La consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Marián Cano, anunció ayer que “esta semana próxima” convocará la mesa de seguimiento para analizar, “y acompañar”, a los productores valencianos tras la aplicación de la nueva política arancelaria de Estados Unidos. “Queremos ver de qué manera podemos apoyarles para responder a este incremento de aranceles (…), desde la escucha activa que mantenemos con los sectores”, dijo Cano, que ya había reunido a los principales afectados días antes del anuncio de Donald Trump.
Sin entrar en las medidas que se puedan plantear, Cano abogó ayer por la “diversificación de mercados”, una idea en la que ahonda el Plan de Promoción Exterior de IVACE+i Internacional 2025 que presentó días atrás junto al president Carlos Mazón y habló de “posibles acompañamientos” ante las medidas anunciadas. El Plan contempla 88 acciones en 40 mercados estratégicos como Argelia, Arabia Saudí, Los Emiratos Árabes Unido, Japón, China, Corea del Sur y Polonia.

La consellera dijo que hablaría con cada uno de ellos para analizar y ver de qué manera les va a repercutir, “si realmente van a sufrir un descenso de cuota en ese mercado o van a poder ir manteniéndola, y evidentemente acompañarles en ese proceso si hay un descenso del mercado dramático, o bien apoyándoles para que diversifiquen las áreas económicas o ver qué tipo de apoyo es el que se necesita”. Cifró en más de 2.800 los millones de euros que se exportan al mercado norteamericano, mientras que la Cámara de comercio de Valencia apunta que son cerca de 8.500 las empresas de la Comunidad Valenciana que tienen relaciones comerciales con EE.UU., 150 de las cuales están implantadas en el mercado.
Primeras reacciones
A la espera de los pasos concretos que dé el gobierno valenciano, los diferentes sectores implicados han ido explicando su postura. El automóvil, que ya pedía hace días esfuerzos a la Unión Europea, sostiene que la previsible afectación más inmediata tendrá que ver con la industria de los componentes, aunque esta lleva unos años diversificando: si en 2021 exportaba por valor de 350 millones a EE.UU., en 2024 lo hacía por 184 millones.

El clúster de la automoción y la movilidad valenciano, AVIA, pedía ayer “una posición común y una estrategia clara para hacer frente a los retos derivados de esta nueva perspectiva económica”, en línea con las organizaciones agrarias, especialmente perjudicadas por la crisis arancelaria. AVA-Asaja pide una postura única de Estado, en la que se sumen todas las opciones políticas para defender la producción local ante EE.UU.
Su presidente, Cristóbal Aguado, pide además reciprocidad en los aranceles: “No entenderíamos otra respuesta por parte de nuestros gobernantes que contestar con el mismo arancel a los productos agrarios estadounidenses que vienen aquí, destinando esa mayor recaudación para compensar a los sectores perjudicados”. La reciprocidad que defiende Aguado podría aplicarse, a la importación de almendras y nueces que “inundan nuestro mercado y hunden los precios en origen”. Sobre esta oportunidad también se pronuncia La Unió Llauradora i Ramadera, que añade como estos productos ”lanzan los precios de nuestras producciones a la baja“.
Carles Peris, su secretario general, opina que si algún sector o producto agroalimentario valenciano tiene un impacto negativo, ”habrá que apoyarle económicamente con medidas compensatorias». Reciprocidad, pero también acompañamiento son las propuestas de las organizaciones agrarias que temen revivir la situación provocada por el veto ruso o por la anterior política arancelaria de Trump, que ya eliminó la clementina de la exportación valenciana a los Estados Unidos.