El consumo privado toma el relevo como motor de la economía catalana

La nueva previsión de la Cambra de Comerç de Barcelona para la economía catalana sitúa el crecimiento para este año en un 2,6%, una décima menos que en la anterior previsión, y en el 2,4% para el año que viene. Se trata de tasas de PIB elevadas, muy por encima de las proyecciones que se manejan para el conjunto de España y de Europa, y que tiene como principal protagonista el consumo privado.

“Se está dando un cambio en el crecimiento por el lado de la demanda”, ha explicado el director del gabinete de estudios económicos, Joan Ramon Rovira. El economista ha explicado que la economía catalana salió de la pandemia impulsada por el consumo público y las exportaciones, tanto de bienes como de servicios (el turismo). “Ahora estos factores se enfrían, y sobresale el consumo privado y la formación bruta de capital”, ha explicado. De esta forma, el consumo privado crecerá un 2,7% y un 2,6% en los dos próximos años, mientras que la inversión lo hará el 2,5% en los dos años.

La nueva previsión de la Cambra no incluye el impacto de la política arancelaria. “El resultado de las negociaciones comerciales entre la UE y EE.UU. podría modificar estas previsiones, tanto por el impacto directo como por las repercusiones en la actividad económica europea”, ha señalado. En informes anteriores, la Cambra estimó el impacto de la guerra arancelaria en 1.055 millones de euros en el PIB catalán, el equivalente a tres décimas menos.

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Rovira ha afirmado que la tasa de ahorro en España (los datos del Idescat no están suficientemente actualizados) se encuentra muy elevada, sobre el 13%. “Puede haber muchas razones, como el ahorro para comprar una vivienda o que en tiempos de incertidumbre se toma una posición más conservadora en el gasto”, ha explicado. La normalización de esta tasa, que ya empieza a descender, hasta el 9% supondrá un impulso para la economía. Otro dato clave es que la tasa de consumo por habitante se encuentra en 16.957 euros, todavía por debajo de los niveles previos a la pandemia. En este sentido, la previsión es que esta cifra acabe subiendo.

Por otra parte, la inversión empresarial debe reactivarse. La Cambra señala que los beneficios empresariales se han recuperado con más fuerza, mientras que la inversión todavía no. “En la medida en que las empresas han podido aprovechar estos recursos para desendeudarse y se reducen los costes de financiación habría que esperar un repunte de la inversión”, sostiene el informe.

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