retos del siglo XXI”, según informó Moncloa tras la firma del acuerdo.
El tratado, el primero de estas características firmado por ambos países, estaba concebido como una hoja de ruta en materia de coordinación entre Francia y España en el seno de la Unión Europea, aportando “agilidad al desarrollo de proyectos conjuntos” y fomentando la creación de foros de coordinación bilateral.
Francia ya lo ratificó en su momento pero el revés cosechado este miércoles impide que el Gobierno pueda desplegar su parte correspondiente.

El tratado, sellado en su momento por los presidentes Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, consta de 10 títulos y arranca con la voluntad de ambas partes de “enraizarse en la profundidad histórica de sus relación bilateral, forjada desde hace siglos”.
En esta línea, menciona “la densidad y la profundidad de los vínculos humanos que los unen, y que perduran en la memoria personal de los descendientes de españoles, entre ellos los refugiados y combatientes de la libertad durante el exilio republicano, que han hecho de Francia su hogar”, asegura el documento.
Junts arguye que se ha abstenido porque el tratado fue fruto de una reunión que buscaba una “humillación política y social” del independentismo
Por su parte, desde Junts explican que se han abstenido -tal y como ya hicieron en la comisión de Asuntos Exteriores del 6 de mayo- porque el tratado es fruto de un “encuentro pensado y llevado a cabo para ser una provocación”. Según los posconvergentes, la reunión entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron en enero de 2023 fue usada “políticamente” por el presidente del Gobierno para “decirle a los independentistas que el procés se había acabado”. “Se trataba de una clara humillación política y social”, añaden.
JxCat también señala que esa reunión en Barcelona entre el Gobierno español y francés dio pie a una manifestación independentista que permitió “recuperar la unidad que hasta entonces se había perdido”. Desde esta perspectiva, consideran que haber apoyado el tratado hubiera sido “totalmente incoherente” porque ellos se opusieron a esa cumbre.