El Gobierno descarta la compra de cazas F-35 de EE.UU. para apostar por aviones europeos

El Gobierno, después de meses con la opción sobre la mesa, ha descartado la compra de aviones caza F-35 —fabricados por el gigante aeroespacial estadounidense Lockheed Martin— para renovar la flota aérea de las Fuerzas Armadas, según confirman fuentes del Ministerio de Defensa. Ahora, la opción española para sustituir a los Harrier de la Armada y los F-18 del Aire pasa por alternativas europeas: seguir apostando por el Eurofighter o el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS).

Tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, el debate sobre la compra de aviones caza F-35 se abrió de nuevo. La millonaria transacción económica que supondría la adquisición de estos aviones sería vista como un guiño al presidente de Estados Unidos que tenía, desde el minuto uno de su reelección, en el punto de mira a los países de la OTAN con menor gasto militar. La última cumbre de la Alianza Atlántica evidenció el malestar de Trump con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su negativa a sumarse al aumento del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) para destinarlo a Defensa. “España es terrible”, llegó a verbalizar el mandatario estadounidense.

Ahora, en la lluvia de millones que regará la industria militar en los próximos años no habrá partida para los F-35 de Lockheed Martin. Según ha adelantado El País, la compra de estos aviones furtivos ha quedado “definitivamente” aparcada. El Gobierno había destinado 6.250 millones de euros (7.240 millones de dólares) en su presupuesto para 2023 a la compra de nuevos cazas. Fuentes del Ministerio de Defensa confirman esta decisión, asegurando que la opción de España es apostar por la industria europea. 

En un contexto global en el que la lista de países que se suman a la compra de F-35 no para de crecer, el Ejército del Aire y del Espacio insiste en que el escenario más idóneo es disponer, como actualmente, de dos modelos de caza para no depender exclusivamente del mismo proveedor. Por un lado, los 45 Eurofighter que llegarán en los próximos años a través de los programas Halcón I y Halcón II. Y por otro, aún sin decidir, los aviones que sustituyan a los F-18, que se deberían ir retirando en 2035.

Aunque corre más prisa la sustitución de los Harrier de la Armada, que llegan en 2030 al final de su vida operativa. Mandos militares de la Armada, fuera de micrófonos, sí apostaban firmemente por los F-35 de EE.UU. porque es capaz de aterrizar y despegar en vertical, requisito indispensable para los portaaeronaves como el Juan Carlos I. Con la decisión del Gobierno de aparcar la compra de los F-35, la Armada podría verse en la situación de no poder embarcar naves tripuladas más allá de helicópteros, tal y como advierten fuentes militares. 

La Armada tiene en proyecto la adquisición de un nuevo portaviones, el primero convencional, que podría operar hasta 30 aviones de combate de última generación y cuyo modelo estaría inspirado en el Charles de Gaulle francés, el buque insignia de la marina francesa. La empresa pública Navantia ya estudia la viabilidad de este nuevo buque por encargo de la Armada, que se sumaría a otro portaeronaves anfibio similar al actual Juan Carlos I, que la Armada tiene también previsto adquirir en el futuro.

También te puede interesar