Al FMI no le falta experiencia lidiando con países altamente endeudados que sufren fugas de capitales tras adoptar medidas proteccionistas, arremeter contra las instituciones financieras globales y poner en entredicho la independencia del banco central. Ocurría a menudo en los años setenta y ochenta, en regiones rebeldes como América Latina cuando un país se negaba aceptar su triste destino en la periferia del sistema.
Pero, desde el llamado “día de la liberación” a principios de este mes, la crisis de confianza afecta al país más céntrico de todos, el que emite la divisa de reserva y que tiene el mercado de deuda más fiable, hasta la fecha, del mundo.


En dos o tres meses, el gobierno de Trump ha puesto el mundo al revés. “La incertidumbre se ha disparado hasta salirse de los ejes de los gráficos”, advirtió Kristalina Georgieva, la directora gerente del FMI al inicio de la asamblea del FMI y del Banco Mundial que acaba de terminar en Washington. Tras la turbulencia en los mercados a primeros de mes, “las condiciones financieras han deteriorado; la volatilidad sube (…) es urgente que se resuelvan las tensiones comerciales tan pronto como sea posible”.
Ya hay algunos indicios de que la administración Trump ha reconocido el peligro. Suspendió los aranceles a todos, menos a China, a la espera de negociaciones. Ha dejado entrever que pretende negociar una solución con Pekín. “Una guerra comercial no es sostenible”, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, al tiempo que reafirmó el apoyo estadounidense al FMI y al Banco Mundial.

Asimismo, Trump rápidamente retiró las amenazas a Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal. “El pushback de Wall Street y las grandes empresas ha sido brutal”, dijo un exfuncionario de un banco multilateral en Washington.
Algunos se preguntan si la credibilidad de EE.UU. y el dólar no ha sufrido un golpe irreversible
Pero en los bastidores de la asamblea, algunos se preguntaban si la credibilidad de EE.UU. y el dólar no ha sufrido un golpe irreversible. Nadie se olvida de la extraña característica del ataque de miedo que ocurrió tras el “día de la liberación”. Nadie buscó refugio en el mercado de deuda del Tesoro -27 billones de dólares-, como suele ocurrir en crisis de confianza. Más bien todo lo contrario; miles de millones de dólares salieron corriendo del mercado estadounidense. El ataque de nervios desencadenó una caída de casi el 10% del dólar.
“No fue una perturbación muy importante en comparación con otros momentos del pasado, pero, desde luego, es extraño ver caer el dólar en un momento de elevado estrés financiero”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional. Tobias Adrian, responsable de estabilidad financiera del FMI, destacó que el oro, y no el mercado de bonos del Tesoro, “se convirtió en el destino de flujos de refugio”. Eso sí, Adrian minimizó el peligro. “La situación de deuda en EE. UU. es sostenible”, insistió.
Fue el oro y no el mercado de bonos el que se convirtió en el destino de los flujos de refugio
Pero, economistas consultados fuera del FMI no tenían eso tan claro. “¿Hasta aquí llegó lo del estatus de refugio del dólar”, dijo Barry Eichengreen, economista de Berkeley, ex asesor del Fondo y autor del libro con más autoridad sobre el estatus del dólar, Privilegio Exorbitante . A partir de ahora, “los tipos de interés de la deuda del Tesoro van a incorporar una prima de riesgo adicional “, añadió en una entrevista concedida a La Vanguardia.
Con una deuda equivalente al 120% del PIB estadounidense, según los últimos datos del el FMI, una cifra astronómica de 37 billones de dólares, un daño permanente a la confianza en la seguridad del bono del Tesoro y el dólar será grave para la potencia estadounidense. “El ancla básica del sistema denominado en dólares empieza a ser arrancada de sus cimientos”, dice el historiador económico Adam Tooze. La guerra comercial de Trump contra el resto del mundo tiene otra vertiente. Entidades extranjeras -en primer lugar, China- mantienen deuda estadounidense por 8,5 billones de dólares. Sin los superávits comerciales que Trump quiere castigar tampoco habría demanda de bonos del Tesoro
Con tipos de interés más altos en el mercado de bonos de Tesoro, el servicio de la deuda será más caro, continuó Eichengreen. En algún momento, a partir del 2027, “algo tiene que ceder”. La enorme deuda es “el talón de Aquiles” para el dólar como divisa de reserva, advierte Ken Rogoff, de Harvard y ex economista jefe del FMI y autor de un nuevo libro, Our dollar, your problem . “El dólar alcanzó el punto máximo como divisa de reservas hace diez años; ahora Trump acelerará el declive” dijo Rogoff en la promoción de su libro.